Llega la hora de la pluma
Cuando los homosexuales han conseguido que se reconozcan casi todos sus derechos en el ¨¢mbito de la vida privada, llega un libro para se?alar todo aquello que falta para que el homosexual pueda mostrarse tal cual es en p¨²blico y no tenga que esconder sus pendientes ni sus maneras o pluma cuando va a pedir un trabajo de maestro o en la administraci¨®n o, llegado el momento, solicitar una adopci¨®n. Homograf¨ªas de Ricardo Llamas y Francisco Javier Vidarte, editado por Espasa, es una puesta al d¨ªa de las actitudes y aspiraciones de la comunidad gay.Cada vez que llegan unas elecciones, los programas de los partidos son mirados con lupa por los homosexuales y los autores de Homograf¨ªas no son una excepci¨®n. En la revista Zero, de la que Ricardo es redactor jefe, se hace una radiograf¨ªa electoral completa de la oferta de los diferentes partidos. "Seguro que saldr¨¢n con alguna movidita del tipo Iceta, con alguien declar¨¢ndose p¨²blicamente homosexual, para que veamos que tambi¨¦n tienen a su osito de peluche en las filas, con objeto de ara?ar el voto rosa", dice Francisco Javier Vidarte, "pero no veo a ning¨²n partido dispuesto a mojarse en serio".
Mojarse en serio significa llevar la ley de parejas de hecho hasta las ¨²ltimas consecuencias: reconocer el derecho de los homosexuales a la adopci¨®n y procreaci¨®n con los nuevos m¨¦todos que pone a su alcance la ciencia. "La ley de parejas de hecho est¨¢ ganada en todo lo dem¨¢s", reconocen Ricardo y Francisco Javier. Igual que reconocen que desde que los homosexuales salieron a la calle con los festivos carnavales de los setenta por las calles de Nueva York y Barcelona, se ha recorrido un largo camino y se ha ganado la batalla a la discriminaci¨®n en casi todos los terrenos, menos uno: tener hijos.Hoy quieren salir de un debate sobre su identidad que busca d¨®nde se produjo la desviaci¨®n para que un ser humano que naci¨® con genitales de hombre y con capacidad de pre?ar a la mujer, se niegue a ejercer esta funci¨®n. "No creo que ni la biolog¨ªa ni Freud puedan explicar por qu¨¦ yo me siento homosexual", dice Ricardo. Reconoce que el homosexual experimenta una aversi¨®n ¨ªntima hacia la mujer: "Es verdad que hay en nosotros una especie de misoginia. Pero la misoginia est¨¢ en todos los hombres, ninguno se escapa, s¨®lo se expresa de distintas maneras, unos a trav¨¦s de la violencia, otros de la aversi¨®n". Pero se niega a creer que la explosi¨®n de la homosexualidad a la que asistimos tenga nada que ver con el conflicto entre sexos que se ha instalado con la emancipaci¨®n de la mujer.
Los gays como Ricardo y Francisco Javier tratan hoy de demostrar que la homosexualidad es una constante que ata?e a un 10% de la poblaci¨®n y concentran sus esfuerzos en buscar referentes hist¨®ricos y vivos para demostrarlo. "Falta una educaci¨®n en la que los ni?os y las ni?as salgan del instituto teniendo referencias hist¨®ricas homosexuales y tambi¨¦n en la que los afectos y placeres del ni?o puedan formarse en libertad".
Reconocen que en ese af¨¢n de reclamar para el escaparate de la cultura gay desde a S¨®crates y Shakespeare hasta presentadores de televisi¨®n y pol¨ªticos, a menudo se producen excesos como el que vimos con el candidato socialista Jos¨¦ Borrell, que tuvo que desmentir p¨²blicamente su homosexualidad. Pero creen que son m¨¢s los que se esconden que los que se muestran. "No s¨¦ de qu¨¦ se preocupa tanto la sociedad. Los homosexuales ya educan a sus hijos, ya presentan telediarios, ya est¨¢n en los Gobiernos, ya son padres", dice Ricardo. Falta ahora que puedan explicitar su homosexualidad para que ¨¦sta adquiera carta de plena naturaleza. El outing, ¨¦sa fase con la que estamos viendo a personajes como el pol¨ªtico Miquel Iceta declararse homosexual en las ¨²ltimas elecciones catalanas o al bailar¨ªn Nacho Duato haciendo lo mismo, apenas ha comenzado.
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