La ruptura del IRA sumerge el proceso de paz en sus horas m¨¢s bajas
El pasado viernes, una brecha se abri¨® entre el Gobierno brit¨¢nico y los republicanos del Ulster. Ayer, esa brecha se convirti¨® en ruptura. El abandono de las negociaciones de desarme anunciado ayer por el IRA supone el par¨®n absoluto del proceso de paz, y se produce despu¨¦s de unas horas fatales, cargadas de errores, deslices y un c¨²mulo de desencuentros que no lograron, esta vez, contar con el mediador adecuado. Son las horas m¨¢s bajas de un proceso que se sell¨® el Viernes Santo de 1998 en el Acuerdo de Stormont.
Pero ya no es Mowlan quien est¨¢ al frente, sino Peter Mandelson. Un nuevo estilo en un dificil¨ªsimo proceso de paz cuya historia ha demostrado que no se hace con matem¨¢ticas, sino con intuici¨®n, con maniobra y con m¨¢rgenes. Muchos m¨¢rgenes.El pasado viernes, por la tarde, Mandelson rompi¨® la baraja para jugar a favor de Trimble, primer ministro cesante y l¨ªder del principal partido unionista (UUP), que hab¨ªa amenazado con dimitir de ambos cargos si el s¨¢bado, 12 de febrero, no se hab¨ªa iniciado el desarme. S¨®lo con esa condici¨®n su partido le hab¨ªa autorizado en noviembre a formar un Gobierno compartido con el Sinn Fein, el brazo pol¨ªtico del IRA, con cuyos diputados antes ni siquiera compart¨ªan lavabo.
Y ah¨ª se produce la primera salida de los m¨¢rgenes establecidos: el Acuerdo de Viernes Santo recog¨ªa el compromiso de todos los partidos para procurar que el desarme se hiciera efectivo el 22 de mayo. Por ello, la fecha del 12 de febrero nunca fue aceptada por los republicanos.
Empezaba el distanciamiento.
Y el Sinn Fein fue a¨²n m¨¢s lejos. Martin McGuinness, su n¨²mero dos, declar¨®: si todo el proceso va retrasado, porque los unionistas boicotearon la formaci¨®n del Gobierno aut¨®nomo durante m¨¢s de un a?o, ?por qu¨¦ el desarme se va a iniciar incluso antes de su plazo? Y Gerry Adams, presidente del Sinn Fein, lo dej¨® claro: el IRA necesita m¨¢s tiempo.
En ese contexto, estaba claro que Trimble iba a dimitir, y Mandelson quiso impedirlo amenazando con suspender el jovenc¨ªsimo autogobierno que, para esperanza de los norirlandeses de a pie, hab¨ªa nacido en noviembre con una energ¨ªa y una saludable ristra de proyectos deseables despu¨¦s de 30 a?os de guerra, paro y destrucci¨®n econ¨®mica.
La amenaza estaba sobre la mesa. Y con fecha clara: el viernes 11, si no se produc¨ªa un verdadero avance del IRA hacia el desarme, Mandelson decretar¨ªa la suspensi¨®n. Una ley sobre la reimposici¨®n del poder directo desde Londres ya estaba aprobada en los Comunes y los Lores, y firmada por la reina de Inglaterra.
Pero no hab¨ªa hora fija en el ultim¨¢tum. Y ah¨ª es donde la gran autopista que hab¨ªa sido el proceso de paz, con m¨¢rgenes y carriles de sobra para que cupieran todas las maniobras, parones y acelerones, se troc¨® en una estrecha ruta rural. Hacia las dos de la tarde, los unionistas llegaron a Stormont con la carta de dimisi¨®n de Trimble en la mano dispuestos a difundirla. Peter Mandelson logr¨® retener ese ¨ªmpetu dimisionario hasta las cinco pero, acorralado ya, declar¨® la suspensi¨®n.
A esa misma hora, el Consejo del Ej¨¦rcito, m¨¢ximo ¨®rgano del IRA, segu¨ªa negociando con John de Chastelain, presidente de la Comisi¨®n de Desarme, para cumplir un ultim¨¢tum que, sin embargo, pod¨ªa tener un elevad¨ªsimo coste en sus filas. All¨ª, en esa reuni¨®n, se comprometieron a iniciar el desarme. Pero no contaban con las prisas de Mandelson a la hora del t¨¦. Despu¨¦s de eso Trimble compareci¨® el s¨¢bado triunfante, evitada su dimisi¨®n, y enormemente reforzado ante los suyos por el apoyo de Londres. Pero su contento era igual de grande que la furia y frustraci¨®n de los republicanos.
Parece que Mandelson no supo evaluar lo dif¨ªcil que era para el IRA dar el paso, con un mont¨®n de combatientes tentados de una escisi¨®n sangrienta, y menos a¨²n lo humillante que era que ni siquiera les hubieran escuchado.
Trimble, argumentaban los unionistas y Londres, es necesario para el proceso de paz. Nadie sabe qu¨¦ habr¨ªa sido de ¨¦ste sin Trimble, pero para todos est¨¢ ahora claro que, sin el IRA, simplemente no hay nada de qu¨¦ hablar.
Ahora, ya no hay ni autopista ni pista rural. S¨®lo una encrucijada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.