Inmigrantes en un pa¨ªs de emigrantes

De 1961 a 1969 trabaj¨¦ en Alemania como gastarbaiter (trabajador invitado). Pude ir gracias a un contrato de la firma Siemens & Halske AG (luego Siemens AG) en M¨²nich, proporcionado por el Instituto Nacional de Emigraci¨®n. Al llegar me alojaron en un apartamento compartido con otras tres personas, con todas las comodidades, un anticipo para superar el primer mes de trabajo y toda la ayuda y asesoramiento que necesit¨¦, ya que hablaba ingl¨¦s (una excepci¨®n entre mis compa?eros), pero no ten¨ªa ni idea de alem¨¢n, como el resto de ellos. Durante todo este tiempo no tuve un solo problema salvo los derivados de mi desconocimiento del idioma. Recib¨ª ayuda siempre y en cualquier lugar que la necesit¨¦; por supuesto, en primer lugar, en el trabajo, en el cual llegu¨¦ a puestos a los que no accedieron compa?eros alemanes.Todav¨ªa hoy, 31 a?os despu¨¦s de regresar de aquel pa¨ªs, echo de menos ciertas cosas: educaci¨®n, limpieza, etc¨¦tera. ?Por qu¨¦ nuestros inmigrantes, necesarios como lo fuimos nosotros en zonas como el poniente almeriense, no podr¨¢n dentro de unos a?os tener la opini¨®n del pa¨ªs al que llegaron buscando un futuro como la que yo tengo de un pa¨ªs una vez racista y x¨¦nofobo?

Nosotros, espa?oles, tambi¨¦n ¨¦ramos diferentes: bajitos, morenos, cejijuntos y malhumorados. Cierto. Estereotipos. Como que los espa?oles no somos racistas.

Empecemos por copiar lo bueno hecho en aquellos a?os y circunstancias, proporcionando contratos, alojamiento y trato humano a las personas que realmente podamos acoger, aun cuando tengamos que ser severos con quienes lleguen irregularmente y con los patronos que los exploten.

O va a resultar que la leyenda negra de aquel Imperio en que no se pon¨ªa el sol...- .