Denzel Washington resucita la leyenda del boxeador Hurac¨¢n, cantado por Bob Dylan Balance muy positivo del paso del cine espa?ol por la caja de resonancia del Panorama
A?o tras a?o y pel¨ªcula sobre pel¨ªcula, la estatura art¨ªstica de Denzel Washington se agiganta. Aqu¨ª lleg¨® ayer para defender a cara descubierta Hurac¨¢n, una noble pel¨ªcula algo convencional, dirigida con mucha solvencia profesional pero sin un toque de genio por Norman Jewison. El actor hace una extraordinaria recreaci¨®n del infortunado p¨²gil que cant¨® Bob Dylan en su c¨¦lebre balada dedicada a un Hurac¨¢n encarcelado que soltaba sus pu?os contra los barrotes de su celda. Y en el Panorama, el cine espa?ol sigue ganando ovaciones, el mejor premio.
El 17 de junio de 1966 dos hampones desconocidos atracaron a punta de pistola una taberna de la localidad de Paterson, en Nueva Jersey. Un boxeador de los pesos medios, muy joven pero ya en vertiginosa alza profesional, conocido como Rubin Hurricane Carter, se encontraba en el local acompa?ado por un amigo llamado John Arlis. Ambos fueron citados por la polic¨ªa para que declarasen como testigos del suceso, pero salieron del interrogatorio formalmente acusados de ser los autores del atraco.La larga y sucia mano de un gendarme racista segu¨ªa desde hace tiempo la pista del negro Hurac¨¢n, en busca de una ocasi¨®n, la que fuese, para echarle el guante. El bestial sabueso blanco caz¨® por fin al guapo y triunfador negro y cerr¨® su sonrisa encerr¨¢ndole de por vida atado a una cadena perpetua. Pero Rubin Carter, en el ring y fuera de ¨¦l, era un verdadero hurac¨¢n, y no vend¨ªa nunca la pelea. Desde detr¨¢s de los muros arroj¨® a las librer¨ªas de Nueva York el pu?etazo de un libro conciso y di¨¢fano, escrito con la inconfundible fuerza de convicci¨®n de los hombres inocentes.
El libro cay¨® en las manos de un escu¨¢lido cantante jud¨ªo, cuyo genio necesitaba para desatarse la presencia de alguna v¨ªctima, y, leyendo el libro, ese genio se desat¨®. Del tir¨®n de una noche insomne sali¨® al mundo el grito sin tregua de una hermosa balada de Bob Dylan, que fue el comienzo de una leyenda de libertad que a¨²n sigue dando frutos.
Artista en alza
Denzel Washington, como aquel otro hurac¨¢n americano negro y guapo, es un artista en alza vertiginosa. Esta vez se ha metido en la piel de Rubin Carter y lo ha resucitado, lo ha tra¨ªdo a este lado de la c¨¢rcel americana, a que siga peleando por su libertad. El gran actor -dicen que el gal¨¢n m¨¢s seductor que existe, pero al que las obscenas leyes de lo pol¨ªticamente correcto no dejan que en la pantalla sus negruras africanas entren dentro de la blanca entrepierna aria de Julia Roberts y colegas- es ya una leyenda viva que ahora, apoder¨¢ndose de la leyenda de Hurac¨¢n, se duplica. Hace Denzel Washington una eminente refutaci¨®n de la estirpe de los negros d¨®ciles, a la que ¨¦l probablemente pertenece, o de la que proviene, y en su composici¨®n se perciben signos radicales de dolor y de verdad, indicios seguros de la incapacidad del artista ing¨¦nito que es para mentirse a s¨ª mismo.
La talla moral y art¨ªstica de Denzel Washington est¨¢ creciendo por d¨ªas. Su forma de respirar el hurac¨¢n encerrado en la balada de Bob Dylan es indicio de un artista mayor, de los que entienden la creaci¨®n, muy al estilo americano, como el disparo de un acto de libertad que genera otro acto de libertad en quien recibe el impacto. Merece verse Hurac¨¢n, aunque s¨®lo sea por compartir con este eminente actor su compromiso con lo que hace, su empe?o y su inteligencia por mejorar el mundo.
