La oferta en los centros de d¨ªa tampoco es suficiente

La falta de plazas en residencias -sean ¨¦stas p¨²blicas, concertadas o privadas- no quiere decir que las personas mayores est¨¦n desatendidas. Muchas no quieren abandonar sus casas. Para ellas, la oferta de servicios de las autoridades es amplia y creciente: centros de d¨ªa -donde los usuarios acuden a pasar la jornada y a recibir atenci¨®n sin que haya que hospitalizarlos y sin que tengan que dejar sus hogares- , apoyo domiciliario o teleasistencia son algunas de las alternativas. Pero tambi¨¦n estas ayudas cuentan con listas de espera.Las autoridades de Asturias insisten en que es preferible "flexibilizar los servicios". Para ello planean "duplicar la atenci¨®n domiciliaria, extender la red centros de d¨ªa y aumentar las plazas para estancias temporales". Es la misma pol¨ªtica que sigue la Comunidad de Castilla Le¨®n, que sin descuidar la construcci¨®n de residencias apuesta por otras atenciones y por no desplazar a los mayores.

"Se trata de dar un respiro a la familia", explica Pilar Rodr¨ªguez, directora de Atenci¨®n a Mayores del Principado de Asturias. Otra propuestas es la creaci¨®n de unidades de convivencia en los pueblos de los mayores "para evitar el desarraigo".

Teleasistencia

El Programa de Teleasistencia Domiciliaria de la Generalitat de Catalu?a tiene el mismo objetivo: "mantener a las personas mayores en su entorno familiar". Con una inversi¨®n prevista de m¨¢s de 1.000 millones de pesetas, su prop¨®sito es conseguir que para 2001 unas 22.500 personas que viven solas est¨¢n conectadas mediante un sencillo dispositivo a un centro de atenci¨®n. Todo con la idea de "mantener y mejorar la calidad de vida de las personas, sobre todo de aquellas que no quieren ingresar en una instituci¨®n".

El d¨¦ficit de plazas en centros p¨²blicos ha hecho que en los ¨²ltimos a?os proliferen, en los alrededores de las grandes ciudades sobre todo, las residencias ilegales. La Administraci¨®n calcula que en Espa?a existen m¨¢s de 1.000 de estos establecimientos que ofrecen unas 20.000 plazas. Se trata de un negocio fraudulento que pone en peligro el bienestar y el patrimonio de sus clientes, y que ingresa al a?o 200.000 millones de pesetas.

No ser¨ªan dif¨ªciles de detectar "siempre que los Ayuntamientos colaboren en su localizaci¨®n", afirma el secretario de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid, Francisco Panadero. Los centros geri¨¢tricos dejan bastantes pistas de su existencia: los ingresados suelen demandar mucha atenci¨®n m¨¦dica, y realizan un importante gasto en farmacia, entre otras cosas en pa?ales y empapadores especiales para adultos.