Siento, luego existo
JULIO SEOANE
Le preguntan que si hay boda. Contesta que hay que casarse. Un poco despectivo para la novia, pero all¨¢ se las componga cada uno. Otros dicen que, como mucho, es un asunto de fin de semana. Bueno, algo es algo. En cualquier caso, a m¨ª no me gusta meterme en la intimidad de los dem¨¢s ni en sus relaciones privadas. Lo que realmente me preocupa es que ¨¦sta es una de las ¨²ltimas oportunidades, por no decir la ¨²ltima, para el socialismo oficial, es decir, para el socialismo de caras fijas. Si de todo esto sale algo positivo para la llamada izquierda, bueno ser¨¢ y ya era hora, que ser de izquierdas no quiere decir estar solo sino bien acompa?ado. Pero si la cosa acaba mal, por favor, una digna retirada y nueva oportunidad para la siguiente generaci¨®n de socialistas, que ya le toca.
Despu¨¦s del famoso desencanto lleg¨® el optimismo con los renovadores. ?Vivan las encuestas y se van a enterar! Pero en menos de lo que cuesta chasquear los dedos, la ingenier¨ªa pol¨ªtica los convirti¨®, primero, en desertores y a continuaci¨®n en m¨¢rtires. Luego vinieron las primarias, una magn¨ªfica idea, en¨¦rgica y saludable, tanto entonces como ahora. El tono pol¨ªtico se enderez¨®, el orgullo de la izquierda volvi¨® a las miradas y las llamadas derechas se contentaron, como casi siempre, con refugiarse en un congreso. Desgraciadamente, se produjo una confusi¨®n metodol¨®gica, porque las primarias no fueron un proceso inductivo, de abajo arriba, para seleccionar candidatos, sino que consistieron en un proceso deductivo, de arriba abajo, para eliminar competidores. De hecho, creo que no queda ni uno.
Es bueno para la sociedad espa?ola que se produzca un cierto entendimiento entre sensibilidades de izquierdas, algo muy dif¨ªcil de definir pero que resulta c¨®modo para entendernos. Pero si de nuevo es fanfarria, ganas de llamar la atenci¨®n en el momento oportuno, hablar del Golem cuando de Arlequ¨ªn se trata, entonces no quedar¨¢ m¨¢s remedio que recurrir definitivamente a las explicaciones psicol¨®gicas. Porque la b¨²squeda de sensaciones no s¨®lo es un rasgo m¨¢s o menos patol¨®gico de algunos individuos, sino que tambi¨¦n puede afectar a los grupos y las organizaciones sociales. Es una necesidad enfermiza de nuevas experiencias y de sensaciones variadas hasta alcanzar el riesgo social y pol¨ªtico, el deseo de comprometerse en actividades que impliquen inseguridad y peligro, la b¨²squeda de estilos poco convencionales, la carencia de controles e inhibidores sociales y una susceptibilidad especial hacia la monoton¨ªa y el aburrimiento. Los buscadores de sensaciones son un peligro para los dem¨¢s y para s¨ª mismos, pero en pol¨ªtica son fatales por necesidad porque nada es suficiente para calmar su sensaci¨®n de aislamiento y la falta de un poder estimulante.
Negociar una izquierda compartida y conectada tiene que ser beneficioso para la pol¨ªtica general, adem¨¢s de ser perfectamente leg¨ªtimo. Al fin y al cabo, es lo mismo que han hecho los conservadores de este pa¨ªs desde hace ya bastante tiempo. Pero confundir la interacci¨®n de la izquierda con la b¨²squeda de sensaciones pol¨ªticas, siento luego existo, es la peor pesadilla que Espa?a puede tener para la entrada en el nuevo milenio.
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