La inform¨¢tica toma el barrio chino
Apostadas ante la hermosa puerta de Saint Denis -"tan bella como in¨²til", que dijo Andr¨¦ Breton- las j¨®venes prostitutas negras dan la bienvenida al nuevo El Dorado franc¨¦s que se construye fren¨¦ticamente sobre el viejo barrio de Sentier, en el coraz¨®n mismo de Par¨ªs. La nueva econom¨ªa cibern¨¦tica est¨¢ siendo alumbrada en la zona m¨¢s sombr¨ªa de la capital francesa, en este espacio singular de callejuelas y pasadizos, todo un planeta, anudado en torno a Saint Denis, la "calle de la perdici¨®n" por antonomasia. Desde hace poco m¨¢s de un a?o, la abigarrada geograf¨ªa humana del barrio compuesta preferentemente por profesionales del sexo y por inmigrantes paquistan¨ªes, turcos y mauritanos trabajadores de los talleres de confecci¨®n, tantas veces clandestinos, se ha modificado sensiblemente con la llegada masiva de chicos muy j¨®venes, generalmente de piel blanca, que visten prendas de marca. Son los avispados de la industria de Internet, los abanderados del high-tech, la emprendedora vanguardia de las empresas inform¨¢ticas punteras que est¨¢n concentr¨¢ndose en esa zona, tan c¨¦ntrica como opaca, que se expande hacia Chatelet, Opera y R¨¦publique. El fen¨®meno tiene ya su nombre de gloria: Silicon Sentier, y claro est¨¢, dadas las circunstancias, el chiste viene inevitablemente a continuaci¨®n: "?Es por Silicon Valley o por la silicona de los travestidos?". A los luminosos anuncios de los sex shop de nombres inequ¨ªvocos como Dorothy L?Amour, Jupon Vole que gritan escandalosamente sus servicios, a los mil y un talleres y tiendas de confecci¨®n que pueblan el barrio, se han a?adido los m¨¢s discretos pero igualmente inequ¨ªvocos r¨®tulos de Net2On, OverCom et Netdev, Wed Side Story, Montecristo Multimedia, Fr¨¦deric Henry Comunication y tantos otros. Las empresas de comunicaci¨®n ocupan ya la tercera parte de los ficheros de clientes de las agencias inmobiliarias de esa zona.
Las razones que explican la concentraci¨®n cibern¨¦tica en un barrio vetusto y deprimido, permanentemente atascado por el trasiego continuo de las bobinas de telas en las calles y en los portales tiene todo que ver con los precios excepcionalmente bajos de los alquileres, la mitad que en la ¨¢reas vecinas, y con la buena infraestructura de fibra ¨®ptica de que dispone la zona. La proximidad de la Bolsa, el templo en el que todas estas empresas aspiran a entrar alg¨²n d¨ªa, ejerce igualmente una atracci¨®n poderosa, al igual que el dinamismo, la efervescencia extraordinaria de la zona. Los j¨®venes inform¨¢ticos han descubierto en el bullicio callejero de Sentier, en la crepitante vida del barrio, un chorro de inspiraci¨®n que circula muy bien por sus venas preparadas para el tr¨¢fico vertiginoso de ideas y proyectos. Al fin y al cabo, los principios que sustentan la competitiva industria de la confecci¨®n en le Sentier: la inmediatez, la capacidad de reacci¨®n y la flexibilidad, son los mismos que rigen en el mundo de las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n.
A cambio, las empresas se ven obligados a reconstruir pr¨¢cticamente los inmuebles, que carecen de sistemas contra incendios y de las m¨¢s m¨ªnima seguridad, a soportar la permanente aver¨ªa del ascensor, los ruidos de los telares, el bloqueo del tr¨¢fico.
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