"La democracia alemana est¨¢ enferma"
El ex ministro de Hacienda alem¨¢n y dirigente del SPD Oskar Lafontaine afirma que ni Helmut Kohl ni nadie est¨¢ por encima de la ley y que la crisis de la CDU afecta de lleno a toda la democracia alemana.Pregunta.Fondos de reptiles, dinero sucio, corrupci¨®n: ?est¨¢ enferma la democracia alemana?
Respuesta.Est¨¢ enferma la CDU. Pero como este partido es uno de los pilares de nuestra democracia, cuyo funcionamiento requiere un partido conservador y un partido de masas, los problemas recaen sobre la democracia alemana en su totalidad. No puedo alegrarme de las dificultades que atraviesan los dem¨®cratas cristianos. Hay que confiar en que salgan de la crisis. Disponen de los medios para lograrlo: no todos sus militantes son corruptos, desde luego. Los que ejercen cargos municipales, sobre el terreno, suelen hacer un buen trabajo.
P.El canciller jur¨® respetar la Constituci¨®n ante el Parlamento. Sin embargo, la viol¨® en dos sentidos, al aceptar contribuciones importantes sin declararlas y al negarse a revelar el nombre de los donantes.
R.No respet¨® la ley. La promesa que hizo a sus contribuyentes de no revelar sus nombres no se sostiene. La Constituci¨®n, la ley fundamental, es m¨¢s importante que un compromiso privado. En cuanto a la raz¨®n de Estado que se invoca en ocasiones, especialmente en Francia, para remitirse a la autoridad todopoderosa del Estado centralizado, se trata de una excusa que en Alemania no tiene ning¨²n valor. Se considera una coartada y un peligro para la democracia; en un sistema democr¨¢tico, todo el mundo es igual ante la ley y debe obedecerla: la gente normal y los poderosos. Alemania es un pa¨ªs en el que la ley es sagrada.
P.Parece que Fran?ois Mitterrand financi¨® los fondos de reptiles de Kohl.
R.?D¨®nde est¨¢n las pruebas? ?Alg¨²n amigo de Mitterrand? ?El guardia del palacio del El¨ªseo? Soy esc¨¦ptico al respecto. Mitterrand no era tan ingenuo como para pensar que el dinero pod¨ªa decidir una campa?a electoral. En septiembre de 1998 no fue el dinero lo que hizo que cambiara la correlaci¨®n de fuerzas. El pueblo quer¨ªa rostros nuevos. Estaba harto de Kohl. En cuanto a la campa?a de 1994, que viv¨ª desde dentro, la derrota del SPD no tuvo nada que ver con el dinero. Perdimos porque cometimos un error detr¨¢s de otro. Pecamos de vaguedad en nuestras propuestas fiscales, no conseguimos que, en mayo, saliera elegido Johannes Rau como presidente de la Rep¨²blica Federal, multiplicamos las ambig¨¹edades, sobre todo cuando Schr?der se declar¨® dispuesto a asumir la cartera de Econom¨ªa si se plasmaba una gran coalici¨®n entre los democristianos y los socialdem¨®cratas. Y queda un ¨²ltimo argumento: que Mitterrand quisiera ayudar a Kohl, m¨¢s europeo que los dirigentes del SPD. Reconozco que, en aquella ¨¦poca, yo ten¨ªa m¨¢s reservas que Kohl respecto a la uni¨®n monetaria, y que Schr?der no ten¨ªa todav¨ªa ninguna opini¨®n. Nos adherimos a la idea posteriormente. De ah¨ª a que financiara a nuestro adversario...
P.En su libro El coraz¨®n late a la izquierda reconoce el humor y la astucia de Kohl y admira su forma de ignorar los insultos de la prensa. ?Le concede alguna circunstancia atenuante?
R.Siempre he apreciado a las personas que tienen convicciones s¨®lidas y no reniegan de ellas. Pero de ah¨ª a disculparle, ?no! Si cometi¨® un delito, la norma debe ser igual para todos. La transparencia ha desvanecido el mito de los h¨¦roes pol¨ªticos.
? Le Nouvel Observateur.
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