Fumar en pipa
Cuando dos personas que fuman en pipa se cruzan en la calle no pueden evitar unas mirada de complicidad y una ojeada m¨¢s o menos discreta a la pipa del otro. Lo cuenta Vicen? Lozano, periodista de la secci¨®n internacional de TV-3 y, por supuesto, fumador de pipa. Lozano preside el Pipa Club de Barcelona, una entidad que acaba de cumplir 20 a?os y que dispone de un agradable local en la plaza Reial de Barcelona, con un bar con ecos de Sherlock Holmes y con salones con sabor a anta?o donde hasta hace unos meses se pod¨ªa escuchar jazz en un ambiente relajado.Hablar con un fumador de pipa es hablar con alguien convencido de formar parte de un club especial, alguien para quien el cigarrillo viene a ser algo as¨ª como el fast food del tabaco. "El fumador de pipa es m¨¢s degustador de tabaco que el fumador compulsivo", explica Lozano. "Est¨¢ el ritual de la carga, el encendido, el procurar que no se apague... Adem¨¢s, lo bueno de la pipa es que estimula la conversaci¨®n, la tertulia".
La conversaci¨®n transcurre en el Pipa Club. No pod¨ªa ser en otro sitio. En el bar, varios fumadores, pipa en mano, hablan sin prisas mientras hojean una revista de tabaco. Uno de ellos saca una pipa de un estuche forrado de terciopelo y la coge con un cuidado extremo, como si fuera un beb¨¦. Opina Lozano que los fumadores de pipa tienen un club a la inglesa en Barcelona porque es algo que pide el entorno. Es como si del humo de las pipas surgiera por necesidad un espacio como el del Pipa Club, con sillones confortables, cuadros de gente que fuma en pipa, vitrinas con todo tipo de pipas, un billar y un bar con todo tipo de bebidas y, por supuesto, con humo de pipa en el aire.
"El club naci¨® en 1980", cuenta Lozano tras aspirar una bocanada de humo. "Primero ten¨ªamos la sede en Els Quatre Gats, un local emblem¨¢tico para los fumadores de pipa, ya que en los tiempos de Rusi?ol, Picasso y compa?¨ªa hab¨ªa incluso un mueble en la entrada para dejar las pipas". Dos a?os despu¨¦s, en 1982, los fumadores se fueron con sus pipas al nuevo local de la plaza Reial, un principal amplio y con mucha historia. Antes de su llegada ondeaba en el balc¨®n la bandera de la CNT y antes todav¨ªa fue vivienda y estudio del pintor Pere Pruna. Los fumadores de pipa procedieron a restaurarlo y a darle un aire apropiado sin olvidar, como dice Lozano, que "la pipa es la raz¨®n de ser del club".
Entre las paredes del Pipa Club, con una vista ¨²nica sobre la plaza Reial, se celebran cada semana tertulias de todo tipo -literarias, gastron¨®micas, fotogr¨¢ficas...- y se discute sobre vinos o sobre puros. Tambi¨¦n acoge el club a un grupo de apasionados del f¨²tbol-bot¨®n y no es casualidad que los seguidores de Sherlock Holmes se re¨²nan all¨ª una vez al mes. Dudo que haya un local en Barcelona en el que el gran detective se sintiera m¨¢s a gusto. "En las tertulias hay gente que fuma en pipa, gente que fuma cigarrillos y gente que no fuma", sonr¨ªe Lozano. "Somos tolerantes".
"?Por qu¨¦ tenemos necesidad de reunirnos?", prosigue. "Pues porque la pipa est¨¢ muy vinculada a la comunicaci¨®n entre la gente. La pipa comporta una filosof¨ªa, una manera de ver las cosas especial. En los ¨²ltimos a?os parece que no est¨¢ tan de moda, pero en algunos pa¨ªses, como Italia y Dinamarca, est¨¢ experimentando un gran auge. Y no puede decirse que la pipa sea un s¨ªmbolo de cierta clase social. En el club hay desde parados hasta empresarios".
La prueba de que los fumadores de pipa son especialistas es que celebran campeonatos de "fumada lenta". Nada de prisas, por favor, nada de correr m¨¢s que nadie. Se reparten tres gramos de tabaco y dos cerillas a cada participante, se les dan cinco minutos para cargar y uno para encender... y, ?hala!, a por el r¨¦cord. El actual est¨¢ en m¨¢s de tres horas, prueba de lo que puede dar de s¨ª una buena pipa.
Al jazz, sin duda, le sienta bien el humo de pipa. Por ello, entre 1991 y 1999 se celebraban conciertos de jazz en el club. La normativa municipal, sin embargo, acab¨® con ellos hace unos meses. "Hemos aguantado un tiempo en el exilio, con ciclos en el Teatre Malic y en el hotel Oriente, pero pronto, por suerte, abriremos un nuevo local en la misma plaza Reial, en los s¨®tanos de la tienda de taxidermia", comenta ilusionado Lozano. "Se llamar¨¢ Pipa Club Jazz y tenemos previsto, en principio, celebrar una jam session y un concierto cada semana".
Y Vicen? Lozano, satisfecho, lanza una mirada a su pipa, como si quisiera comprobar que todo sigue en orden: la pipa, el jazz, la plaza, la ciudad, el mundo...
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