Mihi uero uidetur: La esperanza de los pactos

Me gusta que personas como Lis, miembro del PP, con buenas dotes parlamentarias y que responde con vigor las propuestas que le llegan de la oposici¨®n, se preocupe con tanto ¨¦nfasis del pacto PSOE-IU. En s¨ª es ya un buen s¨ªntoma para la izquierda que los que gobiernan en estos momentos est¨¦n permanentemente descalificando y minimizando lo que ha constituido una nueva ruta para dos fuerzas pol¨ªticas que hasta ahora han estado distantes y, en ocasiones, contrapuestas. Eso indica que la iniciativa pol¨ªtica est¨¢ en la izquierda y los otros van contracorriente, recurriendo a expresiones trasnochadas y ya periclitadas como la de "social-comunistas", o, en una versi¨®n menos estridente, aluden a la inconveniencia para el PSOE porque ¨¦ste perder¨ªa apoyos por el centro, de las clases medias urbanas que estar¨ªan asustadas al ver ministros comunistas en el gobierno de Espa?a. ?Acaso no podr¨ªa ser un buen ministro R¨ªos sin necesidad de compararlo con Matutes o Arias Salgado?Entramos en un periodo de reconversi¨®n y reflexi¨®n como ha ocurrido en Italia y Francia, donde las fuerzas de izquierda gobiernan y no han puesto en cuesti¨®n ninguno de los temas fundamentales que en estos momentos se barajan en la Uni¨®n Europea. Tambi¨¦n les preocupa a los populares la falta, a su juicio, de programa y auguran que todo ser¨¢ un desastre si acaban por gobernar juntos: subida de la inflaci¨®n, p¨¦rdida de puestos de trabajo, aislamiento europeo, etc (argumentos que me hacen recordar los temores de Fraga cuando ganaron los socialistas en 1982), porque, como apunta Lis, "el discurso est¨¢ en otro sitio". No s¨¦ si se estar¨¢ refiriendo a que los populares de Austria han preferido pactar con la extrema derecha y no repetir con los socialdem¨®cratas (y hay que alegrarse de que el PP haya criticado junto con otros partidos similares de Europa tal coalici¨®n), o al r¨¢pido pacto que hizo en 1996 con el PNV y CiU para asegurar la investidura de Aznar siendo que en aquella campa?a electoral -como la actual- hab¨ªan considerado a los nacionalismos un peligro para Espa?a y en ning¨²n momento se hiciera alusi¨®n en el programa del PP a posibles pactos con dichas formaciones pol¨ªticas. ("Pujol, enano, habla castellano" gritaban las huestes concentradas en los alrededores de la calle de G¨¦nova en marzo de 1996). Lo importante, entonces, era desalojar a los socialistas de la Moncloa a costa de lo que fuera, sin reparar en programas, y ahora, curiosamente, afirman que el ¨²nico motivo que impulsa al PSOE es tirar al PP, sin ninguna propuesta coherente de gobierno.

Si hablamos de lo que se promete y lo que se hace, el PP no es un modelo de comportamiento. Sus propuestas hac¨ªan hincapi¨¦ en que se nombrar¨ªa a un profesional independiente en la direcci¨®n de RTVE, y ah¨ª ten¨ªamos a un militante del PP que era adem¨¢s diputado y no precisamente caracterizado por su eficacia y moderaci¨®n. ?D¨®nde est¨¢n las promesas de recortar los cargos de la Administraci¨®n para, seg¨²n dec¨ªan, ser m¨¢s comedidos en el gasto p¨²blico? ?Qu¨¦ se ha hecho de aquel compromiso de no nombrar a ning¨²n pol¨ªtico del PP en los consejos de administraci¨®n de las empresas p¨²blicas? ?Qu¨¦ ha pasado con aquel control quincenal que personalmente har¨ªa Aznar para evitar las desviaciones presupuestarias? El PP tiene un discurso contrapuesto a su comportamiento: afirman con rotundidad una cosa y al mismo tiempo hacen lo contrario

En esta ocasi¨®n las cosas se han producido de manera diferente: ha habido unos puntos program¨¢ticos discutidos durante varios d¨ªas sobre los cuales basar un modelo de gobierno progresista. No se trata de fagocitar a nadie ni de ganar un partido de f¨²tbol, es una propuesta coherente que respeta la autonom¨ªa de ambas organizaciones, y no como hace el PP con UV.

Desde la perspectiva de Lis hay un tiempo anterior al euro y otro posterior, m¨¢s o menos como si pas¨¢ramos de la Edad Media a la Moderna, como si la historia estuviera predeterminada -?restos de un marxismo mecanicista?-. Se olvida que los gobiernos del PSOE encauzaron la integraci¨®n en Europa y abrieron el camino del euro y son actualmente los socialdem¨®cratas alemanes, franceses, italianos y brit¨¢nicos quienes est¨¢n guiando la configuraci¨®n de la Uni¨®n Europea con pol¨ªticas que impulsan una mejor redistribuci¨®n presupuestaria para los sectores m¨¢s desfavorecidos y para que las diferencias entre regiones se reduzcan. Nadie cuestiona a Jospin por haber desempe?ado en el pasado diferentes responsabilidades de gobierno cuando a¨²n el euro estaba en mantillas. ?Alguien puede dudar que en la actualidad el primer ministro franc¨¦s contribuye a asentar la Europa del euro? ?Ignoran acaso que el gobierno de izquierdas de Jospin ha hecho que Francia tenga un d¨¦ficit menor que el de Espa?a?

Un gobierno progresista formado por gente del PSOE y de IU, o con el apoyo de ¨¦sta, favorecer¨¢ a unos colectivos que se han visto marginados en la distribuci¨®n presupuestaria, ampliar¨¢ las libertades pol¨ªticas y practicar¨¢ una cultura m¨¢s acorde con las vanguardias, sin que por ello se derrumbe nada ni se altere ning¨²n principio constitucional. En un sistema democr¨¢tico ganar las elecciones, con los pactos que los grupos parlamentarios decidan, depende de las voluntades pol¨ªticas libremente expresadas. ?No se acuerda Lis que en algunos municipios PP e IU gobiernan juntos y no ocurre nada?

Javier Paniagua es profesor de la UNED.