Cine espa?ol
El resto de la pel¨ªcula es nada m¨¢s que pasable. Se ve bien, divierte y, en lo que concierne a Washington, emociona. El canadiense Norman Jewison, su director, es un veterano pionero de la televisi¨®n, pues dirigi¨® los c¨¦lebres ¨²ltimos shows de Judy Garland en los a?os cincuenta. Tuvo fortuna desigual en el cine, hizo un bonito Jesucristo Superstar en tiempos m¨¢s candorosos que ¨¦ste, nos hizo disfrutar con El rey del juego, aunque no le perdonamos que sustituyera all¨ª a Sam Peckinpah, y nos hizo sonre¨ªr con buenas armas hace poco tiempo con Hechizo de luna. Y poco m¨¢s que recordar del medio centenar de pel¨ªculas que tiene a la espalda, entre las que este Hurac¨¢n se monta bastante por encima del nivel medio gracias al fort¨ªsimo tir¨®n de Denzel Washington hacia su propio molino, lo que convierte al actor en principal autor del filme.
Y de nuevo otra mirada al Panorama, a ver c¨®mo le va al cine espa?ol. Todo va bien. Muy bien incluso a dos pel¨ªculas: S¨¦ qui¨¦n eres y lo que nos toca de Pantale¨®n y las visitadoras, coproducci¨®n con Per¨² que se est¨¢ convirtiendo en una de las estrellas ocultas del festival. Segunda piel, de Gerardo Vera, funcion¨®, como funcion¨® tambi¨¦n Morir, o no, tercera participaci¨®n de Ventura Pons en el Panorama, tras Amigo, amado y Caricias.
La ¨²nica disonancia en lo relativo al cine espa?ol ha venido de la baj¨ªsima calificaci¨®n de los cr¨ªticos alemanes a nuestra ¨²nica pel¨ªcula en el concurso, El mar, dirigida por Agust¨ª Villaronga. Dicen que los jurados nunca leen las cr¨ªticas, y es cierto: no las leen, las devoran, y con lupa.
Un candidato distra¨ªdo
Ayer toc¨® estrella. Esta vez, un Denzel Washington un tanto distra¨ªdo, que lleg¨® a Berl¨ªn sonriente, con perilla y su candidatura al Oscar al mejor actor por su papel en Hurac¨¢n Carter. Junto a ¨¦l vino el director canadiense Norman Jewison, cuyo filme gust¨® mucho ayer en la Berlinale. Denzel Washington, meti¨¦ndose en la piel de Rubin Hurac¨¢n Carter, el boxeador perseguido que pas¨® su vida en la c¨¢rcel por un crimen que le cay¨® de paso, se mostr¨® ausente y lento de reflejos en la rueda de prensa: "Lo siento, me acabo de bajar del avi¨®n. ?Sobre mi candidatura? Ah, s¨ª. Estoy muy contento".
Fue Jewison quien tom¨® la iniciativa en las respuestas. El director pirope¨® a Washington y dio varias razones sobre el por qu¨¦ de su nueva pel¨ªcula, que tambi¨¦n lleva el trasfondo del racismo en sus planos. "Nunca he visto a nadie prepararse tan apasionadamente para un papel como hace Denzel. Boxe¨®, perdi¨® peso y comentamos mucho su personaje", cont¨® Jewison, quien ya hab¨ªa trabajado con el actor en Historia de un soldado. "Conoc¨ª a Rubin Carter en 1992, hasta entonces no hab¨ªa o¨ªdo nada sobre ¨¦l. No he tratado de imitarle en este papel, s¨®lo he querido plasmar su esp¨ªritu", se anim¨® Washington. "?sta es la historia de un hombre que lucha por su dignidad, m¨¢s que una pel¨ªcula sobre el racismo", asegur¨® Jewison, que a?adi¨®: "EEUU es un pa¨ªs cuya base se apoya en una Constituci¨®n de libertades, pero tambi¨¦n sobre la discriminaci¨®n racial. Y creo que en un lugar donde los negros no pueden ir a ciertos restaurantes, no es justo que el Gobierno les pida que se alisten en el Ej¨¦rcito para ir a la guerra".
Pero tambi¨¦n caben en la Berlinale cuentos optimistas y alegres como Pantale¨®n y las visitadoras, pel¨ªcula peruana de Francisco Lombardi basada en la novela de Vargas Llosa. Su proyecci¨®n en la secci¨®n Panorama arranc¨® las mayores carcajadas del festival hasta el momento.
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