Plumas de AVE

El magnetismo del AVE le ha cambiado las agujas a un pu?ado de pol¨ªticos. Cuando el veloz ferrocarril program¨® su primera parada en Sevilla, el eterno diputado socialista Carlos Sanju¨¢n tuvo la desagradable misi¨®n de aplacar el clamor desde M¨¢laga. Prolongar el p¨¢jaro era demasiado caro y habr¨ªa que conformarse con suced¨¢neos, es decir lanzaderas desde C¨®rdoba. Por algo sus compa?eros apodaban al congresista el comandante. La consejera de Econom¨ªa, Magdalena ?lvarez, decidi¨® en esta legislatura levantarle el vuelo al mochuelo y el ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado, comprob¨® asombrado que no pod¨ªa librarse ni de las plumas. La primera reacci¨®n de Arias Salgado se conoci¨® en un foro interno, la comisi¨®n de infraestructuras de su partido. All¨ª, al observar el frenes¨ª por los trenecitos, le espet¨® a su auditorio: "No se equivoquen, el granero de votos viaja por carretera, as¨ª que a demandar m¨¢s calzadas y menos v¨ªas". El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, tampoco se qued¨® atr¨¢s y habl¨® de demagogia ante tanto ra¨ªl como se le ven¨ªa encima, desde Valladolid a M¨¢laga, sin olvidar Guadalajara.Ahora, Arias Salgado es un converso y viaja en penitencia presentando su billonario plan de infraestructuras. Las grandes sumas se las lleva el tren, que pasea con el augusto nombre de corredor ferroviario. Su arrepentimiento fue creciendo a medida que se aproxim¨® a la cuna de sus desdichas. En Sevilla, aventur¨® que el AVE a M¨¢laga alcanzar¨ªa la meta de su licitaci¨®n este a?o, pero 20 horas despu¨¦s expiaba su pecado apremiando a sus t¨¦cnicos para dar a conocer ya en la Costa del Sol que la primera excavadora se abrir¨¢ paso por C¨®rdoba el 15 de noviembre. Luego, contrito ante su auditorio, aseguraba que no encontrar¨ªamos en Espa?a mayor rentabilidad en una apuesta por un medio de locomoci¨®n. La metamorfosis hab¨ªa terminado.

S¨®lo falta ya rescatar de su estaci¨®n de tr¨¢nsito a IU, metida en la disquisici¨®n filos¨®fica entre la velocidad alta y la alta velocidad. A lo mejor, por eso, cuando el alcalde de El Borge, Jos¨¦ Antonio Ponce, supo que la direcci¨®n provincial visitar¨ªa su pueblo el s¨¢bado, y pens¨® que el candidato Antonio Romero llegar¨ªa al frente, dise?¨® llevar a la comitiva a la iglesia. No era la de Los Remedios, pero s¨ª la del Rosario. A veces, cuando las convicciones son tan profundas, hay que encomendarse a las plegarias.

ANTONIO M?NDEZ