"El barullo puede venir si PSOE e IU se ponen a gobernar"
"Estoy seguro de que el alcalde de El Ejido atemperar¨¢ sus posiciones a lo que son principios comunesen los partidos democr¨¢ticos"
"?stas son unas elecciones muy abiertas, sin el dramatismo de las anteriores. No las doy por ganadas en modo alguno"
"Se deben revisar el bloqueo de las listas electorales y la financiaci¨®n de los partidos. No debemos andar con hipocres¨ªas"
Tras haber concitado una tormenta, Federico Trillo se esfuerza en ponerse a resguardo de la lluvia. Sin molestar... m¨¢s que lo imprescindible.Pregunta. La publicidad escogida por el PP para estos d¨ªas dice: "Vamos a m¨¢s". ?Ve alg¨²n pa¨ªs europeo que vaya a menos?
Respuesta. Ser¨ªa descort¨¦s se?alar, pero es verdad que en estos a?os Espa?a ha ido a m¨¢s, por encima de la media europea, en crecimiento y en empleo.
P. En las ¨²ltimas semanas tambi¨¦n "vamos a m¨¢s" en conflictos...
R. La emigraci¨®n va a ser el gran problema de la Uni¨®n Europea. En Espa?a no se hab¨ªa planteado con la violencia que hemos visto en El Ejido. Quiz¨¢ la ¨²nica consecuencia positiva es que ha generado un debate nacional, que en otros pa¨ªses europeos ya se hab¨ªa producido y que aqu¨ª era necesario tener, y que las fuerzas pol¨ªticas y sociales han estado en su sitio, subrayando la dignidad igual de todos los seres humanos y la necesidad de plantear la cobertura de esos derechos a todos los inmigrantes.
P. Pero ?con qui¨¦n se identifica: con Matutes y Piqu¨¦ cuando dicen que lo de El Ejido muestra que hay que corregir la Ley de Extranjer¨ªa o con Mayor Oreja cuando dice que nada tienen que ver una cosa y otra?
R. Nada tiene que ver la Ley de Extranjer¨ªa con los sucesos de El Ejido.
P. La actuaci¨®n del alcalde ?le parece la adecuada en un miembro del PP o m¨¢s propia de otro partido...?
R. En El Ejido se hab¨ªa llegado a un grado de conflicto extremo entre las dos comunidades y quiz¨¢ ¨¦l ha preferido mantener un equilibrio. Estoy seguro de que, como miembro del PP, atemperar¨¢ sus posiciones a lo que son principios comunes en los partidos democr¨¢ticos.
P. ?Qu¨¦ cree usted que produce m¨¢s temor en el electorado: que socialistas y comunistas se unan para intentar gobernar o ver a un Partido Popular, en Austria, unido a una fuerza neonazi en una coalici¨®n de Gobierno?
R. Las comparaciones son odiosas. La ¨²nica analog¨ªa es que nosotros hemos pedido la expulsi¨®n del PP austriaco y en nuestro pa¨ªs basta, por fortuna, con pedir que no se vote a la coalici¨®n de izquierdas.
P. Que el portavoz del PP en pol¨ªtica internacional haya comparado al partido de Haider con Esquerra Republicana de Catalu?a y el Bloque Nacionalista Galego, unido a otros comentarios de dirigentes populares en esta precampa?a, ?no cree que traza una estela de comportamientos poco respetuosos con la diversidad y distantes de un talante centrista?
R. Yo no creo que pueda compararse a ninguna de esas fuerzas nacionalistas con el partido de Haider.
P. El PP repite que "es un barullo" el pacto de la izquierda. ?Usted d¨®nde ha visto m¨¢s "barullo": en el pacto entre PSOE e IU o en los esca?os del PP cuando Borrell se enfrent¨® por primera vez con Aznar en el Congreso, con usted en la presidencia?
R. No son magnitudes comparables. A la actitud del Grupo Popular aquel d¨ªa hay que sumar, por encima de todo, los nervios y la responsabilidad que agobiaban a Borrell. Respecto a los encuentros IU-PSOE, en su escenificaci¨®n no ha habido barullo. El barullo puede venir si se ponen a gobernar juntos: cuando confeccionen su Gobierno y apliquen, si llega el caso, su programa.
P. ?Cree que cuenta en esta ocasi¨®n con las simpat¨ªas de Aznar para colocarle esta vez a su lado, en el Gobierno?
R. Creo que sigo contando con ellas, como en 1996, cuando me propuso como presidente del Congreso y tuve abiertas posibilidades.
