El Alav¨¦s obtiene un punto, pese a su desidia frente al Sevilla

SEVILLA 2-ALAV?S 2Premio al desinter¨¦s por ganar. El Alav¨¦s se sali¨® con la suya tras poner sobre la mesa unos argumentos que descabalgan el buen f¨²tbol. Su t¨¦cnico, Mane, esboz¨® un esquema parecido al front¨®n: una pared de jugadores donde las buenas intenciones del Sevilla se estrellaron una y otra vez. Una loa al mon¨®logo, donde el Sevilla aport¨® todo el discurso, insuficiente, pero que al menos no desvirt¨²a el espect¨¢culo, mientras los vitorianos alababan la displicencia por un punto. En esta Liga de las audiencias, la escenificaci¨®n del Alav¨¦s ayudar¨¢ a desolar los estadios.El Sevilla sali¨® con la decisi¨®n que provoca la desesperaci¨®n, pero con las ideas claras en el ataque, conducido por Tsartas y V¨ªctor. En frente, nueve hombres configuraban una red casi imposible de traspasar. Ordenada y disciplinada. Con Kodro como espectador de excepci¨®n, ocupando el puesto de delantero virtual. Estaba all¨ª, pero por sus acciones no exist¨ªa.

La delantera del Sevilla, Zalayeta y Juan Carlos, erre que erre, buscaba una fisura en el Alav¨¦s. Pero, en la primera incursi¨®n de los vitorianos Hibic le hizo penalti a Ib¨®n Bego?a. Kodro marc¨® para confirmar su presencia, hasta el momento inocua. El gol no cambi¨® el esquema del Alav¨¦s. La expulsi¨®n de Nan Ribera por una fuerte entrada por detr¨¢s a Marchena tampoco. Kodro segu¨ªa en su espacio y en lugar de nueve defensas, el Alav¨¦s se organizaba con ocho.

Tuvo que ser a bal¨®n parado, como no, por donde llegase el empate para el Sevilla. Sacado por Tsartas, Juan Carlos consegu¨ªa un ansiado gol tras numerosas oportunidades. Un aliciente insuficiente.

En la segunda parte se refrendaron las actitudes. El Sevilla sac¨® a Jesuli para ampliar el juego por las bandas. El centro era un campo embotado de alaveses, intransitable. Las incursiones del Sevilla se estrellaban una y otra vez con la pared de los de Mane y contra s¨ª mismos: se fall¨® lo imperdonable. La fortuna se ali¨® moment¨¢neamente con Zalayeta. Su tiro rebot¨® en un defensa entrando en la porter¨ªa. El resultado justo, al menos por la intenci¨®n. Entonces Astudillo, el jugador con m¨¢s vocaci¨®n ofensiva de su equipo, encontr¨® un bal¨®n revolviendo las leyes de la ecuanimidad. Empate. Enhorabuena para la vulgaridad.