La 'guerra de las galaxias' sigue dividiendo a Rusia y Estados Unidos

La secretaria norteamericana de Estado, Madeleine Albright, no logr¨® superar ayer en Mosc¨² la oposici¨®n rusa a la revisi¨®n del tratado ABM antimisiles bal¨ªsticos. Su hom¨®logo ruso, ?gor Ivanov, recalc¨® que eso ser¨ªa un grave error y socavar¨ªa el delicado equilibrio sobre el que se mantiene el proceso de desarme. Albright se mostr¨® convencida de que las dos superpotencias nucleares encontrar¨¢n un punto de entendimiento. E Ivanov expres¨® su confianza en que se hallen "otras respuestas a la eventual amenaza de terceros pa¨ªses". El deseo estadounidense de desplegar un sistema antimisiles que prevenga de ataques desde Estados sospechosos de terrorismo (una versi¨®n reducida de la guerra de las galaxias de Ronald Reagan) es el principal obst¨¢culo para avanzar en el camino del desarme.

Donde no hay discrepancias es en el tratado START II, que debe reducir a no m¨¢s de 3.500 el n¨²mero de cabezas nucleares de cada pa¨ªs, y que est¨¢ pendiente de ratificaci¨®n por la Duma rusa. Ivanov volvi¨® a mostrar la intenci¨®n de su Gobierno de luchar por el visto bueno de la C¨¢mara, y tanto ¨¦l como Albright apostaron por negociar luego otro acuerdo, el START III, con reducciones adicionales de los arsenales at¨®micos.

Rusia es partidaria de limitar en esa fase hasta 1.500 el n¨²mero de cabezas de cada pa¨ªs, mientras que EEUU prefiere un techo m¨¢s alto, de entre 2.000 y 2.500. Un acuerdo sobre el ABM podr¨ªa contribuir a limar diferencias. Albright pretende tambi¨¦n tomar el pulso a la Rusia de Vlad¨ªmir Putin, con el que probablemente se entrevistar¨¢ hoy. El viaje de la secretaria de Estado tuvo el domingo el preludio de una manifestaci¨®n ante la Embajada de su pa¨ªs, en la que se la retribuy¨® con ep¨ªtetos como "asesina", "vieja bruja" y "puta".