De Trias a Triad¨² XAVIER BRU DE SALA
A un mes vista de las elecciones, Xavier Trias ha dejado su departamento estrella para entrar de lleno en campa?a. Tal vez m¨¢s que intentar un balance de su gesti¨®n, positivo en t¨¦rminos generales, gracias a su talante pactista y a pesar de la apat¨ªa impuesta por Pujol a su Gobierno en la legislatura anterior, convenga ahora analizar las perspectivas del reto que encara. Es un excelente candidato, pero se enfrenta a una situaci¨®n en la que las circunstancias le van en contra. Por una parte, el asunto importante de la campa?a es la bipolarizaci¨®n derecha-izquierda. Si en las dos anteriores citas electorales se planteaba por encima de todo el asunto de la alternancia, agravado por la corrupci¨®n y los esc¨¢ndalos que afloraron en las ¨²ltimas etapas de Felipe Gonz¨¢lez, ahora se trata antes que nada de decidir entre dos modos de hacer pol¨ªtica. O gobierna el partido conservador, que muestras dosis de centrismo en varios apartados de su quehacer gubernamental pero que refuerza un talante general claramente a la derecha, tufillo autoritario incluido, o lo hace un Almunia que, gracias la muy principal colaboraci¨®n de Frutos e Izquierda Unida, escora a la izquierda sin demasiadas ambig¨¹edades. Gane quien gane, el primer efecto de tal confrontaci¨®n ser¨¢ la disminuci¨®n del abstencionismo -que sin duda se hubiera incrementado de presentar los dos grandes partidos una batalla por el espacio de centro-. Y ya se sabe que el primer efecto del incremento de votantes es el encarecimiento del coste en papeletas de cada diputado. Eso perjudica a los resultados de CiU.Le perjudica, adem¨¢s, la impresi¨®n, bastante generalizada en Catalu?a y de modo especial entre el electorado de CiU, de que se agot¨® el sistema de apoyar al ganador a cambio de unos beneficios m¨¢s bien exiguos en materia de traspasos y financiaci¨®n. La combinaci¨®n de tres elementos, nacionalismo m¨¢s centrismo moderador m¨¢s influencia decisiva en el Gobierno, constituye un c¨®ctel de indudable y probada eficacia electoral, capaz en el pasado de resistir los embates del bipartidismo. Pero a la vista de la cuenta de resultados, es obvio que los efectos distan mucho de las expectativas despertadas. A los catalanes les produce un enorme placer el hecho de mandar en Espa?a. A los catalanistas, incluso m¨¢s. De ah¨ª que aflore un cierta frustraci¨®n al comprobar que en la pr¨¢ctica la capacidad decisoria se ha visto muy mermada. Si entre 1993 y 1996 la crispaci¨®n no dejaba lugar a un espacio claro de intervenci¨®n, despu¨¦s de 1997 Pujol ha temido a Aznar y no al rev¨¦s.
A la vista, pues, de la doble circunstancia negativa, bipolarizaci¨®n y agotamiento del modelo basado en la gobernabilidad, Trias intenta cambios en el discurso de CiU -por ejemplo, la posibilidad de apoyar al que no gane-. Sin embargo, la inercia de CDC y la sombra de Pujol siguen pesando, por lo que cuenta con poco margen de maniobra. La novedad, lo que de veras le dar¨ªa votos, ser¨ªa el anuncio de su predisposici¨®n a entrar, bajo determinadas condiciones, en el Gobierno. Es lo que le falta para acabar de alinearse con las posiciones que en tiempos m¨¢s dif¨ªciles preconizaba Miquel Roca. Estoy bastante seguro de que le gustar¨ªa lanzar un bocado de este estilo a su electorado, pero dudo mucho que se atreva a hacerlo, so pena de entrar en contradicci¨®n con el ala menos moderada de su partido. Aunque se cumpla este pron¨®stico, todo lo que CiU supere los 12 o 13 diputados el 12-M se deber¨¢ al factor Trias.
Recuerdo, para pasar a la segunda parte del art¨ªculo, que fue precisamente Joaquim Triad¨² uno de los que en 1996, reci¨¦n incorporado al consejo nacional de Converg¨¨ncia, mantuvieron posiciones menos cerradas con ocasi¨®n del famoso debate sobre la propuesta del pacto de gobierno presentada por Roca. Si alguien tiene dudas, un repaso a los peri¨®dicos del momento se lo confirmar¨¢. Triad¨² disfruta de una merecida fama que le convierte en el m¨¢s puro representante de la ortodoxia pujolista, nacionalista, cat¨®lico y pragm¨¢tico de toda la vida, pero al mismo tiempo es un miembro activo de la Fundaci¨®n Barcelona, de signo dialogante e ideol¨®gicamente renovador, cuyo n¨²cleo est¨¢ compuesto por los que en un tiempo fueron j¨®venes m¨¢s que menos roquistas y que luego se han visto centrifugados hacia la actividad privada por el poco caso que Pujol les hac¨ªa. Por si fuera poco, debe de ser el ¨²nico allegado de la familia de Pujol y del n¨²cleo duro de CDC que al mismo tiempo cuenta con el benepl¨¢cito de Duran Lleida.
La singularidad de Triad¨² me recuerda, para bien, la an¨¦cdota atribuida a Abdus Salam, premio Nobel de F¨ªsica y premio Internacional Catalunya, adem¨¢s de musulm¨¢n militante. Cuentan que, con ocasi¨®n del premio catal¨¢n, Pujol dio por sentado, en animada conversaci¨®n, que en la opini¨®n del f¨ªsico la religi¨®n y la ciencia no entraban en conflicto. "Nada de eso", espet¨® Salam con estas o parecidas palabras, "en mi opini¨®n una cosa es el trabajo y otra las creencias, de modo que lo mejor es no mezclarlas". Triad¨², a quien vi trabajar en el Departamento de Cultura, es, entre las personas que conozco, la que m¨¢s asuntos es capaz de resolver en menos tiempo. Posee una capacidad de gesti¨®n portentosa. Casi siempre aplica criterios de pragmatismo. Hasta el momento ha trabajado en la cocina. A partir de ahora, deber¨¢ hacerlo adem¨¢s en el comedor y ante los focos de la atenci¨®n p¨²blica que tan acostumbrado est¨¢ a rehuir. ?Se forjar¨¢ un espacio entre los pol¨ªticos de primera fila del nacionalismo pospujolista? Es posible, aunque lo duden muchos de los que le conocen. Cuesta poco atribuirle un papel clave en decisiones importantes, pero es m¨¢s dif¨ªcil imaginarle, como a su antecesor, present¨¢ndose de n¨²mero uno en unas elecciones. Sea como sea, en un futuro pr¨®ximo CDC deber¨¢ optar entre el n¨²cleo ideologista al que Triad¨² pertenece y la l¨ªnea pragm¨¢tica, de la que es conspicuo exponente. Puede incluso que est¨¦, discretamente pero con mucho peso, en el fiel de la balanza.
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