P. ?A usted no le gustar¨ªa ser ministro?
R. Me gusta el Parlamento, la capacidad dial¨¦ctica para construir la raz¨®n pol¨ªtica.
P. Y ?no cree que recurrir a consideraciones como las que ha hecho sobre V¨ªctor R¨ªos para descalificarle pol¨ªticamente le alejan del razonamiento democr¨¢tico que se espera en un presidente del Congreso y le aproximan al sentido de la sospecha que practicaba la Guardia Civil hace 30 a?os?
R. (Ocho segundos de silencio. Enciende un cigarrillo). Cuando, con iron¨ªa, pregunt¨¦ y ped¨ª que se visualizara, adem¨¢s del programa de gobierno del PSOE e IU, su equipo de gobierno, en modo alguno quise hacer una descalificaci¨®n del se?or R¨ªos. Le identifiqu¨¦ como "el se?or de la luenga barba". Es todo lo que dije. No hubo intenci¨®n ofensiva, y menos descalificatoria. As¨ª se lo hice saber a Anguita. Desde el PSOE se han manipulado mis declaraciones, se me ha querido atribuir una especie de selecci¨®n est¨¦tica, o xen¨®foba, que no responde a la realidad.
P. Sus adversarios le reconocen el m¨¦rito de haber impulsado una reforma del reglamento del Congreso que agilizase la vida parlamentaria. Una reforma que al parecer ha quedado en v¨ªa muerta no por la resistencia de la oposici¨®n, sino del Gobierno.
R. No estoy de acuerdo con la conclusi¨®n. La reforma ha quedado hecha y no hay discrepancias de fondo. La ¨²nica diferencia, entre los grupos popular y socialista ha sido sobre la fecha de su entrada en vigor.
P. Hay quien ha dicho que el PP estaba dispuesto a aprobar un reglamento con m¨¢s prerrogativas para la oposici¨®n si calculaba que pod¨ªa perder las elecciones y que no estaba por la labor si percib¨ªa que las iba a ganar.
R. No he percibido nunca esa intenci¨®n en el Grupo Popular. El PP ha alegado junto a CiU que no se deb¨ªan cambiar las reglas de juego en los ¨²ltimos cinco minutos de partido y que, por tanto, deb¨ªan entrar en vigor en la nueva legislatura.
P. Desde esa perspectiva de que no conviene hacer cambios en el ¨²ltimo minuto de juego, ?le produjo frustraci¨®n que el Gobierno aprobase por decreto una importante reforma de la sanidad en v¨ªspera de disolver las Cortes y, por tanto, sin posibilidad de ser debatida en el Parlamento?
R. Eso no afecta a las reglas del juego, sino a las formas de gesti¨®n de la sanidad, que estaban aprobadas por una ley de 1995. Ahora s¨®lo se ha dictado un reglamento, que es una competencia exclusiva del Gobierno. Y las experiencias piloto en ese terreno de gesti¨®n de los hospitales han sido debatidas de forma profusa en esta legislatura.
P. Aznar ha dicho que ya sabe que hay mucha gente que tiene ganas de que se vaya de La Moncloa. Da la impresi¨®n de que ustedes ni se imaginan la posibilidad de perder estas elecciones.
R. Creo que son unas elecciones muy abiertas, sin el dramatismo de las anteriores, en las que se perfila una clara alternativa de izquierda y en las que se deben debatir programas que son muy distintos. No doy las elecciones por ganadas en modo alguno.
P. ?Cu¨¢ntas veces ha o¨ªdo decir en la Junta de Portavoces que este Gobierno es el de la revitalizaci¨®n del Parlamento, pero, "lamentablemente", no puede atender determinada petici¨®n para que d¨¦ explicaciones...?
R. Pues pr¨¢cticamente nunca. En esta legislatura ha habido tres interpelaciones cada semana, una m¨¢s que en periodos anteriores, y el presidente del Gobierno ha contestado en 158 ocasiones a preguntas de los diputados, que son m¨¢s del doble de las que contestaron todos sus antecesores juntos. Es incontestable que esta legislatura ha sido la de la revitalizaci¨®n del Parlamento en cuanto al control de la oposici¨®n sobre el Gobierno.
P. ?Y en cuanto al control del Gobierno sobre la oposici¨®n?
R. Cuando se ha planteado en alguna ocasi¨®n, con retorsi¨®n, preguntas que afectaban a la etapa de Gobierno socialista las hemos rechazado.
P. Hace pocos d¨ªas dijo que la financiaci¨®n de los partidos con dinero negro "es una pr¨¢ctica com¨²n". Un arrebato de sinceridad inquietante.
R. No es un arrebato. Se debe revisar el sistema de financiaci¨®n, el bloqueo de las listas electorales, y se debe dar mayor participaci¨®n individual a los parlamentarios en los debates. Ni en el tema del dinero ni en los dem¨¢s debemos andar con hipocres¨ªas.
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