Carles Sol¨¤
Carles Sol¨¤, de 54 a?os, natural de X¨¤tiva (Valencia) y con dos hijas, es ingeniero qu¨ªmico y rector de la Universitat Aut¨°noma de Barcelona. Durante su mandato al frente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Espa?olas, entre 1996 y 1998, mantuvo unas tensas relaciones con el Ministerio de Educaci¨®n, encabezado entonces por Esperanza Aguirre.
Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Garrido
Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Garrido, de 62 a?os y natural de Azuaga (Badajoz), tiene tres hijos. Catedr¨¢tico de Educaci¨®n Comparada de la UNED, ha sido director del Instituto Nacional de Calidad y Evaluaci¨®n (INCE). Es un experto con grandes relaciones internacionales. A partir de una cierta sinton¨ªa con el PP, en el que nunca milit¨®, su informe de 1998 sobre secundaria le acab¨® distanciando del partido.
Fernando Lezcano
El sindicalista Fernando Lezcano, nacido en Barcelona hace 41 a?os y con una hija, es maestro y licenciado en Historia. Lleva 11 a?os como responsable de Ense?anza de Comisiones Obreras. Es un reconocido conocedor de los diversos terrenos de la educaci¨®n y un declarado partidario de la negociaci¨®n como instrumento pol¨ªtico, lo que no le ha impedido criticar con dureza al Partido Popular.
La secundaria en cuesti¨®n
El rector de la Universitat Aut¨°noma de Barcelona, Carles Sol¨¤, ex presidente de los rectores espa?oles; el secretario general de Ense?anza de Comisiones Obreras, Fernando Lezcano, y el catedr¨¢tico de Educaci¨®n Comparada de la UNED Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Garrido, que fue director del Instituto Nacional de Calidad y Evaluaci¨®n (INCE) y coordin¨® el informe sobre la secundaria de 1998, la mayor evaluaci¨®n educativa de Espa?a, se reunieron el pasado mi¨¦rcoles en la Redacci¨®n de EL PA?S para analizar la situaci¨®n educativa espa?ola.La educaci¨®n secundaria obligatoria
EL PA?S. Uno de los problemas m¨¢s serios de la educaci¨®n espa?ola es el de la secundaria obligatoria (12-16 a?os). Con un profesorado desanimado; un alumnado a menudo desinteresado, cuando no indisciplinado; una creciente dificultad de integraci¨®n de alumnos de diversos or¨ªgenes ¨¦tnicos, y una evidente fama de mediocridad en el rendimiento, ?qu¨¦ cabe hacer para recuperar el aliento en esta compleja etapa educativa?
Fernando Lezcano. Tengo que empezar matizando la pregunta. Aunque hay problemas, no ser¨ªa realista trasladar a la sociedad una imagen de deterioro absoluto. Vaya por delante que cualquier revisi¨®n deber¨ªa tener muy en cuenta la opini¨®n de los profesores, que son los que viven a diario las dificultades en el aula. Soy partidario de introducir tres grandes estrategias: autonom¨ªa pedag¨®gica de los centros para construir un proyecto educativo a partir de su propia realidad; dotaci¨®n de recursos humanos, materiales y econ¨®micos, y revisi¨®n sustancial de la formaci¨®n inicial y permanente del profesorado. Junto a estas tres l¨ªneas estrat¨¦gicas, no descarto cierta flexibilidad organizativa, con una posible agrupaci¨®n homog¨¦nea, pero temporal, de los alumnos, siempre que no caigamos en el pelot¨®n de los torpes. En todo caso, tendr¨ªamos que pensar en estrategias para la educaci¨®n infantil y la primaria. Pretender acometer medidas s¨®lo en la ESO es perder de vista que muchas dificultades que luego detectaremos ya se observan en los niveles iniciales.
Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Garrido. Uno de los grav¨ªsimos errores de la reforma es haber empezado la casa por el tejado: no se puede encargar a un profesor que se haga cargo de la ESO sin haber sido formado adecuadamente. Adem¨¢s, hay otra cuesti¨®n grave: la falta de liderazgo en los centros p¨²blicos. Ni la autonom¨ªa de los colegios e institutos ser¨¢ posible ni se podr¨¢ promover la formaci¨®n en los propios centros si no hay un liderazgo claro de los equipos directivos. Por otra parte, no podemos seguir enga?ando a la gente haci¨¦ndole creer que todos los chicos pueden y deben tener una educaci¨®n igual, con igual resultado. La igualdad de oportunidades debe ser permanente, pero no hay que confundirla con la uniformidad de resultados. El paquete educacional que se ofrezca a los ciudadanos debe ser com¨²n, pero no id¨¦ntico. Entre 1990 y 1996, el PSOE perdi¨® un tiempo precioso para articular la diversificaci¨®n prevista en la LOGSE, para tratar de forma diversa a los chicos que son diversos.
