Entrega esperada

Francia entreg¨® ayer a las autoridades espa?olas al ex jefe m¨¢ximo de ETA Francisco M¨²gica Garmendia, Pakito. Detenido en la localidad vasca francesa de Bidart en 1992, ha cumplido condena desde entonces en las c¨¢rceles galas por asociaci¨®n il¨ªcita y deber¨¢ responder ahora ante la justicia espa?ola por 26 asesinatos. Durante estos a?os los tribunales franceses han dado el visto bueno a 16 demandas de extradici¨®n cursadas por la Audiencia Nacional. A la luz de los indicios acumulados en los respectivos sumarios judiciales, es del todo improbable que se repita lo ocurrido con Jos¨¦ Antonio Urruticoetxea, Josu Ternera, tambi¨¦n antiguo dirigente de ETA y actual miembro de la Comisi¨®n de Derechos Humanos del Parlamento de Vitoria, a quien excarcel¨® recientemente el Tribunal Supremo por entender que no pod¨ªa ser juzgado en Espa?a por los mismos hechos por los que ya hab¨ªa sido condenado en Francia.El papel dirigente de Pakito, integrado en la c¨²pula de ETA que bajo el nombre colectivo de Artapalo marc¨® una de las ¨¦pocas m¨¢s sanguinarias de la banda terrorista, parece estar bien documentado en una larga relaci¨®n de sumarios judiciales que incluye como atentado m¨¢s sanguinario el cometido en 1987 contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, en el que murieron 11 personas, entre ellas 5 ni?os.

De esa direcci¨®n colectiva de Artapalo form¨® parte tambi¨¦n Jos¨¦ ?lvarez Santacristina, Txelis, expulsado de ETA en 1998 por abogar por el cese de la lucha armada y ya entregado a la justicia espa?ola. Queda por extraditar Jos¨¦ Mar¨ªa Arregui, Fitipaldi, tercer componente de la direcci¨®n etarra que fue desarticulada en 1992 en Bidart, en v¨ªsperas de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona.

M¨¢s tarde o m¨¢s temprano, la justicia no deja de pasar factura a quienes la desaf¨ªan con la jactancia con que lo hizo durante a?os Artapalo, inspirador y responsable ¨²ltimo de la actuaci¨®n de ETA en una de sus etapas m¨¢s sangrientas. Pakito tendr¨¢ que v¨¦rselas ahora con la justicia y dar cuenta de los innumerables cr¨ªmenes que se le imputan. Ser¨ªa verdaderamente curioso que este activista dedicado de por vida a la causa del terror pretendiera esconder su responsabilidad tras el car¨¢cter pretendidamente colegiado del ¨®rgano que establec¨ªa la agenda de atentados hasta su desarticulaci¨®n en 1992. A la justicia le corresponde ahora encontrar el hilo que conduzca desde los ejecutores materiales hasta quienes les daban las ¨®rdenes.

La entrega de Pakito pone de manifiesto, una vez m¨¢s, que la lucha efectiva contra ETA sigue pasando por la cooperaci¨®n entre Francia y Espa?a, as¨ª como por una actuaci¨®n diligente de la justicia en la b¨²squeda de pruebas que impidan la impunidad de quienes matan o mandan matar.