Im¨¢genes para olvidar
Alcoy no fue frente de batalla de la guerra civil espa?ola, pero esta condici¨®n no la libr¨® del asedio de los pistoleros del aire. Su car¨¢cter industrial y el notable n¨²mero de f¨¢bricas textiles y metal¨²rgicas, que abastecieron de materia textil y armamento al ej¨¦rcito, la convirti¨® en una ciudad en la retaguardia y blanco de siete bombardeos a¨¦reos.El testimonio de algunos de los supervivientes del conflicto y la reapertura de los refugios que cobijaron a la poblaci¨®n de los bombardeos es la base del v¨ªdeo documental 1936-1939 Bombardeos sobre Alcoy, que ha producido la firma alcoyana Klee V¨ªdeo. "El documental introduce el agobiante ambiente de los refugios antia¨¦reos que a¨²n permanecen bajo suelo de Alcoy", resume Alfonso Mart¨ªnez, autor del gui¨®n del documental y promotor del proyecto. El hilo conductor del documento lo constituyen los recuerdos de personajes que ocuparon posiciones bien dispares en la ¨¦poca. Es el caso del industrial y abogado Rafael Terol y de Rafael Moya Bernabeu, ¨¦ste ¨²ltimo al frente de la f¨¢brica La Mistera, ¨²nica industria que no fue incautada por la Confederaci¨®n Nacional de Trabajadores (CNT) durante el conflicto.
En contraposici¨®n, los hist¨®ricos anarquistas Lluis y Josep Torr¨® aportan la visi¨®n y vivencias de las clases m¨¢s humildes y obreras de la industria alcoyana. Estas f¨¢bricas estuvieron en el punto de mira de los aviones Savoia italianos que mantuvieron el asedio a la ciudad y obligaron a la poblaci¨®n a ponerse manos a la obra en la r¨¢pida construcci¨®n de los refugios. El miedo que provocaron los dos primeros bombardeos movi¨® a la poblaci¨®n a construir en muy poco tiempo varios refugios que comenzaron a utilizarse a partir de 1937.
Estos emplazamientos de estructura laber¨ªntica y ambiente agobiante empezaron a ocupar puestos estrat¨¦gicos junto a los puntos susceptibles de ser atacados por las bombas, explica Alfonso Mart¨ªnez. Los hab¨ªa de car¨¢cter p¨²blico, como el que a¨²n contin¨²a en pie junto al paseo de Cervantes y que acogi¨® a obreros y vecinos temerosos al bombardeo del puente de Mar¨ªa Cristina, cuya destrucci¨®n habr¨ªa dejado incomunicada la ciudad. En este refugio se guarnecieron muchas noches hasta cuatro personas por metro cuadrado. De mayores dimensiones fue el refugio del Ayuntamiento, que se encontraba entre la plaza de Espa?a y la calle de Santo Tom¨¢s. Comprend¨ªa una gran nave circular y pasadizos que llegaban hasta el puente de San Jorge. El arquitecto Santiago Calatrava se tropez¨® con ¨¦l cuando en 1996 empez¨® a construir la Llotja de Sant Jordi subterr¨¢nea junto al Ayuntamiento de la ciudad.
El v¨ªdeo recorre otros refugios que tambi¨¦n se mantienen intactos, como el de la calle de Alicante o el de La Glorieta. Todav¨ªa hoy se puede leer en ellos las instrucciones de entrada, los puntos en los que no estaba permitido detenerse o c¨®mo recordaban la prohibici¨®n de fumar a sus usuarios. El emotivo testimonio de Armando Garc¨ªa recuerda los accidentes que llegaban a producirse a la entrada de los refugios ante el atropello de personas desesperadas por salvar la vida tras el repentino aviso de las sirenas.
Entre los refugios de car¨¢cter privado destaca el que se construy¨® en el interior de la f¨¢brica textil Carbonell para proteger a sus trabajadores. El cobijo m¨¢s pintoresco podr¨ªa ser el ubicado junto al Hospital Sueco-Noruego abierto para atender a los heridos de las Brigadas Internacionales. Esta dependencia transmiti¨® a Alcoy un ambiente cosmopolita, tal y como recuerda en el documento Rafael Moya.
El monogr¨¢fico comienza con el relato de las condiciones que vivi¨® la ciudad tras la implantaci¨®n de la II Rep¨²blica y la persecuci¨®n de la Iglesia cat¨®lica, que llev¨® a desmontar monumentos eclesi¨¢sticos, entre ellos la Iglesia de Santa Mar¨ªa, cuyos sillares se utilizaron en la construcci¨®n de la actual piscina municipal, y recrea el tenso ambiente laboral y racionamiento que movi¨® a la pugna de los anarquistas.
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