ASTROF?SICA Telescopios gigantes El universo profundo, visto en infrarrojo, desvela la presencia de galaxias ocultas
Hac¨ªa falta un gran telescopio cuyo espejo capte mucha luz de las estrellas y una excelente c¨¢mara de infrarrojo para echar una nueva mirada al universo ultraprofundo. Con uno de los telescopios gigantes europeos VLT, instalados en Chile, y la c¨¢mara de infrarrojo ISAAC se acaba de hacer este tipo de observaci¨®n y se ha descubierto en el universo lejan¨ªsimo una multitud de galaxias ocultas a la luz visible y desconocidas hasta ahora. Los primeros an¨¢lisis de estas observaciones indican que ya hab¨ªa galaxias evolucionadas cuando el universo ten¨ªa s¨®lo unos 3.000 millones de a?os.
Bien porque la luz de algunas galaxias remotas est¨¢ oscurecida por el polvo o porque en otras dejaron de formarse hace tiempo estrellas nuevas y brillantes, y los viejos astros que ahora tienen son menos ardientes, lo cierto es que muchos conjuntos estelares escapan a la detecci¨®n con telescopios de luz visible, mientras que aparecen de las tinieblas si se los busca en infrarrojo. Tambi¨¦n hay que tener en cuenta que debido a la expansi¨®n del universo, la luz emitida por las galaxias se desplaza en el espectro electromagn¨¦tico hacia longitudes de onda m¨¢s grandes (hacia el rojo), y que cuanto mayor es la distancia de un objeto emisor, mayor es su velocidad de alejamiento aparente del observador y mayor su desplazamiento al rojo. Por ello, no es extra?o que fen¨®menos que emitan en ultravioleta, por ejemplo, se desplacen hacia el rojo y sean perfectamente observables en luz visible o en infrarrojo si est¨¢n suficientemente lejos.
Los astrof¨ªsicos que estudian la formaci¨®n de galaxias y estructuras a gran escala del universo, as¨ª como los cosm¨®logos, tienen un enorme inter¨¦s en echar un vistazo al universo joven, cuando s¨®lo hab¨ªan transcurrido unos 3.000 millones de a?os desde la gran explosi¨®n inicial, lo que significa aproximadamente el 20% de la edad actual del cosmos. La verdad es que muy poco se conoce sobre la distribuci¨®n de los objetos en el espacio en aquellas ¨¦pocas c¨®smicas, y hay dudas acerca del proceso de formaci¨®n de galaxias.
Ahora los cient¨ªficos han podido utilizar el primero de los cuatro telescopios gigantes VLT, el bautizado Antu, del Observatorio Europeo Austral (ESO), en Cerro Paranal (Chile), para captar en su espejo de 8,2 metros de di¨¢metro la luz procedente de un rinc¨®n del cielo conocido, denominada AXAF Campo Profundo. "Esta zona est¨¢ notablemente libre de estrellas brillantes y proporciona una visi¨®n clara del universo remoto, ya que, adem¨¢s, hay relativamente poco polvo de nuestra galaxia, la V¨ªa L¨¢ctea, en esa direcci¨®n". Por eso, la zona AXAF Campo Profundo ha sido seleccionada en otras observaciones de distinta longitud de onda, por ejemplo en rayos X.
Para hacer esas observaciones ultraprofundas en infrarrojo hay que hacer exposiciones muy prolongadas de campos amplios con gran sensibilidad, algo m¨¢s all¨¢ de las capacidades de las c¨¢maras de infrarrojo de telescopios de cuatro metros de di¨¢metro. Con la c¨¢mara ISAAC de Antu los astr¨®nomos han obtenido im¨¢genes (en infrarrojo cercano) de una amplitud de campo sin precedentes, cubriendo unas siete veces m¨¢s de lo logrado con los instrumentos anteriores.
Estos estudios, explica el ESO, abren una nueva ventana al universo ultraprofundo. Con la c¨¢mara ISAAC se puede pensar en medir la tasa media de formaci¨®n estelar y el contenido total de estrellas en galaxias que est¨¢n muy oscurecidas y que, por tanto, no son observables en el rango visible aunque son una parte importante de la poblaci¨®n gal¨¢ctica primitiva del universo.
Es m¨¢s, combinando los datos con las im¨¢genes de los telescopios de rayos X y ¨®pticos, seguramente ser¨¢ posible echar un vistazo a los centros gal¨¢cticos, e incluso observar los efectos de agujeros negros masivos y los procesos de formaci¨®n estelar.
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