Otra vez un gran portero o los ¨¢rbitros
Los suecos, campeones del mundo y de Europa, no fueron maestros ayer. Pero su experiencia y seis fallos de Espa?a ante un portero magn¨ªfico les pusieron en la final con un arbitraje calificado de "robo" por el seleccionador Juan de Dios Rom¨¢n en un ambiente muy crispado. Espa?a disputa hoy (15.00, la 2) el bronce con Francia, que no tuvo su d¨ªa ante la m¨¢quina rusa (23-30). Croacia ni siquiera logr¨® la quinta plaza ol¨ªmpica al perder con Eslovenia (26-25).Plantear un partido ante Suecia era especialmente dif¨ªcil en las circunstancias de ayer. "?Este equipo ha perdido mucho poder defensivo!" grit¨® Rom¨¢n durante el entrenamiento matutino. Desde el impecable partido que ganaron a Croacia en la jornada inaugural, la retaguardia de los espa?oles no hab¨ªa vuelto a funcionar muy bien. Y a ello se a?ad¨ªa la baja del griposo Urdangar¨ªn, que coincidi¨® con los t¨¦cnicos en que era mejor descansar, pensando en el partido de hoy: "En cuanto hago dos carreras me falta el aire", explic¨®. S¨ª jug¨® Duisheb¨¢iev, que tambi¨¦n tos¨ªa, porque su presencia en la direcci¨®n del ataque era esencial, aunque rindiese a medio gas.
SUECIA 23-ESPA?A 21
Suecia: Gentzel, Franzen (2), Vranjes (6, 3 p.), Andersson (3, 1 p.), Wislander (6), Olsson, Thorsson (5), Lindgren, Sivertsson (1).Espa?a: Barrufet, Guijosa (4, dos de penalti), Lozano (3), Olalla, Masip (2, uno de penalti), Urdiales (3), Xepkin (2), Duisheb¨¢iev (2), M. Ortega (5), P¨¦rez. ?rbitros: B¨¹low y L¨¹bker (Alemania). Excluyeron a P¨¦rez, Xepkin, Ortega, Olsson, Vranjes y Lindgren.
Espa?a se ajust¨® muy bien al gui¨®n en la primera parte: defensa p¨¦trea, tras sustituir a un irregular Xepkin por P¨¦rez, y mucho cuidado en el manejo del bal¨®n para no propiciar el mort¨ªfero contraataque de los rivales. A pesar de ello, tres de los cinco primeros goles de los escandinavos llegaron desde la l¨ªnea de seis metros (donde Wislander es tan eficaz como de central) y los otros dos de contragolpe. Suecia ten¨ªa que agarrarse a esas armas porque faltaba el lesionado L?vgren, que suele encargarse de los tiros lejanos cuando sus compa?eros no encuentran huecos. Y ayer ocurr¨ªa precisamente eso: el otro artillero, Olsson, intentaba paliar su impotencia ante un espl¨¦ndido Barrufet con las ca¨ªdas teatrales y las provocaciones que manchan su impresionante palmar¨¦s. En el ataque, los lanzamientos de Lozano y un inspirado Mariano Ortega, que supli¨® muy bien a Urdangar¨ªn, dieron la iniciativa a su equipo desde el minuto 5 hasta el descanso (12-11 para Espa?a). Duisheb¨¢iev dirig¨ªa pero no acertaba con el gol; sin embargo, muchas cosas funcionaban bien; entre ellas, el contraataque, uno de los puntos negros en los partidos anteriores. Pero esa diferencia habr¨ªa sido de cuatro goles si Gentzel no hubiera parado tres tiros a bocajarro de Olalla (dos) y Lozano.
Hab¨ªa un pensamiento un¨¢nime en el aire: los suecos, habituados al poder¨ªo que da la gloria, nunca bajan el ritmo. Y menos a¨²n si su rival falla los cinco primeros ataques de la segunda parte, como hizo ayer Espa?a. El dosificado Duisheb¨¢iev volvi¨® a salir, marc¨® un gol de su firma y volvi¨® a meter a Espa?a en el partido. Sin embargo, Gentzel paraba casi todo y tra¨ªa al extremo Guijosa, uno de los m¨¢s eficaces del mundo, por la calle de la amargura. La sentencia parec¨ªa dictada con el 21-17 para Suecia a falta de cinco minutos. Pero Espa?a reaccion¨® y, en medio de algunas decisiones arbitrales muy discutibles y otras evidentemente err¨®neas en momentos clave (pitaron juego pasivo contra Espa?a cuando Duisheb¨¢iev ten¨ªa a un rival colgado del brazo) se puso a un gol a falta de un minuto. No fue suficiente: una absurda p¨¦rdida de bal¨®n dio el pase a los suecos, menos maestros que nunca, salvados por Gentzel.
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