Vandell¨°s I, el accidente que no fue
A tan s¨®lo dos jornadas del final del juicio por el accidente m¨¢s grave acaecido en una central nuclear espa?ola, a base de insistir en ello, la defensa de los responsables de Vandell¨°s I ha conseguido, en poco m¨¢s de una semana, que el tribunal y los presentes en la sala puedan recitar de memoria afirmaciones como: "El desprendimiento de los ¨¢labes de la turbina era un fen¨®meno desconocido, de cuya posibilidad la constructora nunca inform¨®; el accidente fue fortuito", o "dos turbosoplantes de los cuatro que refrigeran el reactor dejaron de funcionar, pero con uno solo es suficiente", o "las dos modificaciones exigidas por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y no implantadas por la direcci¨®n de la nuclear no hubieran afectado en nada al desarrollo del accidente". Todo ello para dejar bien claro que "nunca hubo peligro de emisi¨®n radiactiva".Pero si la reiterada insistencia de la defensa en estos aspectos ha podido introducir graves interrogantes en las tesis del fiscal, quien cree que los responsables de la central nuclear Vandell¨°s 1 y del CSN pudieron incurrir en un delito de riesgo, una de las cuestiones que s¨ª ha evidenciado el juicio es la total ausencia de comunicaci¨®n, en el momento del accidente, entre la direcci¨®n de la nuclear y las autoridades encargadas de poner en marcha el plan de emergencia, bautizado Penta (Plan de Emergencia Nuclear de Tarragona). Ram¨®n S¨¢nchez, que era gobernador civil de Tarragona, testific¨® el pasado mi¨¦rcoles y su declaraci¨®n no pudo ser m¨¢s contundente: la informaci¨®n que recibi¨® de los responsables de la nuclear durante la larga noche del 19 al 20 de octubre de 1989 fue a todas luces insuficiente y priv¨® a las autoridades de poder aplicar correctamente el plan de emergencia. Lo cual plantea la inc¨®gnita de qu¨¦ hubiera ocurrido realmente si se hubier producido una fuga radiactiva.PASA A LA P?GINA 6
Una noche a ciegas
VIENE DE LA P?GINA 1 El accidente de Vandell¨°s I se inici¨® en la sala de turbinas, en la zona no radiactiva de la nuclear, a las 21.39 del 19 de octubre de 1989. Su origen estuvo en el desprendimiento de unas piezas de la turbina -los ya famosos ¨¢labes- que impactaron contra los cables de aceite de alimentaci¨®n del aparato y ocasionaron un incendio que afect¨® a sistemas de seguridad de la nuclear.
Los responsables de la central llamaron a los bomberos de las localidades m¨¢s pr¨®ximas un minuto despu¨¦s, pero no al Gobierno Civil, que fue informado a las 21.44 por un vecino, alarmado por las columnas de humo. El gobernador denunci¨® entonces, y reiter¨® en su declaraci¨®n, que los intentos de comunicaci¨®n telef¨®nica con Vandell¨°s 1 fueron infructuosos.
"Cuando hablo de comunicar, me refiero a informaci¨®n fidedigna y detallada desde la central, gracias a la cual yo pudiera tomar decisiones", dijo. Ram¨®n S¨¢nchez asegura que aquella noche actu¨® a ciegas y que su decisi¨®n de activar el Penta en el nivel 0 obedeci¨® a que desde el Gobierno Civil "no se vieron las cosas tan claras como la central dio a entender en un primer momento, cuando se nos habl¨® de un incendio en unos tanques de aceite". La informaci¨®n a partir de ah¨ª se hizo todav¨ªa m¨¢s confusa, m¨¢xime cuando dos de las llamadas que la central realiz¨® al Gobierno Civil fueron para reclamar m¨¢s bomberos y bombas de achique al grito de: "Esto est¨¢ muy mal, esto est¨¢ muy mal".
