Premios

El d¨ªa de La Pepa, la Constituci¨®n de 1812, se ha convertido en C¨¢diz en el d¨ªa de los premios provinciales, por obra y gracia de la Diputaci¨®n. Bien est¨¢n los premios si sirven para algo, han debido pensar en la instituci¨®n, empe?ada en hacer provincia m¨¢s all¨¢ de afanes segregacionistas. El jud¨ªo sefard¨ª gibraltare?o Salom¨®n Seruya, que fue embajador de Israel en Filipinas, y uno de los abanderados del acercamiento entre la Roca y Andaluc¨ªa, recibir¨¢ su placa de oro de la provincia. Premio a la tolerancia. Tambi¨¦n recoger¨¢ otra distinci¨®n id¨¦ntica la Diputaci¨®n Foral de Vizcaya, al cumplirse el 500 aniversario del Colegio de Pilotos Vizca¨ªnos, una entidad que, con navegantes como Mart¨ªn de Urtubia, desbroz¨® la autov¨ªa atl¨¢ntica entre C¨¢diz y Am¨¦rica; profundiz¨® en la ciencia n¨¢utica y estableci¨® los lazos que terminar¨ªan sedimentando en C¨¢diz la presencia de las familias vascas que alumbraron los primeros astilleros en la Bah¨ªa. Premio a la memoria.Las placas de plata ser¨¢n para la ciencia: el grupo de alelopat¨ªa de la Facultad de Qu¨ªmicas por sus hallazgos de herbicidas naturales que ya est¨¢n en manos de multinacionales; y para el investigador de San Fernando P¨¦rez Gallardo, padre de una vacuna contra el tifus exantem¨¢tico. El funcionario y sindicalista Jos¨¦ P¨¦rez Toledo recibir¨¢ la placa de bronce a t¨ªtulo p¨®stumo. Jes¨²s Mart¨ªnez de la conservera La Barbate?a ha sido merecedor del premio a la capacidad innovadora en la creaci¨®n de empleo. Premio al at¨²n en manteca.

Cuando fue premiada Roc¨ªo Jurado, la Diputaci¨®n fue acusada de folclorista. Este a?o ser¨¢ el cantaor Chano Lobato, de 72 a?os, el designado como hijo predilecto de la provincia, honor que ya recae sobre Paco de Luc¨ªa. Lo del flamenco del barrio Santa Mar¨ªa, no es folclorismo, es premio a la historia. La de un barrio que fue puntal del cante y de una generaci¨®n de cabales a los que el mundo se les qued¨® estrecho. Chano Lobato es como C¨¢diz: entradito en a?os, multicultural y con humedad en los ojos. Se lo han reconocido este a?o con otro premio, el Ondas, que ensalza su trayectoria y su proverbial habilidad para someter al dictado de la buler¨ªa a Carlos Gardel, a Paul Anka y a Manuel Alejandro.

Aunque el premio m¨¢s curioso del a?o es el del Club Social del Ayuntamiento, que destina medio mill¨®n al mejor estribillo de Carnaval, mientras que le adeuda 30 millones a los comerciantes de C¨¢diz. Premio al disparate.

ANTONIO HERN?NDEZ-RODICIO