Notable alto
La educaci¨®n impartida o recibida en los colegios religiosos deja vestigios reconocibles en el lenguaje de los antiguos profesores o disc¨ªpulos. Si el ensotanado pasado de Arzalluz como maestrillo jesuita est¨¢ detr¨¢s de la curil expresi¨®n cero patatero empleada en algunos discursos por el presidente del PNV, la utilizaci¨®n por Aznar de esa infantiloide imagen con sabor a tiza acredita su condici¨®n de antiguo alumno -al igual que Juan Villalonga- del Colegio del Pilar; la estridente voz y el desagradable gesto con que el presidente del Gobierno castig¨® el pasado domingo en Toledo a los socialistas con la peor nota imaginable por no haber sido capaces de responsabilizarse a tiempo o de modo suficiente durante la anterior legislatura de algunos sonados casos de corrupci¨®n remedaron el tono chill¨®n y desabrido de las rega?inas lanzadas por los levitas m¨¢s severos para humillar al alumnado marianista.Formas y gritos aparte, no le falta raz¨®n a Aznar al recordar la pasividad o la tardanza del PSOE en investigar la venalidad de algunos altos cargos y militantes socialistas (desde Juan Guerra hasta Luis Rold¨¢n y Gabriel Urralburu), as¨ª como la participaci¨®n de su c¨²pula dirigente en los tinglados de financiaci¨®n irregular del partido -como Filesa- para recaudar o blanquear comisiones extorsionadas a bancos y empresas a cambio de favores realizados desde el poder. Pero la conclusi¨®n de que los delitos ajenos poseen la capacidad sacramental de absolver los pecados propios, creencia seguramente inspiradora de la lectura de notas de los doctrinos del PSOE realizada el pasado domingo por el presidente del Gobierno ante su parroquia, es tan err¨®nea como injusta: el cero patatero puesto por Aznar a los socialistas como sanci¨®n a su torpeza para asumir culpas colectivas no logr¨® oscurecer el notable alto que merece Pimentel por afrontar su responsabilidad pol¨ªtica en un esc¨¢ndalo mediante su dimisi¨®n.
?C¨®mo explicar el trato borde y mezquino dado por el presidente del Gobierno a su antiguo ministro? La soterrada campa?a lanzada contra el dimisionario por sus compa?eros de partido (para la taxoman¨ªa pol¨ªtica, los adversarios internos son m¨¢s peligrosos que los enemigos externos) ha mostrado las formidables dimensiones de su berrinche. Ahora bien, si durante la anterior legislatura el vicepresidente primero del Gobierno (autor de la c¨¦lebre doctrina Cascos, seg¨²n la cual las sentencias de los tribunales deben limitarse a pasar a limpio los veredictos dictados previamente por los sondeos de opini¨®n y por los columnistas afines al PP) admir¨® al Congreso con sus latines mientras tronaba desde la oposici¨®n para exigir la fulminante dimisi¨®n de Felipe Gonz¨¢lez y de sus ministros a cuenta de sus responsabilidades in eligendo e in vigilando con respecto a las fechor¨ªas de sus subordinados, ?por qu¨¦ Pimentel, fiel cumplidor de ese manual de instrucciones, est¨¢ siendo despellejado por los portavoces medi¨¢ticos del Gobierno y por los dirigentes populares?
Cuando menos, hay cuatro razones que explican ese misterio. Por lo pronto, Pimentel dej¨® en evidencia a ministros -como De Palacio y Arias-Salgado- incapaces de estar a la altura de tan elevadas expectativas. De a?adidura, Aznar se sinti¨® profundamente ofendido por el gesto de independencia del dimisionario, que anunci¨® en rueda de prensa su renuncia sin darle oportunidad de cesarle antes de que la hiciera p¨²blica. El boicoteo del Gobierno a la Ley de Extranjer¨ªa, consensuada por Pimentel con las restantes fuerzas pol¨ªticas, y el respaldo del PP a la actitud de su xen¨®fobo alcalde en El Ejido ante las agresiones racistas se hallan tambi¨¦n en el trasfondo del conflicto. Finalmente, la dimisi¨®n del ministro de Trabajo ha confirmado una vez m¨¢s que la corrupci¨®n individual de los cargos p¨²blicos y la financiaci¨®n irregular de los partidos son guisos que cuecen no s¨®lo en los calderos socialistas, sino tambi¨¦n en los pucheros populares; los grav¨ªsimos esc¨¢ndalos que sacuden a los democristianos de Kohl, hom¨®logos alemanes del PP y miembros del mismo grupo en el Parlamento europeo, lo ponen igualmente de manifiesto.
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