Carles Sol¨¤. Al profesorado de secundaria se le ha creado un nuevo trabajo sin preparaci¨®n y sin ayuda suficientes. Y, en conjunto, este profesorado ha asumido con enorme coraje el reto, que debe desarrollar con poca ayuda y nulo reconocimiento. La sensaci¨®n de abandono por parte de la Administraci¨®n es generalizada. Y creo que los profesores han de recuperar el protagonismo, porque son los que conocen la realidad de las aulas. Y luego hay un tema grave: los centros privados concertados, que reciben una financiaci¨®n p¨²blica, pero rechazan a los alumnos complicados. La multiculturalidad y la diversidad en el aula se concentrar¨¢n en los centros p¨²blicos, y los privados seguir¨¢n siendo cosa aparte. Es escandaloso.
El fracaso escolar
EL PA?S. ?Qu¨¦ estrategias se pueden plantear para combatir el fracaso escolar?
Garc¨ªa Garrido. Es un tema complejo que hay que desdramatizar. El problema es d¨®nde situar la responsabilidad: no en los chicos, que son las v¨ªctimas, y no en la escuela, a la que se le marcan unos determinados objetivos. Es esencial que la sociedad se conciencie de que tenemos que atajar el problema entre todos, construyendo pol¨ªticas educativas que no sean s¨®lo escolares. Y los medios tienen un papel importante, sobre todo la televisi¨®n, porque la actual "televisaci¨®n" es m¨¢s intensa que la escolarizaci¨®n. Hay que sacar de la escuela el t¨¦rmino de "fracaso escolar".
Lezcano. Si entendemos por fracaso el desajuste entre los objetivos establecidos y su consecuci¨®n, tendr¨ªamos que ver la naturaleza de esos objetivos, ver si es razonable mantenerlos. La formaci¨®n tiene que ser polivalente, abierta, de adquisici¨®n de h¨¢bitos, generalista, que permita estrategias de autoformaci¨®n y de adaptaci¨®n al medio.
Sol¨¤. La utilizaci¨®n reiterada del t¨¦rmino "fracaso escolar" conduce a un clich¨¦ contra el que es muy dif¨ªcil luchar. Pero hay datos interesantes sobre la trascendencia del entorno socioecon¨®mico del alumno: el 70% de los hijos de padres con estudios universitarios llega a la Universidad, proporci¨®n que baja al 40% cuando los padres han cursado s¨®lo la educaci¨®n secundaria y se reduce a un 15% cuando los padres se han quedado en la primaria. Luego no todo radica en el centro educativo. Por otra parte, estoy de acuerdo acerca del papel que desempe?a la televisi¨®n, que antes llam¨¢bamos la caja tonta y ahora deber¨ªamos llamar la caja atontadora.
El Estado y las comunidades
EL PA?S. Con las competencias educativas traspasadas a las comunidades, ?se ha acabado la pol¨ªtica de Estado? ?Se podr¨¢n garantizar la homogeneidad del sistema y la igualdad de oportunidades?
Sol¨¤. Ning¨²n Estado ha sido puesto en peligro por la autonom¨ªa de los proyectos educativos y la adaptaci¨®n a las necesidades del alumnado. La sociedad es diversa y cada d¨ªa lo ser¨¢ m¨¢s. Adem¨¢s, las comunidades educativas estamos trabajando en un ¨¢mbito que trasciende las fronteras del Estado, y nuestro h¨¢bitat natural es Europa, siempre con el m¨¢ximo respeto a la solidaridad interregional.
Lezcano. ?ste es uno de los grandes debates del futuro. Es indiscutible el valor de la diversidad y el respeto a las identidades, pero el Estado tiene una gran responsabilidad: hacer compatible el respeto a la diversidad con el principio de igualdad de oportunidades. Las transferencias se han hecho de forma atropellada y sin tener en cuenta los desequilibrios, dejando la inversi¨®n educativa supeditada a la capacidad de recaudaci¨®n. Eso no es razonable. Catalu?a, el Pa¨ªs Vasco o Navarra tienen un potencial que no tienen Extremadura o Andaluc¨ªa. Si no se hace nada, nos encontraremos con 17 sistemas educativos distintos, y eso podr¨ªa acabar pervirtiendo el principio de igualdad de oportunidades. El Estado deber¨¢ seguir impulsando pol¨ªticas de Estado, pero ya no ser¨¢n iniciativas exclusivas del Gobierno de turno, sino acuerdos entre las comunidades.
EL PA?S. ?Y se dan las condiciones para esos acuerdos?
Lezcano. Lo que est¨¢ claro es que no podemos mirar a otro lado. Necesitamos un proyecto com¨²n, un marco jur¨ªdico, pol¨ªtico y financiero nuevo que garantice las nuevas pol¨ªticas negociadas.
