La frontera
El brutal atentado llevado a cabo por ETA en Vitoria-Gasteiz, ha venido a crispar, todav¨ªa m¨¢s, si cabe, la ya crispad¨ªsima campa?a electoral. Las descalificaciones mutuas entre partidos nacionalistas vascos y partidos nacionalistas espa?oles que ya se daban antes del atentado, han subido de tono. El espect¨¢culo es delirante. Los nacionalistas espa?oles, tanto de izquierda como de derecha, satanizan a los nacionalistas vascos -especialmente al PNV- pero sin olvidar que, posiblemente, despu¨¦s de las elecciones del 12 de marzo, unos u otros tengan necesidad de su apoyo para acceder al gobierno. De cara a conseguir los votos de los ciudadanos l¨®gicamente cabreados y sumidos en la deseperaci¨®n por las acciones criminales de ETA, la descalificaci¨®n de los nacionalistas vascos -especialmente del PNV- acus¨¢ndoles de connivencias con la banda terrorista, es -y lo ser¨¢ siendo- moneda de cambio en la presente campa?a. Y en esas estamos.Luego sucede que, desde esas opciones nacionalistas espa?olas, se convoca a los nacionalistas vascos del PNV para que abandonen el Pacto de Lizarra y se unan a los partidos democr¨¢ticos. La frontera, vienen a decir, no est¨¢ entre nacionalistas vascos y nacionalistas espa?oles sino entre los partidos democr¨¢ticos, que estan contra la violencia, y la condenan, y aquellos que no se atreven a condenar las acciones terroristas.
Pero se da la circunstancia que esa frontera ya estaba trazada. La marc¨® el Pacto de Ajuria Enea que se firm¨® el 12 de enero de 1988 en Vitoria-Gasteiz, por Julen Guim¨®n de AP (Alianza Popular, ?s¨ª!), por Kepa Aulestia de EE, por Xavier Arzallus de EAJ-PNV, por Alfredo Marco del CDS, por Inazio Oliveri de EA, por Jose Mar¨ªa Benegas del PSE-PSOE, y como r¨²brica institucional, por el lehendakari Ardanza. En el punto 10 de este Pacto de Ajuria Enea se dec¨ªa, textualmente: "Apoyamos procesos de di¨¢logo entre los poderes competentes del Estado y quienes decidan abandonar la violencia, respetando en todo momento el principio democr¨¢tico irrenunciable de que las cuestiones pol¨ªticas deben resolverse ¨²nicamente a trav¨¦s de los representantes leg¨ªtimos de la voluntad popular". Est¨¢ claro que la frontera estaba perfectamente delimitada y trazada. Esa frontera que ahora se pide reconstruir. ?Qu¨¦ pas¨®, sin embargo, con el Pacto de Ajuria Enea que no lleg¨® a buen fin? La derecha nacionalista espa?ola del PP, heredera de aquella de AP en cuyo nombre Julen Guim¨®n firm¨® el pacto, podr¨ªa contestar la pregunta.
El 16 de enero de 1998, el lehendakari Ardanza, meses antes de acabar su mandato, present¨® a los partidos democr¨¢ticos del Pa¨ªs Vasco, integrantes de la Mesa de Ajuria Enea, una Propuesta de Paz para un "final dialogado". La oposici¨®n del Gobierno espa?ol y el rechazo del Partido Popular del Pa¨ªs Vasco, neg¨¢ndose a discutirla, impidi¨® que fuese aceptada como documento de trabajo por los partidos democr¨¢ticos. Parece ser que el PSOE ha reconsiderado la situaci¨®n y se acuerda, ahora, de la propuesta de Ardanza. Esa unidad de los partidos democr¨¢ticos situ¨¢ndose a un lado de la frontera ya se alcanz¨® en el Pacto de Ajuria Enea. Pero sirvi¨® de bien poco. La posterior propuesta del lehendakari Ardanza no se quiso ni estudiar. En campa?a electoral no es momento para llegar a acuerdos unitarios. Es tiempo para descalificaciones e insultos como estamos viendo. ?Y despu¨¦s del 12 de marzo? Esperemos.
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