Una nueva t¨¦cnica corrige en el 90% de los casos la incontinencia urinaria de esfuerzo Una banda de material sint¨¦tico, introducida mediante anestesia local, sujeta la vejiga
La incontinencia urinaria es un motivo habitual de consulta ginecol¨®gica: afecta al menos al 30% de las mujeres que acuden a estas consultas y al 50% de las mayores de 60 a?os. En total, en Espa?a podr¨ªan ser m¨¢s de dos millones de personas. Las secuelas psicol¨®gicas y sociales pueden ser graves: muchas personas afectadas caen en la depresi¨®n, se sienten incapaces de salir a la calle, se a¨ªslan y evitan toda comunicaci¨®n. Una nueva t¨¦cnica, denominada TVT, se plantea ahora como una alternativa terap¨¦utica para el 90% de los casos de incontinencia de esfuerzo.
Las causas de la incontinencia son varias, desde una anomal¨ªa de origen gen¨¦tico hasta el simple envejecimiento, pasando por la obesidad y una mayor presi¨®n abdominal. "Y, desde luego, los partos vaginales y las secuelas que dejan [desgarros y peque?as lesiones, a veces imperceptibles], que contribuir¨¢n decisivamente, con el paso de los a?os, a la incontinencia urinaria de muchas mujeres", apunta Jos¨¦ Luis Due?as, jefe del servicio de Ginecolog¨ªa del hospital Macarena de Sevilla, Hasta ahora, la cirug¨ªa convencional resolv¨ªa s¨®lo en parte y en casos muy concretos los problemas de incontinencia urinaria. La intervenci¨®n, con anestesia total y sin demasiadas complicaciones, requer¨ªa una semana de hospitalizaci¨®n como m¨ªnimo y un mes de convalecencia. La nueva t¨¦cnica TVT (Tension-free Vaginal Tape), pr¨¢cticamente eficaz en el 100% de los casos seg¨²n corroboran quienes la practican, es muy sencilla de aplicar y se realiza en Espa?a desde hace un a?o.
Antonio L¨®pez Salv¨¢, jefe del servicio de obstetricia y ginecolog¨ªa del hospital Fundaci¨®n Alcorc¨®n (Madrid), con m¨¢s de 50 casos tratados, confirma su eficacia: "En la incontinencia urinaria de esfuerzo puro, que es, generalmente, para la que se aplica la TVT, todas nuestras pacientes han superado el problema con ¨¦xito". De la misma opini¨®n es Javier Mart¨ªn Salme¨¢n, que aplica esta t¨¦cnica en el hospital Severo Ochoa de Legan¨¦s (Madrid).
La t¨¦cnica consiste en implantar una banda de prolene (un material sint¨¦tico) de 1,1 cent¨ªmetros de ancho. La intervenci¨®n es muy sencilla y apenas dura 30 minutos. Una incisi¨®n vaginal de un cent¨ªmetro por debajo de la uretra y otros dos cortes suprap¨²bicos, separados entre s¨ª por cinco cent¨ªmetros, ser¨¢n suficientes. Por la incisi¨®n vaginal se introducen las agujas que sujetan la banda y sale, cada una de ellas, por una de las dos incisiones del pubis. El resultado es que la uretra queda apoyada en la cinta, "que ha sido colocada sin tensi¨®n", puntualiza Due?as, y ¨¦sta, con el tiempo, se integrar¨¢ en los tejidos en forma de col¨¢geno, lo cual posibilitar¨¢ una base s¨®lida bajo el conducto urinario.
"Esta base s¨®lida", explica Due?as, "es la clave del ¨¦xito de esta t¨¦cnica". El refuerzo del suelo p¨¦lvico impedir¨¢ en el futuro la micci¨®n no deseada al impedir que la uretra ceda hacia abajo ante un esfuerzo imprevisto. La intervenci¨®n se realiza con anestesia local y sin apenas dolor. Lo normal es que, al cabo de unas horas, la paciente pueda abandonar el hospital con el problema resuelto. La recuperaci¨®n total no suele alargarse m¨¢s de una semana.
"Una de las ventajas de la TVT", se?ala L¨®pez Salv¨¢, "es que, al aplicarse con anestesia local, la paciente est¨¢ consciente y el m¨¦dico puede pedirle que estornude, al objeto de ajustar con precisi¨®n la banda implantada". Una vez finalizado el proceso, se aconseja realizar una citoscopia para ver si la vejiga ha sido da?ada; igualmente se aconseja llenarla con suero fisiol¨®gico y solicitar de la paciente que tosa para ver si se ha corregido el problema.
La paciente podr¨¢ recibir el alta cuando, despu¨¦s de la primera micci¨®n tras la operaci¨®n, la orina residual no supere los 100 cent¨ªmetros c¨²bicos.
De "sencilla, eficaz y revolucionaria" califican esta t¨¦cnica los ginec¨®logos consultados. Aunque el precio de cada implante es todav¨ªa algo elevado (unas 80.000 pesetas) y parte del material empleado, como las agujas, no pueda volver a utilizarse, supone una importante reducci¨®n del gasto. Si se compara con cualquiera de las t¨¦cnicas convencionales m¨¢s empleadas hasta ahora (Burch, Marshall-Marchetti y Kelly), el coste se reduce hasta un 60%. Dos son las claves del ¨¦xito de la nueva t¨¦cnica, seg¨²n Due?as: "Saber meter las agujas sin lesionar la vejiga y dejar la banda instalada libre de tensi¨®n para que al ajustarla no presione la uretra".
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