Garc¨ªa Garrido. El pacto es imprescindible, porque estamos en tr¨¢mites de pasarnos de rosca. Y si no, preguntemos lo siguiente: ?ser¨ªa posible hacer una LOGSE despu¨¦s de culminar las transferencias?
EL PA?S. ?Su respuesta es que no? ?Es decir, que, por ejemplo, una nueva reforma en el a?o 2020 ya no ser¨ªa posible?
Garc¨ªa Garrido. De seguir as¨ª, no. Las interpretaciones que hacen de la LOGSE las comunidades no tienen nada que ver unas con otras. Lo malo es que se ha transferido lo que no se ten¨ªa que haber transferido, el nacionalismo y el centralismo de las comunidades, un centralismo que dificulta la autonom¨ªa de los centros.
La LOGSE
EL PA?S. ?Qu¨¦ hay que hacer con la LOGSE: aplicarla a fondo o reformarla?
Garc¨ªa Garrido. No hay que reformar las estructuras, sino ir retocando lo de dentro. Meterse en grandes aventuras de cambio no tendr¨ªa sentido. Yo ir¨ªa por la v¨ªa del pacto social, porque la LOGSE tiene en s¨ª elementos de interpretaci¨®n. Es una ley bien hecha t¨¦cnicamente, otra cosa son los aspectos que se hayan subrayado. Pero con esa ley y una sabia interpretaci¨®n se puede tirar para adelante.
Lezcano. Hay que aplicarla en profundidad, cosa que no se ha hecho, como lo demuestran los sucesivos retrasos. No est¨¢ desarrollada como corresponder¨ªa en temas cruciales como la red de centros, la oferta educativa, las plantillas adecuadas... Hay que aplicarla, pero haciendo una reflexi¨®n cr¨ªtica.
Sol¨¤. Y teniendo en cuenta el protagonismo de los educadores, porque no se trata de que quede bonito sobre el papel, que lo aguanta todo.
EL PA?S. ?Sugiere que la LOGSE es una creaci¨®n de pedagogos de despacho?
Sol¨¤. En algunos aspectos. Tiene una arquitectura coherente y responde a unos criterios progresistas, pero en algunos elementos se echa en falta la experiencia que da la pr¨¢ctica.
La formaci¨®n profesional
EL PA?S. ?Sigue siendo la mejora de la FP una gran asignatura pendiente?
Sol¨¤. Es una de nuestras principales carencias. Una buena FP es muy cara, tan cara como la educaci¨®n universitaria, pero un sistema coherente necesita una FP bien montada, prestigiosa, y, como rector, lo digo desde un punto de vista ego¨ªsta, porque el hecho de que no haya una buena oferta ha llevado a la Universidad a j¨®venes que hubieran seguido un camino m¨¢s adecuado con una formaci¨®n m¨¢s pr¨¢ctica que con el sistema universitario cl¨¢sico, que tambi¨¦n tenemos que revisar.
Lezcano. La FP era, si no la estrella de la reforma, una de las estrellas. Con un doble objetivo: evitar el progresivo desprestigio de la antigua FP y acometer estrategias para la inserci¨®n profesional en una sociedad que exige una mano de obra m¨¢s cualificada. Era una de las estrellas y ahora es una de las grandes frustraciones. Por el camino que vamos se puede volver a producir la misma percepci¨®n social que ten¨ªa la antigua. Lo poco que se ha hecho, no s¨®lo se reduce a campa?as propagand¨ªsticas, sino que abundan en la l¨®gica de descualificaci¨®n, de p¨¦rdida de imagen.
Garc¨ªa Garrido. Una vez m¨¢s estamos ante un planteamiento excesivamente escolarizado. Los pa¨ªses pioneros hacen pol¨ªticas extraescolares: en Alemania hay una gran participaci¨®n de las empresas. El problema aqu¨ª es que se ha vuelto a escolarizar el asunto: el m¨®dulo medio, la necesidad de hacer el bachillerato... es la tendencia contraria a la de Alemania.
La Universidad del futuro
EL PA?S.?Cu¨¢les son los desaf¨ªos de la Universidad espa?ola para afrontar el futuro?
