El Bar?a flojea m¨¢s que nunca Los azulgrana, con un aire deprimente, caen ante el Betis en el estreno de Hiddink en el Villamar¨ªn

Todos los temores y dudas que albergaba Louis Van Gaal sobre su reencuentro con su compatriota Guus Hiddink tomaron cuerpo y se plasmaron de forma cristalina -los goles de Ito y Alfonso- en el c¨¦sped del Manuel Ruiz de Lopera. Nada m¨¢s conocer el nombramiento de Hiddink como t¨¦cnico del Betis, Van Gaal hizo p¨²blicas sus inquietudes: la fortuna volv¨ªa a esquivar a su equipo que, en vez de enfrentarse al comatoso Betis de Griguol se las ver¨ªa con el espoleado Betis de Hiddink.Eso fue lo que dijo, y con buen tino. Como vidente, un diez para Van Gaal, pero un suspenso en capacidad de reacci¨®n. Plante¨® Hiddink en su debut en casa un partido valiente y logr¨® r¨¦ditos: zanj¨® el mes de sequ¨ªa del Betis, lo aup¨® cinco puestos en la tabla y, de regalo a Van Gaal por su centenar de partidos con el Bar?a, acab¨® con los 18 a?os de imbatibilidad azulgrana en el feudo verdiblanco.

Con un hombre menos todo el segundo tiempo, tras la injusta expulsi¨®n de Karhan, Hiddink mantuvo a tres hombres en ataque. Trat¨® de igual a igual a un equipo que llegaba sin definirse, a¨²n con la incertidumbre de saber qu¨¦ Bar?a llegaba a Sevilla; el de su paup¨¦rrima actuaci¨®n la pasada jornada frente al Alav¨¦s o el de su paseo triunfal por El Sadar en Copa. Por lo visto ayer, fue una extra?a mezcolanza de ambos, un equipo que tan pronto funcionaba de forma espasm¨®dica -las r¨¢pidas contras que sal¨ªan de Zenden, conduc¨ªan Rivaldo o Luis Enrique para gozo de Figo o Kluivert-, como se ven¨ªa abajo engullido por el efectivo tri¨¢ngulo que, con criterio, dispuso Hiddink en el centro del campo. Ito, Karhan y Merino acamparon desde el inicio en la medular y de Xavi y Cocu nunca m¨¢s se supo. Este in¨¦dito tr¨ªo hizo y deshizo a su antojo, destacando en su faceta destructora que aboc¨® al Bar?a a abusar en exceso de las bandas. Sin embargo, all¨ª encontr¨® el rival la v¨ªa de escape del Betis: al argentino Crosa, dubitativo y tembloroso ante la presencia de Rivaldo, primero, y Figo, despu¨¦s. Por la d¨¦bil banda de Crosa prob¨® una y otra vez Figo en los primeros instantes del partido.

Tres c¨®rners consecutivos bot¨® el portugu¨¦s y todos con peligro: Kluivert acaraci¨® el gol en el tercero al cabecear alto. Tras la andanada inicial del Barcelona, el Betis tom¨® el relevo. Y lo hizo a trav¨¦s de Denilson, que ayer, por primera vez en mucho tiempo, suscit¨® el un¨¢nime reconocimiento de la grada. Aburri¨® el brasile?o a Zenden con su amplio repertorio y ¨¦ste, como todos, le cort¨® por lo sano. Denilson colg¨® un bal¨®n que rechaz¨® el muro azulgrana para que Ito empalmara un derechazo cruzado ante el tapado Arnau. El extreme?o a?adi¨® otra muesca a su bota esta temporada ante un grande como ya hiciera con el gol que le dio la victoria a su equipo ante el Madrid y los dos que se llev¨® a casa el Athletic.

El Betis devolvi¨® raudo el campo y el bal¨®n al Barcelona: era su turno de desgaste. Pero el Bar?a estaba inc¨®modo con ¨¦l. Abus¨® del balonazo largo y s¨®lo cuando Kluivert intensific¨® sus bajadas el atorado e inoperante centro del campo azulgrana se desahog¨®. Fue entonces cuando al Betis se le cort¨® la respiraci¨®n. De la calidad y elegancia de Figo nacieron dos ocasiones que Prats, inconmensurable, despej¨® al vuelo con los pu?os. Pero el portugu¨¦s a¨²n ten¨ªa una en la rec¨¢mara: un bal¨®n cruzado de Zenden lo estrell¨® Figo de cabeza al palo. Una doble pared de Alfonso con Denilson y el fallo de Oli solo ante Arnau fue la r¨¦plica del Betis antes del descanso.

Con un hombre menos y sin variar un ¨¢pice su planteamiento del partido, al Betis le toc¨® sufrir, y mucho, durante la segunda parte. La entrada de Ronald de Boer por Xavi y el refuerzo de Dani en ataque permiti¨® al Bar?a adelantar sus l¨ªneas y jugar con cierto desahogo. El Betis, ordenado, se dispuso a aguantar el chaparr¨®n. Rivaldo, Figo, y despu¨¦s Kluivert -que estrell¨® el bal¨®n en el larguero- desaprovecharon el tiempo de asueto que les concedi¨® el Betis, encerrado para defender su renta.

Pero la avalancha azulgrana dur¨® lo que Alfonso -esforzado pero sin tino- tard¨® en hacerse notar: el madrile?o corri¨® a asistir a Cu¨¦llar, sent¨® a Bogarde tras quebrarle por dos veces la cintura, se acomod¨® el bal¨®n en su pierna izquierda y, fr¨ªo, esper¨® a que Arnau se moviera en falso para cruzar el bal¨®n ajustado al palo derecho. Poco despu¨¦s, Kluivert dej¨® de carambola el primer gol azulgrana, pero esto, junto al bal¨®n al palo de Figo y el suyo al larguero, s¨®lo servir¨¢ para que Van Gaal, como ante el Alav¨¦s, tenga una coartada.