Festeig de teuladins
Se hinchan encelados los gorriones, navegando entre el cielo encendido de nubes de cobre del amanecer. El despertar de la vida es el desamodorrar del amor. Con los primeros s¨ªntomas de primavera, los teuladins aderezan nuevo nido entre viejas tejas. Los galanteos se iniciar¨ªan hoy, para el mundo anglosaj¨®n, que los percib¨ªa bascosos. A imitaci¨®n de estas almas aladas, de estos esp¨ªritus et¨¦reos mensajeros de dioses, los mortales norte?os eleg¨ªan a su valentina, la chica que les acompa?ar¨ªa durante el a?o; se emparejaban el 14 de febrero, pues en celo estaban los 12 meses; o se echaba a suertes -los cupidos germ¨¢nicos y celtas tambi¨¦n eran ciegos- o era la primera doncella con la que se cruzaban; hoy era una como nuestras fiestas de fadrins, el precristiano valentinaje.Semejante fue la rural y desaparecida costumbre -antes: ?el calor del Sol!- de los casaments de Cap d'Any -rastros en las danzas del Rei i la Reina mora- mediante los cuales el azar formaba parejas -Principi d'any,/ acabament d'any./ Casem? Casem?/ A qui casarem?- con fecha de caducidad el d¨ªa de Reyes o al final del Carnaval: Mare, m'han casat/ amb un vell de cinquanta anys./ Jo encara no en tinc quinze;/ jo encara no en tinc tants. Los novios -en Italia, valneti, en Occitania, neuf mari¨¦e- no por provisionales dejaban de citarse y agasajarse. De ah¨ª brota esta fiesta importada; nuestros amadores son sant Jordi, sant Dion¨ªs, sant Joan... Entre nosotros San Valent¨ªn patronea enredadores, estafadores, malpagadores y, claro, p¨¢jaros y pajareros. Dif¨ªcil la relaci¨®n de Valent¨ªn con enamoramientos, a no ser porque perdi¨® la cabeza, no por una, sino por tres personas... las de la Sant¨ªsima Trinidad, pues en otros encelamientos no s¨¦, no s¨¦: Per sant Valent¨ª/ fes capar el garr¨ª.
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