Sol¨¤.La Ley de Reforma Universitaria fue transformadora en 1983, aunque tuviera aspectos discutibles, como la v¨ªa funcionarial para estabilizar al profesorado. Es cierto que el actual marco jur¨ªdico necesita ser revisado en muchos aspectos, como la coordinaci¨®n entre las universidades o la organizaci¨®n de los planes de estudio seg¨²n el modelo 3-5-8 a?os (diplomatura, m¨¢ster o periodo de especializaci¨®n, y doctorado) proclamado en la llamada Declaraci¨®n de Bolonia, que pretende crear un "espacio universitario europeo". Tenemos que aumentar las becas y ayudas, ya que estamos a la cola de los pa¨ªses avanzados, lo mismo que estamos muy mal en financiaci¨®n por alumno (4.900 d¨®lares frente a m¨¢s de 8.000 de promedio en la OCDE). Tenemos un claro d¨¦ficit en esfuerzo de investigaci¨®n: si se excluye el gasto militar, en 1999 nos encontramos por debajo de 1990 en pesetas constantes. Espa?a produce el 2,4% de las publicaciones cient¨ªficas y es el pa¨ªs n¨²mero 11 del mundo, pero en inversi¨®n est¨¢ en la cola de la OCDE, s¨®lo por delante de Turqu¨ªa y Grecia. El sistema industrial espa?ol no valora la investigaci¨®n y el capital no apuesta por valores tecnol¨®gicos e innovadores, no asume riesgos.
Lezcano. Est¨¢ claro que hay que reformar la LRU, pero ser¨ªa un error hacerlo pensando s¨®lo en corregir fallos del pasado. Hay que poner los ojos en la Universidad del futuro, dentro del contexto europeo y en una sociedad en r¨¢pida evoluci¨®n. Coincido en la idea de revisar los planes y rechazar los modelos gerenciales, pero hay que dar mayor funcionalidad y eficacia a los ¨®rganos de gobierno.
Garc¨ªa Garrido. Por centrarme en los desacuerdos, yo tengo una opini¨®n negativa de la LRU, que s¨®lo consisti¨® en una reforma del profesorado y los ¨®rganos de gobierno, pero dej¨® intacta la estructura. La LRU confundi¨® la participaci¨®n de la comunidad universitaria con la falta de liderazgo. No hablo de un modelo empresarial, pero ser¨ªa absurdo confundir la democracia universitaria con la pol¨ªtica. Sin pedir en absoluto un liderazgo autoritario, lo cierto es que hoy es muy dif¨ªcil la toma de decisiones.
La evaluaci¨®n del Partido Popular
EL PA?S.?Qu¨¦ juicio les merece la pol¨ªtica educativa del PP en estos cuatro a?os?
Garc¨ªa Garrido. Ha sido una pol¨ªtica err¨¢tica, que empez¨® con una serie de fijaciones contra la reforma. Honradamente, fue un error importante, porque hizo que la oposici¨®n saltara de una manera muy contundente ante determinados discursos ministeriales [en el mandato de Esperanza Aguirre]. Lo del plan de humanidades me pareci¨® un grav¨ªsimo error, no porque no haga falta una humanizaci¨®n de los planes de estudio, sino por la forma de llevarlo a cabo. Hubo interesantes intentos de pacto educativo, como el promovido por la Fundaci¨®n Encuentro en favor de la educaci¨®n p¨²blica, que fueron desaprovechados. En el fondo, lo que ha habido en el mandato del PP es una falta de profesionalidad en la gesti¨®n educativa. En el programa actual del PP veo un deseo m¨¢s expl¨ªcito que anteriormente de tomar iniciativas. Ahora bien, estoy acostumbrado a creerme poco estas cosas. Pero lo mismo digo del programa socialista.
Sol¨¤. La cuenta de resultados es muy pobre, aunque la legislatura del PP vino precedida de la inacci¨®n en la ¨²ltima etapa socialista, con la excepci¨®n del Plan de Evaluaci¨®n de la Calidad. Con la entrada del PP hubo una esperanza, con Fernando Tejerina como secretario de Estado de Universidades, pero todo acab¨® con su destituci¨®n [julio de 1997]. Los sentimientos de decepci¨®n y de escepticismo est¨¢n justificados.
Lezcano. El PSOE tuvo una gran iniciativa pol¨ªtica armando un nuevo entramado educativo, con la LODE, la LOGSE y la LRU, pero luego perdi¨® el impulso, como lo demuestra la falta de compromisos financieros y la incapacidad de lograr la complicidad de los profesores. Esa p¨¦rdida de impulso ha marcado tambi¨¦n la etapa del PP. En estos cuatro a?os no ha habido pol¨ªtica educativa. Ha habido ocurrencias que han tenido la virtud de generar focos de tensi¨®n, cuando un sistema educativo necesita una gran armon¨ªa para cualquier proceso. Adem¨¢s, el PP ha introducido l¨ªneas claras en favor de la financiaci¨®n de los centros privados. Es esencial que los Gobiernos sepan que ellos son los titulares de los centros p¨²blicos y, como responsables de esta red, deben ser los primeros interesados en que sus centros sean los de m¨¢s calidad. Y eso no se ha hecho. El Gobierno del PP no se ha esforzado en hacer que la red p¨²blica sea el modelo de calidad.
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