Del supermercado a la Super Bowl
Hace cinco meses, nadie le conoc¨ªa. Ma?ana, todo EEUU tendr¨¢ puestos sus ojos en ¨¦l, cuando se dispute la Super Bowl, la final del campeonato de f¨²tbol americano. Kurt Warner, 28 a?os y quarterback (director de juego) de los Rams de St. Louis, si ma?ana lleva al equipo de Misuri a la victoria habr¨¢ protagonizado una historia de ¨¦xito ccasi sin precedentes.Kurt Warner ten¨ªa talento para el deporte y en el instituto deshoj¨® la margarita: dej¨® el baloncesto por el f¨²tbol. Tras un breve y frustrante tanteo en 1994 con los Green Bay Packers, ning¨²n equipo de la National Football League (NFL) se interes¨® por ¨¦l. Tuvo que volver a casa, a Cedar Falls, una ciudad de Iowa de unos 100.000 habitantes. Encontr¨® trabajo en un supermercado. "Por la noche", dice, "llenaba estanter¨ªas y por el d¨ªa lanzaba balones".
Warner s¨®lo quer¨ªa jugar y, tras seis meses de arrastrar cajas por el supermercado, se resign¨® a competir en la Liga Arena, una segunda divisi¨®n del f¨²tbol americano. Fueron tres a?os de buenos resultados, en los que el quarterback rompi¨® r¨¦cords con los Iowa Barnstormers. Pero sus brillantes estad¨ªsticas entre los gladiadores que juegan por lo justo para comer segu¨ªan sin llevarle a ninguna parte.
Tras tortuosos rodeos acab¨® jugando en la NFL de Europa. Warner se hab¨ªa casado el verano anterior y ahora se encontraba viviendo de hotel y solo, como quarterback de los Admirals de Amsterdam.
Al final de la campa?a europea volvi¨® a St. Louis como tercer quarterback del equipo y, tras unos fichajes y traspasos, qued¨® como reserva de Trent Green, un prodigioso jugador tra¨ªdo de los Redskins de Washington sobre el que descansaba toda la estrategia de los Rams para abandonar este a?o el t¨ªtulo tan arduamente conseguido de peor equipo de los noventa en la NFL. Pero Green se qued¨® sin rodilla en un amistoso de pretemporada y todo el plan de los Rams se vino abajo.
Era el turno de Warner, camiseta n¨²mero 13, en quien nadie cre¨ªa: "En los entrenamientos yo era el sustituto, el tipo al que gritaban, el que no daba una a derechas". El entrenador Vermeil se agarr¨® a la desesperada al n¨²mero 13, a quien quiso traspasar al final de la pasada campa?a. Y Warner estall¨®. En la cuarta jornada de la temporada los Rams arrollaron a los 49ers y Sports Illustrated tuvo que ir a toda m¨¢quina con un titular: " ?Kurt Qu¨¦?". Era el principio de una temporada en la que Kurt Warner ha pulverizado marcas en los Rams y en la NFL, en la que se ha convertido en el mascar¨®n de proa de una de las formaciones m¨¢s ofensivas de la historia de la Liga, arropado por unos jugadores en perfecta armon¨ªa que se pasean por la NFL con la etiqueta de Warner Brothers a la espera, ma?ana, de la cita m¨¢s importante de sus vidas deportivas. Precisamente contra los Titans de Tennessee, el equipo ante el que perdieron su primer partido de esta Liga, aquel 31 de octubre en Nashville que Warner ve como el punto de inflexi¨®n en su carrera. Era el s¨¦ptimo encuentro de la temporada regular y los Rams eran aplastados en el descanso por 21-0. Warner se ech¨® a los Rams a la espalda y hubiese forzado una pr¨®rroga de no haber fallado otro jugador un tiro de castigo a siete segundos del final. La derrota deportiva por 24-21 result¨® un triunfo personal. "Fue un gran partido desde el punto de vista de conseguir la confianza de mis compa?eros", recuerda.
Warner ha pasado de ser un desconocido en oto?o a recibir el t¨ªtulo de jugador m¨¢s valioso de la Liga, con lanzamientos para 41 ensayos antes de las eliminatorias y 4.353 yardas (91,44 c¨¦ntimetros), el cuarto jugador de la historia que supera el umbral de las 4.000. Pero ni fanfarronea ni se le ha subido el ¨¦xito a la cabeza. Sigue llevando una vida discreta, en la que la familia es lo primero.
En los partidos que juega en casa, siempre van al Trans World Dome de pista artificial su mujer, Brenda, y su hija, de 8 a?os. Brenda y Kurt se conocieron en 1992, cuando la futura estrella ten¨ªa 21. Ella era cinco a?os mayor, estaba divorciada y ten¨ªa dos hijos, el mayor, Zack, que ahora tiene diez a?os, ciego y con da?o cerebral severo debido a una ca¨ªda fortuita desde los brazos de su padre natural cuando ten¨ªa unos meses. "Hab¨ªa quedado antes con hombres de los que no volv¨ªa tener noticia en el momento en que sab¨ªan de los ni?os. Kurt apareci¨® al d¨ªa siguiente con una rosa diciendo que quer¨ªa verlos. Se enamor¨® de ellos antes de hacerlo de m¨ª", dice Brenda en la revista In the Red Zone.
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