S¨¢nchez desmont¨® la tesis de la defensa, seg¨²n la cual el ¨²nico incumplimiento de los directivos desde Vandell¨°s I fue no enviar un fax -tal como exig¨ªa el plan de emergencia- detallando el accidente, si hab¨ªa previsiones de emisiones, o la situaci¨®n meteorol¨®gica. "Ni siquiera nos dieron estos datos por tel¨¦fono", dijo S¨¢nchez en la sala para destacar la trascendencia de obtener informaci¨®n de primera mano en un plan preventivo. "El tiempo es un factor fundamental, puesto que no hay plan que diga qu¨¦ hacer con 11.000 personas contaminadas: hay que actuar antes de que haya pasado". El gobernador reconoci¨®, a instancias de la defensa, que a las 23.06 hubo una comunicaci¨®n entre el CSN y Protecci¨®n Civil en la que se daba cuenta del fallo de "dos turbosoplantes", pero en la que se aseguraba que no hab¨ªa problema con la refrigeraci¨®n del n¨²cleo. Aun as¨ª, la declaraci¨®n de S¨¢nchez evidenci¨®, no s¨®lo la falta de comunicaci¨®n entre la nuclear y el Gobierno Civil, que es el que asume la direcci¨®n del plan de emergencia -y que aquella noche, seg¨²n explic¨®, habr¨ªa merecido su activaci¨®n en el nivel 1-, sino tambi¨¦n entre el propio Gobierno Civil y los alcaldes de las poblaciones cercanas a la central, que recibieron mensajes tranquilizadores de las autoridades y se fueron a dormir sin sospechar nada, como la mayor¨ªa de los vecinos. S¨¢nchez asegura que cuando tuvo conocimiento detallado de las dimensiones del accidente eran ya las cuatro de la madrugada y se encontraba reunido con la direcci¨®n en la misma central.
Vandell¨°s I y el grupo de el¨¦ctricas que la explotaban, integradas en Hispano-Francesa de Energ¨ªa Nuclear, SA (Hifrensa), ya fueron multados, por v¨ªa administrativa, por el retraso en las comunicaciones de aquella noche. Una cuesti¨®n que la defensa trajo a colaci¨®n -y sobre la que el Tribunal argumentar¨¢ en su dictamen- para demandar la suspensi¨®n del juicio, dado que un delito no puede ser juzgado en dos ocasiones por v¨ªas diferentes.
?Qu¨¦ es un ¨¢labe?
El tribunal deber¨¢ posicionarse sobre cuestiones t¨¦cnicas tan relativas como si el tiempo -retraso seg¨²n el fiscal- en el que Vandell¨°s 1 acometi¨® las modificaciones exigidas por el CSN fue adecuado o no; si la correspondencia del CSN hacia la central muestra la preocupaci¨®n real del organismo por dicho calendario o, como se ha alegado en el juicio, "era un mecanismo habitual de presi¨®n", o si, realmente, el desprendimiento de los ¨¢labes era una cuesti¨®n desconocida y sin responsabilidad -la empresa desestim¨® denunciar a la constructora de la turbina, la francesa Gec Alsthom-, cuando el Plan de Reevaluaci¨®n de la Seguridad de la central recoge la necesidad de estudiar "los da?os en funciones importantes para la seguridad, en caso de desprendimientos de proyectiles de las turbinas".Seg¨²n la acusaci¨®n particular y popular del caso, ejercida por los abogados Marc Viader y Marc Palm¨¦s, el tribunal deber¨¢ adem¨¢s dirimir estas cuestiones sin una prueba pericial contrastada, ante la dificultad de los acusadores de localizar a especialistas en ingenier¨ªa o energ¨ªa nuclear dispuestos a testificar contra su propio ramo, una cuesti¨®n que tambi¨¦n sucede en procesos por negligencias m¨¦dicas. La pericial realizada el pasado viernes reuni¨® a ocho especialistas, catedr¨¢ticos, representantes del Instituto de Seguridad Franc¨¦s o de la OIEA que no s¨®lo sustentaron las tesis de la defensa sino que cuestionaron el informe final del CSN que condujo al cierre de la planta. Seg¨²n explicaron, el Plan de Reevaluaci¨®n de la Seguridad tan s¨®lo hubiera mitigado el desarrollo del accidente, que definieron, al igual que los acusados (tres directivos de Hifrensa y dos del CSN), de fortuito e imprevisible.
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