Victoria p¨ªrrica

El anuncio de Yevgueni Primakov de que no se presentar¨¢ a las elecciones presidenciales rusas es tan s¨®lo una prueba m¨¢s del gran partido que el actual presidente, Vlad¨ªmir Putin, sucesor y favorito de Bor¨ªs Yeltsin, ha logrado sacarle a la guerra de Chechenia. Ayer, Mosc¨² y los propios rebeldes chechenos anunciaban que los resistentes se hab¨ªan retirado de Grozni y que la capital quedaba, m¨¢s o menos, bajo control de las fuerzas rusas.Pero ahora qu¨¦. Putin puede ser ya un favorito imbatible ante las elecciones presidenciales. Pero su guerra, iniciada por unos atentados contra edificios civiles en Mosc¨² y otras ciudades rusas cuya autor¨ªa est¨¢ cada vez m¨¢s en duda, no ha terminado. El ¨¢nimo de victoria y revancha que ha dominado Mosc¨² durante tres meses est¨¢ desapareciendo a marchas forzadas. Los reclutas rusos mueren mucho m¨¢s de lo que las autoridades se atreven a confesar a su opini¨®n p¨²blica. Las madres de los soldados, organizadas desde la ¨²ltima guerra en Grozni hace tres a?os, no comulgan ya con las ruedas de molino que les ofrece el Gobierno. Saben que no son pocos cientos, sino muchos m¨¢s los j¨®venes rusos que han perdido la vida en una guerra que tiene todo el aspecto de ser una operaci¨®n pol¨ªtica de relaciones p¨²blicas.

Ahora, los chechenos se refugiar¨¢n en las monta?as del sur, se infiltrar¨¢n detr¨¢s de las l¨ªneas rusas, y los cad¨¢veres de reclutas seguir¨¢n llegando con terrible regularidad a sus ciudades. Los infelices soldados rusos est¨¢n ahora ante una misi¨®n casi imposible. Dominar¨¢n cruces de carreteras, nudos de ferrocarril y alg¨²n tramo de los oleoductos. Y todo el resto del pa¨ªs ser¨¢ para ellos una trampa mortal. Gran n¨²mero de miembros de las fuerzas especiales se han ido a compa?¨ªas de seguridad privadas que pagan m¨¢s para evitar asesinatos mafiosos hoy casi cotidianos. Es posible que Putin haya conseguido sus objetivos electorales con esta guerra. Pero ni Rusia va a dominar Chechenia ni Putin puede estar demasiado seguro de que su p¨ªrrica victoria no le va a dinamitar muchas ambiciones. Que mueran los chechenos parece dar igual. Que mueran los soldados rusos tiene un coste. Y es Putin finalmente quien, en buena l¨®gica, habr¨¢ de pagarlo.