El carro al que todos quieren subir
Si el proceso de crecimiento que la econom¨ªa andaluza ha experimentado en los ¨²ltimos a?os tiene un protagonista principal, ¨¦se es el sector tur¨ªstico. Las cifras son incuestionables y han generado una carga de expectativas que hacen de efecto multiplicador y que, seg¨²n coinciden algunos analistas, tienen el imponderable de haber contribuido a la recuperaci¨®n de confianza. Olvidada la crisis de los primeros a?os noventa, el turismo se ha acabado convirtiendo en una alternativa al desarrollo de actividades y ¨¢reas geogr¨¢ficas con muchas dificultades de subsistencia.Incluso los profesionales del sector se sorprenden del ritmo de crecimiento que el turismo ha tenido en los ¨²ltimos a?os y lo contemplan como un fen¨®meno casi desconocido. En un ejercicio de prudencia aconsejado por la doctrina, la Consejer¨ªa de Turismo y Deportes opt¨® los ¨²ltimos dos a?os por estrechar sus m¨¢rgenes de optimismo. Pero en ambas ocasiones se vieron claramente desbordadas.
Ingresos
Desde 1996, la producci¨®n del sector suma un incremento cercano al 45%, hasta alcanzar el a?o pasado 1,546 billones de pesetas. En 1999 los ingresos por turismo en la comunidad aut¨®noma ascendieron a 1,995 billones de pesetas, dato en el que hay que considerar que no se computa el gasto de los turistas andaluces, pues las mediciones s¨®lo contemplan el desembolso de los no residentes en la regi¨®n.
El turismo aporta al Producto Interior Bruto andaluz casi un 12%, proporci¨®n similar a la sector agr¨ªcola.
El periodo de expansi¨®n se inici¨® en 1994, a?o en el que Andaluc¨ªa recibi¨® 15,7 millones de turistas, un 24,9% m¨¢s que en 1993. En 1999 se contabilizaron ya 19,6 millones de viajeros. La Consejer¨ªa de Turismo y Deportes vaticin¨® el a?o pasado una d¨¦cada de crecimiento constante, de forma que en el a?o 2008 se superarr¨ªan los 25 millones de turistas y los 2,5 billones de pesetas de ingreso. Pero si la tendencia contin¨²a, las previsiones son muy cortas. Si se cumple previsi¨®n del Sistema de Estudios y An¨¢lisis del Turismo en Andaluc¨ªa (Saeta), que en los ¨²ltimos a?os siempre ha sido corta, este mismo a?o los ingresos podr¨ªan superar ya los 2,2 billones de pesetas.
Seg¨²n los sindicatos, el indicador menos espectacular es el empleo. Los datos oficiales se?alan que en 1999 trabajaron en los establecimientos tur¨ªsticos andaluces 168.567 personas, casi un 33% m¨¢s que en 1996, pero las centrales sostienen que existe una desproporci¨®n respecto al volumen de negocio y al movimiento hotelero, m¨¢s a¨²n cuando los "primeros sacrificados" de la crisis fueron los trabajadores. La patronal opina todo lo contrario, rebate la desproporcionalidad y en todo caso explica que en los a?os de crisis las empresas hicieron un importante esfuerzo por mantener sus plantillas.
Pero, como todo proceso de crecimiento, el sector tur¨ªstico andaluz sigue arrastrando manifiestas debilidades. Para los agentes del sector, la principal es la gran dependencia de los grandes operadores internacionales, que determinan los precios y las ocupaciones. En los dos ¨²ltimos a?os los propios toruperadores han comenzado a invertir en establecimientos y complejos hoteleros en Andaluc¨ªa. Ello tiene la ventaja de que garantiza cierta fidelizaci¨®n de la clientela, al coincidir los intereses de los agentes intermediarios con la explotaci¨®n de los destinos.
Pero tambi¨¦n pone de manifiesto la debilidad del tejido empresarial aut¨®ctono y, sobre todo, de capacidad financiera. Muy pocos establecimientos hoteleros est¨¢n en manos de capital andaluz, aunque s¨ª ha habido un incremento considerable en la producci¨®n complementaria y para abastecimiento de los servicios tur¨ªsticos en la que tambi¨¦n ha existido una gran dependencia hex¨®gena.
La coyuntura econ¨®mica favorable, combinada con los esfuerzos de promoci¨®n realizados por la Consejer¨ªa de Turismo y Deportes que desde su creaci¨®n en 1996 ha estado en manos del Partido Andalucista (PA) -destina a este cap¨ªtulo una media anual de 5.000 millones de pesetas- y las nuevas modas de viaje, han permitido que Andaluc¨ªa se rebele como una potencia tur¨ªstica de primer orden por la variedad de su oferta.
El sol y playa sigue siendo el segmento estrella. S¨®lo la Costa del Sol acapara el 45% del movimiento hotelero que se registra en Andaluc¨ªa. Pero variedades como el turismo rural, ecol¨®gico, de aventura, de deportes, cultural o gastron¨®mico han permitido a numerosas comarcas del interior de la regi¨®n una v¨ªa de desarrollo. Son numerosas la peque?as cooperativas que han proliferado en actividades relacionadas con el turismo, que se ha convertido en una especie de carro al que todos quieren subir.
Tambi¨¦n los partidos pol¨ªticos, que hoy incorporan el turismo a sus programas con la misma naturalidad con la que hasta ahora ofrec¨ªan cap¨ªtulos para la industria o la agricultura.
Las ¨²nicas ofertas electorales que el presidente Manuel Chaves ha concretado en lo que va de precampa?a electoral tienen que ver con el turismo, en concreto la creaci¨®n de un centro de formaci¨®n integral en M¨¢laga. A este sector ha vinculado de manera muy estrecha su discurso sobre la conveniencia de una cultura m¨¢s emprendedora con mayor capacidad empresarial. De hecho, la primera ocasi¨®n en la que Chaves lo expuso en p¨²blico fue ante un grupo de empresarios tur¨ªsticos en enero.
Pero no hay grandes diferencias entre los programas, m¨¢s all¨¢ de matices como la insistencia que IU hace en cuestiones relacionadas con el medio ambiente o la promesa del PP de trasladar la sede central de la consejer¨ªa a M¨¢laga. El turismo es, por ahora, un motor en plena ebullici¨®n al que conviene engancharse y que no necesita reparaci¨®n.
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