Los hospitales del Reino Unido permiten que los oficinistas hagan los an¨¢lisis por falta de personal
La sanidad p¨²blica brit¨¢nica sigue sin levantar cabeza. Mientras uno de cada diez laboratorios abiertos en los hospitales p¨²blicos brit¨¢nicos ha reconocido que la escasez de analistas les ha obligado a dejar en manos de sus oficinistas la interpretaci¨®n de an¨¢lisis sangu¨ªneos destinados al diagn¨®stico del c¨¢ncer o el sida, la extirpaci¨®n del ri?¨®n sano de un enfermo renal ha destapado otra nueva carencia: faltan cirujanos capaces de hacer trasplantes. A la vista de la situaci¨®n, la Asociaci¨®n de Consumidores ha criticado las ganancias privadas de los m¨¦dicos estatales, a los que califica de bistur¨ªes de oro.Elevadas al un¨ªsono ante el Gobierno laborista, las tres denuncias resultan de lo m¨¢s embarazoso para el Ministerio de Sanidad, no recuperado a¨²n de la pol¨¦mica suscitada por la promesa de incrementar la dotaci¨®n econ¨®mica sanitaria estatal. El primer sobresalto lo dio un estudio del Instituto de Ciencias Bioqu¨ªmicas, que atribuye a los bajos sueldos la escasez de expertos en los laboratorios m¨¦dicos p¨²blicos. Sanidad ha replicado proponiendo un aumento de hasta un 26% para los analistas peor pagados.
Seg¨²n el trabajo, faltan expertos en un 88% de los laboratorios p¨²blicos del Reino Unido. Para que las muestras de sangre o tejidos recibidas -que pueden sumar hasta 100 millones anua-les- no se amontonen, un 58% de los centros echa mano de "personal no cualificado", en lugar de contratar expertos en biomedicina. "Da escalofr¨ªos pensar que diagn¨®sticos a veces cruciales dependan de oficinistas sin conocimientos de ninguna clase", han se?alado los portavoces del Instituto de Bioqu¨ªmica. Alan Potter, su director ejecutivo, ha denunciado los bajos salarios de los analistas, "que pasan cinco a?os prepar¨¢ndose para ganar luego menos de 9.500 libras anuales (2.600.000 pesetas)". "M¨¢s o menos como un empleado de supermercado", ha dicho.
El caso del ri?¨®n equivocado, un tr¨¢gico error que ha sucedido tambi¨¦n en otros pa¨ªses europeos, resulta mucho m¨¢s embarazoso en el Reino Unido por dos motivos. Por un lado, John Roberts, el cirujano que extirp¨® el ¨®rgano sano del paciente Graham Reeves, de 69 a?os, estaba siendo investigado por un fallo anterior en una operaci¨®n de pr¨®stata.
La pesadilla
Mientras sus colegas han reconocido que su caso "es la pesadilla de cualquier cirujano", el Colegio de Cirujanos de Inglaterra ha advertido que cada vez tiene menos miembros. La situaci¨®n repercute en los enfermos, obligados a sumar a la espera de un ¨®rgano nuevo el tiempo que tardar¨¢n en poder operarles unos pocos m¨¦dicos cualificados.
A la Asociaci¨®n de Consumidores le parece que parte del problema podr¨ªa aligerarse si el Gobierno llegara a un acuerdo con los cerca de 13.000 m¨¦dicos brit¨¢nicos, en especial cardi¨®logos, cirujanos pl¨¢sticos y ortop¨¦dicos, que operan tambi¨¦n en la sanidad p¨²blica. Seg¨²n las normas vigentes, cualquier especialista puede trabajar a tiempo parcial en centros p¨²blicos y atender luego su consulta privada. En los primeros ganan un sueldo medio de 63.000 libras (17 millones de pesetas). Con sus propios pacientes llegan a recibir otras 56.000 libras al a?o (15 millones).
Seg¨²n la Asociaci¨®n de Consumidores y David Hinchliffe, diputado laborista que preside el Comit¨¦ de la Salud de la C¨¢mara de los Comunes, hay que acabar con estos bistur¨ªes de oro.
El Gobierno, que admite el problema, cree que forzarles a trabajar m¨¢s horas para la sanidad p¨²blica puede ser contraproducente. Para no provocar un ¨¦xodo de m¨¦dicos, ha prometido a la Asociaci¨®n M¨¦dica Brit¨¢nica que invertir¨¢ 13.000 millones de pesetas en la mejora de los salarios de los contratados.
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