"Queremos proyectarnos y colaborar en la construcci¨®n de la sociedad"
A Joan Anton Maragall, elegido hace una semana presidente del C¨ªrculo del Liceo por aclamaci¨®n de los socios de este club privado con m¨¢s de 150 a?os de historia y vecino del coliseo l¨ªrico barcelon¨¦s, a punto est¨¢ de escap¨¢rsele la sentencia de tonos filos¨®ficos "No hay mal que por bien no venga". "No puedo decir bienvenido sea, pero todo periodo de par¨¦ntesis genera un espacio de reflexi¨®n, un espacio para poder dise?ar el futuro mejor y eso se ha hecho en esta casa", dice cuando se le pregunta sobre si el fuego que algunos creen que en el fondo no ha sido tan tr¨¢gico para el teatro del Liceo ha beneficiado en algo a la instituci¨®n que preside, que vio s¨²bitamente mermada su actividad al cesar por m¨¢s de cinco a?os la actividad en el coliseo oper¨ªstico.Joan Anton Maragall, galerista y director de la Sala Par¨¦s, es, con la junta de gobierno que preside, el futuro inmediato del C¨ªrculo del Liceo. El futuro para los pr¨®ximos cuatro a?os, periodo para el que ha sido elegido; un futuro en el que se avistan cambios, tibios, pero significativos para una instituci¨®n que desde fuera se ve como retr¨®grada, conservadora, exclusivista e inmovilista.
"No estoy de acuerdo con esa definici¨®n", dice rotundo, aunque asegura que entiende que "desde fuera haya gente que lo vea as¨ª". Vicepresidente de la instituci¨®n durante los ¨²ltimos cuatro a?os, presididos por Carlos Cuatrecasas, Maragall afirma sentirse heredero del esp¨ªritu que ha impreso su predecesor en el cargo, quien sorteando no pocos obst¨¢culos internos supo proyectar una imagen de cambio y apertura al exterior con iniciativas como la de abrir el club a visitas de extra?os durante 1992, exponer en Barcelona, Madrid y Sevilla la notable colecci¨®n de arte, con las c¨¦lebres pinturas de Ramon Casas -joyas de la corona-, y organizar junto a otras instituciones conciertos con la orquesta, el coro y el director musical de La Scala de Mil¨¢n, Riccardo Muti, a beneficio de la reconstrucci¨®n del Liceo.
En el C¨ªrculo del Liceo, Joan Anton Maragall, hombre de probado talante progresista, adopta tonos conservaduristas y lenguaje diplom¨¢tico, pero anuncia cambios. Pasos de hormiga, vistos desde fuera, pero que pueden ser considerados de elefante desde dentro. Y todo planeado con la astucia del lince. "Trabajamos siguiendo el camino iniciado por Cuatrecasas. Somos conscientes de que en esta instituci¨®n es una tradici¨®n, como ocurre con otros pa¨ªses e incluso en Espa?a con las sociedades gastron¨®micas vascas, que s¨®lo los varones puedan ser socios del club, pero existen elementos que indican que algunos socios actuales quieren que esto cambie", dice a modo de pre¨¢mbulo. Y contin¨²a midiendo el significado de cada una de sus palabras: "La junta y yo pedimos tiempo para estudiarlo, pero pienso proponer, con la voluntad de que sea efectivo de forma r¨¢pida, que durante las funciones oper¨ªsticas y los actos culturales que organizamos, las esposas de los socios puedan acceder al C¨ªrculo del Liceo sin que sea necesaria la presencia de sus maridos". Esta concesi¨®n se har¨¢ extensiva a las viudas de los socios.
?De aqu¨ª a permitir que las mujeres puedan ser socias hay s¨®lo un paso? "Esto lo dice usted, no yo", se apresura a puntualizar reprimiendo una sonrisa. Aliviado del peso de tener que hablar de la manifiesta incorrecci¨®n pol¨ªtica que supone actualmente no dejar que las mujeres puedan ser socias, Joan Anton Maragall anuncia que el C¨ªrculo trabajar¨¢ en proyectar una imagen p¨²blica m¨¢s beneficiosa para la instituci¨®n.
"La media de edad de los socios sigue siendo muy alta, pero est¨¢ bajando. Desde el pasado mes de noviembre se han incorporado a la instituci¨®n 17 nuevos miembros, un ritmo que nunca hab¨ªa sido tan alto" afirma. "Son personas que no s¨®lo est¨¢n interesadas en los servicios que ofrece el club, sino tambi¨¦n en lo que ¨¦ste significa y lo que puede ser en el futuro".
Maragall asegura que el C¨ªrculo del Liceo quiere hacer o¨ªr su voz. "Como otras instituciones queremos trabajar no s¨®lo para nosotros, sino para la ciudad y para el pa¨ªs. Queremos marcar un ritmo, influir en un esp¨ªritu tolerante, solidario, defensor de la cultura y de la historia proyectada hacia el futuro. Queremos proyectarnos y colaborar en la construcci¨®n de la sociedad en una etapa en la que el peso de lo p¨²blico tender¨¢ a disminuir en beneficio de lo privado. Y queremos hacerlo desde el ¨¢mbito que nos es m¨¢s pr¨®ximo como es el mundo de la cultura y el de la sociedad. En este proceso pretendemos incorporar a las nuevas generaciones".
Reconoce Joan Anton Maragall que las relaciones con el teatro del Liceo no siempre han sido dulces -"siempre ha habido roces, como es l¨®gico en una relaci¨®n de vecindad", dice-, pero asegura que actualmente son muy buenas. "Siempre ha habido colaboraci¨®n y el ejemplo m¨¢s reciente son los conciertos que hemos organizado a beneficio del teatro. Nosotros, al igual que otras instituciones de Barcelona, debemos continuar realizando actos que contribuyan a la brillantez del trabajo del Liceo".
El nuevo presidente quiere abrir las puertas del C¨ªrculo del Liceo al arte actual. "Otras personas adem¨¢s de yo mismo creemos que el patrimonio art¨ªstico de la instituci¨®n debe enriquecerse no s¨®lo con obras de la ¨¦poca en que fue creado, sino tambi¨¦n con obras de hoy. El edificio cuenta con nuevos espacios que se abrir¨¢n pr¨®ximamente y que nos pueden brindar la oportunidad de repetir, con artistas actuales, lo que se hizo a principios de siglo con los artistas modernistas". Maragall piensa plantear la financiaci¨®n de esta iniciativa con una operaci¨®n de mecenazgo. "Ser¨ªa toda una declaraci¨®n por parte del C¨ªrculo del Liceo de su vinculaci¨®n con la cultura de su ¨¦poca y su momento", dice.
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