Jalabert se reconcilia con Francia
Rompe un plante de 18 meses para liderar a su pa¨ªs en Sydney
En junio de 1998 Laurent Jalabert gan¨® el campeonato de Francia. En julio particip¨® en el Tour. No lo termin¨®. Fue uno de los l¨ªderes de un pelot¨®n descontento con la intervenci¨®n policiaco-judicial en los asuntos de dopaje. Mediada una etapa, se retir¨®. Con ¨¦l, todo el ONCE y el Banesto. No volvi¨® a correr en su pa¨ªs ese a?o. En 1999, tampoco. Se unieron su orgullo, su car¨¢cter y su rebeld¨ªa. Chocaron con una nueva norma (el seguimiento longitudinal biol¨®gico) que quer¨ªa poner orden en la salud de los ciclistas. No fue seleccionado para el Mundial. No corri¨® el Tour. El n¨²mero uno del ciclismo mundial se convirti¨® en un extra?o para los suyos. Pero ha llegado 2000, a?o ol¨ªmpico, a?o en que Francia organiza el Mundial, y todo ha cambiado. El seguimiento m¨¦dico puesto en marcha por la UCI ya es casi como el franc¨¦s. Ya no es obst¨¢culo. Ser¨¢ el a?o franc¨¦s de Jalabert.El corredor lo empez¨® a lo grande la semana pasada. 18 meses despu¨¦s de su abandono en el Tour disput¨® el Tour del Mediterr¨¢neo. Tres victorias en cuatro d¨ªas: la contrarreloj por equipos (toda la ONCE liderada por Jalabert), la etapa reina con final en la cima del Mont Faron (toda la ONCE, con Olano al frente, trabajando duro para empujar a su l¨ªder), la general final (toda la ONCE celebrando con alegr¨ªa el triunfal regreso).
Fue como presentarse a un examen y aprobarlo con nota. No se permit¨ªan de antemano los fallos. Fue la reivindicaci¨®n perfecta de un corredor, de un equipo y de un director, Manolo Saiz, en un entorno nada amable. Fue como decir: con el mismo seguimiento que ustedes, los franceses, tambi¨¦n somos los mejores. O as¨ª. Y ya nadie habla de medicamentos raros o de permisos de transporte a la hora de cruzar los Pirineos.
"S¨ª, la victoria tiene un enorme valor para m¨ª", confiesa Saiz. "Parec¨ªa que nos tocaba demostrar algo y lo hemos hecho".
Y Jalabert, de 31 a?os, 32 en noviembre, 34 el 30 de noviembre de 2002, el d¨ªa que quiere bajarse definitivamente de la bicicleta, ya se siente reconciliado con los suyos pese a que siga residiendo oficialmente en Suiza. Sue?a con su a?o franc¨¦s. Sue?a con una medalla ol¨ªmpica en Sydney (ya no hay obst¨¢culo para que sea otra vez seleccionable) vistiendo el maillot tricolor. Sue?a con un maillot arcoiris en Plouay, en Breta?a. Sue?a con ganar, por fin, la Lieja-Basto?a-Lieja, la cl¨¢sica m¨¢s dura. Sue?a tambi¨¦n con el Tour, pero sin obsesionarse. Se siente viejo por su experiencia y por su resistencia. No tiene la velocidad que hizo de ¨¦l un duro sprinter de juventud pero tiene la capacidad de aguante de los corredores de fondo. Tiene el conocimiento de su cuerpo, que le hace ser perfecto en las contrarreloj. Mantiene el car¨¢cter, la ambici¨®n, la rebeld¨ªa, el hambre de victorias, que le convierten en el corredor m¨¢s temible llegado el momento clave. Y lo podr¨¢ demostrar en su pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.