Siete familias marroqu¨ªes se van del pueblo tras 10 a?os de trabajo

Siete familias han decidido regresar a Marruecos despu¨¦s de 10 a?os de trabajo en los campos de El Ejido. La organizaci¨®n de inmigrantes marroqu¨ªes ATIME asegur¨® que el temor a que los incidentes xen¨®fobos no terminen con la negociaci¨®n, y a que el clima antimagreb¨ª contin¨²e larvado y afecte no s¨®lo a los trabajadores, sino a los ni?os en el colegio, ha empujado a un grupo de inmigrantes legales y de larga duraci¨®n a hacer un hatillo con sus ahorros y volver a su pa¨ªs natal.El estado de convivencia vigilada que vive la ciudad, que se encuentra repleta de polic¨ªas -ayer llegaron unidades de la Guardia Civil a caballo para patrullar por los caminos de los invernaderos-, est¨¢ lejos del clima de violencia que se desat¨® hace una semana, pero la situaci¨®n sigue tirante. Ayer se celebr¨® en la iglesia de Santa Mar¨ªa del ?guila una misa en memoria de Encarnaci¨®n L¨®pez, apu?alada por un ciudadano marroqu¨ª en el mercadillo del pueblo, cuando se cumpl¨ªa una semana de su fallecimiento.

Una veintena de personas colocaron un peque?o altar con flores y velas en el sitio del asalto. La polic¨ªa se coloc¨® en los lugares clave y con un gran dispositivo de agentes disuadi¨® a los posibles exaltados. Por lo dem¨¢s, todo era bastante normal en el pueblo y se pod¨ªa ver a mujeres y a ni?os magreb¨ªes paseando por sus aceras.

Mezquita

Frente a la comisar¨ªa de El Ejido, la secretaria de Estado para la Cooperaci¨®n del Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos, Aisa Belarbi, habl¨® con un centenar de sus conciudadanos. Una manifestaci¨®n espont¨¢nea se organiz¨® hasta la mezquita del pueblo, donde se pudieron ver los efectos del ataque vand¨¢lico al templo, situado en un peque?o bajo comercial. Belarbi se quej¨® del trato discriminatorio que reciben trabajadores magreb¨ªes en la zona, aunque eludi¨® responsabilizar al Gobierno espa?ol de la situaci¨®n y asegur¨® que se trataba de la acci¨®n de "un grupo aislado".

En lo que respecta al campo, gran parte de los braceros magreb¨ªes est¨¢ perdiendo la paciencia ante la tardanza de las negociaciones para dar por terminada la huelga que mantienen desde el martes pasado. Cuando no trabajan, no cobran; lo que deja en una situaci¨®n delicada a los m¨¢s desfavorecidos: los ilegales. No tienen ahorros y necesitan el d¨ªa a d¨ªa para comer.

La actividad econ¨®mica ha disminuido pero sigue viva. Ayer salieron de las alh¨®ndigas de la zona de El Ejido alrededor de 200 remolques llenos de hortalizas y frutas. En un d¨ªa normal esta cifra es de aproximadamente el doble.

Los sindicatos agrarios sostienen que unos 14 piquetes est¨¢n funcionado en el poniente almeriense. Su actividad se ha visto reducida por la presencia de polic¨ªas en moto y a caballo en las zonas de cultivo.

Por otra parte, los cuatro ciudadanos marroqu¨ªes encerrados por des¨®rdenes abandonaron ayer la c¨¢rcel de El Acebuche.