Jugada con la zurda
Lo acordado entre el PSOE e IU no es exactamente lo que hab¨ªa propuesto Almunia, pero tal vez sus efectos en favor de un Gobierno de la izquierda no sean menores a los previstos. Tampoco es el acuerdo que le hubiera gustado a Frutos, pero puede que ello favorezca a IU. El principal efecto del pacto es que crea las condiciones para una movilizaci¨®n del electorado de izquierda tentado por la abstenci¨®n, lo que pone m¨¢s dif¨ªcil un triunfo de Aznar y hace veros¨ªmil una victoria de la oposici¨®n. Otros efectos son que ayuda a IU a situarse en la vida pol¨ªtica real, lo que favorece a toda la izquierda, y relativiza el papel de los nacionalismos como bisagra indispensable en caso de mayor¨ªa no absoluta del partido vencedor.Pudo pensarse que la estrategia de los socialistas se resum¨ªa en la alternativa: si aceptan, bien, y si rechazan, mejor; dando por supuesto que si no hab¨ªa acuerdo los electores desenga?ados de IU se pasar¨ªan directamente al PSOE. Frutos rechaz¨® retirar sus candidaturas por razones internas que pueden entenderse, por lo que dasaparec¨ªa el efecto electoral perseguido. Pero la alternativa de modificar por la izquierda el programa socialista e improvisar candidaturas de coalici¨®n era igualmente inviable en la pr¨¢ctica.
Planteadas as¨ª las cosas, la expectativa despertada por la propuesta y las reacciones de los otros jugadores (el Gobierno y los medios afines, sobre todo) han cambiado las condiciones de la partida: la din¨¢mica unitaria ha resultado m¨¢s fuerte que eventuales estrategias partidistas y se ha impuesto un pacto que, si no era el querido inicialmente por ninguna de las partes, puede acabar favoreciendo a ambas.
El acuerdo program¨¢tico es bastante viable. IU ha desistido de imponer en el programa de gobierno planteamientos estramb¨®ticos como la salida de la OTAN o el rechazo al plan de estabilidad ligado al euro, limit¨¢ndose a mantenerlos en su manifiesto electoral. Tambi¨¦n ha aceptado, como sus colegas franceses, que una cosa es no bajar los impuestos y otra subirlos despu¨¦s de haber sido recortados, aunque sea de manera asim¨¦trica; y que lo malo no son las privatizaciones, sino la forma como se las ha trajinado el PP para apoderarse del poder econ¨®mico. Tambi¨¦n han desaparecido propuestas ut¨®picas derivadas de la forma como Anguita entend¨ªa la parte declarativa de la Constituci¨®n: respecto al derecho a la vivienda, por ejemplo. Las propuestas en materia de pensiones y salario m¨ªnimo son las propias de un partido de izquierda, pero sin el dogal de fijar incrementos concretos, y con la salvaguarda de que las pol¨ªticas sociales deber¨¢n en todo caso ser compatibles con los objetivos de d¨¦ficit marcados por la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria.
En 1982, la experiencia del Gobierno de Maurois en Francia ilustr¨®, en negativo, lo que un Gobierno de izquierdas no pod¨ªa hacer. Ahora, la de Jospin indica lo que, en un contexto general de crecimiento saneado, s¨ª se puede hacer para compatibilizar la creaci¨®n de riqueza con unas medidas redistributivas razonables y con la b¨²squeda de huecos en el mercado que ayuden a paliar el desempleo. El programa de gobierno PSOE-IU es un marco gen¨¦rico, inevitablemente ambiguo, pero se?ala compromisos diferenciados respecto a la derecha.
Lo que sale del acuerdo es una oportunidad. La de una movilizaci¨®n del electorado de izquierda. Hay un mill¨®n de votos perdidos por IU entre 1996 y 1999. Contra lo que dicen a Frutos los mismos que en su d¨ªa le dieron a Anguita la embarcada de que el enemigo principal era el felipismo, el pacto no favorece el salto de esos votantes hacia el PSOE, sino que no se pierdan en la abstenci¨®n. Es decir, en buena medida, que vuelvan a IU, una vez que esta formaci¨®n deja de aparecer como el aliado enmascarado de Aznar. A su vez, esa din¨¢mica devuelve a IU al campo de juego, favoreciendo las tendencias que en su seno defend¨ªan una pol¨ªtica m¨¢s realista y con vocaci¨®n de influir desde el Gobierno y no s¨®lo de halagar a quienes les dicen que lo mejor para la izquierda aut¨¦ntica es que gane la derecha.
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