La democracia era eso
Hace unos a?os, en el mediod¨ªa del pa¨ªs de la Mayor¨ªa Absoluta, una noticia de prensa certificaba que el votante caracter¨ªstico del partido entonces gobernante era una mujer de mediana edad, sin estudios y de confesi¨®n cat¨®lica. Ese engendro estad¨ªstico era producto de complejos an¨¢lisis sociol¨®gicos, pero yo lo ve¨ªa a menudo, con rulos y una bata a cuadros, cuando me dispon¨ªa a subir al coche cabreado para ir a trabajar. Muchos apa?os despu¨¦s, en plena disoluci¨®n pol¨ªglota de la Mayor¨ªa Relativa, otro suelto de agencias reclamaba el otro d¨ªa nuestra atenci¨®n en los medios. El titular aseguraba que el candidato protot¨ªpico a estas elecciones es un abogado de cuarenta y cinco a?os, casado y con un hijo. Ese es el perfil, al menos, de los que se presentan por las circunscripciones valencianas, aunque por suerte no incluye a alguien tan inclasificable como Ferran Torrent, a quien deber¨ªamos exportar a Madrid para que le diera un poco de vidilla a la C¨¢mara alta.Puede que estas dos noticias parezcan inconexas, pero s¨®lo si no se regurgitan para hacer frente a la eterna pregunta sobre qu¨¦ es la democracia. La democracia, queridos, es eso: una maruja votando a un picapleitos para que ese cuento del euro favorezca que su sobrino encuentre un empleo. Luego vienen nuestras suntuosas elaboraciones sobre el aspecto simb¨®lico de la cuesti¨®n, el an¨¢lisis macroec¨®nomico, las consecuencias filos¨®ficas y existenciales que se derivan de cada resultado electoral.
Vamos a ver. Yo soy un tipo de pueblo que ha vivido en Nueva York, y ahora s¨®lo quiere escribir y que el mundo no deje de rodar. Si tengo que hacerme alguna clase de composici¨®n seria sobre estas elecciones deber¨¦ consultarlo con esa maruja cuyo algod¨®n no enga?a y someterme a su veredicto. Pues bien, seg¨²n ella los tipos que mandan ahora dicen que "vamos a m¨¢s", pero ese t¨¦rmino -m¨¢s- es precisamente el centro del flamante anuncio de una empresa muy poderosa: "Un banco m¨¢s de todos". In¨²til que le explique a esta buena se?ora los pormenores de la sintaxis y las reglas de las selecciones l¨¦xicas en la publicidad, o que la ri?a cari?osamente con el significado de la palabra demagogia. Ella sabe lo que debe saber, sin haberlo aprendido. Sabe que quiz¨¢ es cierto que vamos a m¨¢s (el progreso, ?recuerdan?) pero, teniendo en cuenta la letra peque?a, sin duda tocamos a menos. A menos democracia, por ejemplo, y tambi¨¦n a menos de eso que usted, amable y perspicaz lector, tiene ahora mismo en la punta del enc¨¦falo. Un saludo.
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