Pacto intergal¨¢ctico
El intento de acuerdo entre el PSOE e IU que est¨¢ en discusi¨®n cuando se escriben estas l¨ªneas es una iniciativa muy brillante y arriesgada que ha dado un vuelco a la campa?a electoral y tendr¨¢ una segura influencia sobre los resultados. No sabemos cu¨¢l, pero sin la menor duda el d¨ªa que se deban analizar habr¨¢ que remontarse a ¨¦l para descubrir las causas.Siempre me ha parecido que Almunia era un buen candidato. Tiene experiencia, procede de una l¨ªnea del PSOE que es la coherente con lo mejor de su pasado inmediato, no ha estado involucrado en sus peores aspectos y da impresi¨®n de merecer confianza. Le faltaba algo -una chispa de brillantez- y ahora parece haberla conseguido. Con la propuesta de pacto ha colocado el bal¨®n en el ¨¢rea de un antiguo adversario. El solo hecho de la propuesta ha creado una din¨¢mica hasta cierto punto irreversible. Tanto si pacta como si no lo hace, IU ha quedado ya en una posici¨®n que obliga a la superaci¨®n del anguitismo. Bien lo sabe la derecha medi¨¢tica: habla ahora de la OPA hostil y del "timo" de los socialistas sin darse cuenta de que revela la OPA amistosa propia y la estafa al elector izquierdista en el pasado.
Pero el pacto tiene tambi¨¦n sus inconvenientes graves, que no son s¨®lo t¨¢cticos. Puede acabar en un resbal¨®n de los dirigentes socialistas tan inesperado y estrepitoso como esta iniciativa. Produce, de entrada, damnificados: esos ex comunistas que, hartos de la incapacidad de evoluci¨®n de su partido, emigraron hacia el PSOE. Lo decisivo es, sin embargo, qu¨¦ hacer con la cantinela program¨¢tica con que nos obsequi¨® Anguita a?o tras a?o.
A las alturas de finales del siglo XX, los antiguos partidos comunistas que no se hayan reconvertido no tienen otro sentido que el ser una especie de apostilla cr¨ªtica de la socialdemocracia. De hecho, la m¨ªnima estabilizaci¨®n que ha logrado el franc¨¦s, por ejemplo, ha sido por ese procedimiento. En Espa?a, donde la ley electoral hace mucho m¨¢s dif¨ªcil una colaboraci¨®n, la hipercr¨ªtica de la izquierda por parte de los comunistas pod¨ªa tener sentido en una etapa como el primer lustro de los noventa. La prueba de que ahora carece de ¨¦l reside en el posterior declive del voto de IU que ha obligado a una posici¨®n a la vez desvencijada y complaciente frente a su anterior adversario.
Pero el mundo de IU sigue perteneciendo a una galaxia pol¨ªtica muy lejana y distinta del PSOE. ?sta es la hora en que los comunistas espa?oles no han hecho un balance globalmente negativo de la experiencia de la URSS. La propuesta de Almunia ha tenido la ventaja de dejar meridianamente claro el mundo ideol¨®gico en que se mueve IU porque sit¨²a ante la luz p¨²blica unas propuestas sencillamente inencontrables en la pol¨ªtica europea de fin de siglo en Europa occidental. De modo inevitable recuerdan la frase de Santiago Rusi?ol: "Todos decimos tonter¨ªas, pero los fil¨®sofos son aquellos seres que las dicen en serio". Suprimir empresas de trabajo temporal y el AVE, subir impuestos, abominar no ya de la OTAN sino de la UEO, pensar que el Estado puede crear puestos de trabajo estables o creer que la limitaci¨®n del horario de trabajo debe hacerse s¨®lo por decreto linda, aqu¨ª y ahora, en la extravagancia. Una posible ventaja de la propuesta de Almunia es que obliga a IU, mediante el procedimiento de la ducha fr¨ªa, a un ejercicio de aprendizaje a marchas forzadas o a practicar el discreto encanto del suicidio.
Para concluir, perm¨ªtaseme un modesto ejercicio de autocompasi¨®n. Los electores de centro somos gente maltratada desde antiguo. En tiempos recientes, quienes se titulan centristas, al margen de alg¨²n acierto notable, han gobernado perpetrando aut¨¦nticas tropel¨ªas en las privatizaciones y en los medios de comunicaci¨®n; algo tendr¨¢ que ver el pacto en gestaci¨®n con esa exasperada confrontaci¨®n retrospectiva en que se ha deleitado el PP, cuando era por completo innecesaria. Ahora, si el pacto llega a buen fin con graves cesiones por parte del PSOE, tendremos un panorama electoral que, en t¨¦rminos medi¨¢ticos, se expresa as¨ª: o votar lo mismo que Campmany y Jim¨¦nez Losantos o lo mismo que Haro y V¨¢zquez Montalb¨¢n. Aut¨¦ntico dilema b¨ªblico: o veranear en el desierto de Judea o en el del Sina¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.