No basta liberalizar, es necesario reestructurar MIGUEL ?NGEL FERN?NDEZ ORD??EZ
LA ENERG?A?EL EXPERTO
Desde el punto de vista del mercado, el sector energ¨¦tico en Espa?a est¨¢ todav¨ªa en el Cuaternario, con una escasa competencia en los carburantes y ninguna competencia en gas y electricidad. Pero Espa?a no es un dinosaurio aislado. En Europa, hay muchos pa¨ªses en una situaci¨®n parecida y en los Estados Unidos todav¨ªa hay Estados que mantienen los monopolios el¨¦ctricos.Este retraso se explica no s¨®lo por la fuerza y dinero de los monopolios, sino porque se requieren decisiones pol¨ªticas complejas y traum¨¢ticas, para someterlos a la competencia. El problema es que no basta, como sucede en los dem¨¢s sectores econ¨®micos, con privatizar y liberalizar, sino que es necesario imponer estructuras que permitan la competencia efectiva, especialmente all¨ª donde, por falta de interconexiones f¨ªsicas, no es posible el comercio internacional.
En privatizaci¨®n se ha avanzado mucho en los ¨²ltimos 10 a?os. El Gobierno socialista vendi¨® el 90% de las empresas de gas y electricidad as¨ª como el 40% de Endesa, y el Gobierno del Partido Popular ha vendido el resto. En liberalizaci¨®n se ha iniciado el camino, pero todav¨ªa el 99% de los consumidores de electricidad siguen sin poder elegir compa?¨ªa el¨¦ctrica.
Lo mismo se puede decir del gas natural. Mientras, en algunos pa¨ªses europeos como Alemania, Suecia o Inglaterra, todos los ciudadanos pueden elegir ya compa?¨ªa el¨¦ctrica. Pero, aunque en Espa?a se aprobara una liberalizaci¨®n total, no habr¨ªa competencia, porque no hay interconexiones suficientes para poder importar, ni se han adoptado los cambios de estructura necesarios para que la libertad de elegir no sea, como en la democracia org¨¢nica, la de poder elegir a los mismos de siempre.
Tanto la ley de 1994, que abri¨® la posibilidad de establecer nuevos generadores, como la ley de 1997 que tiene un dise?o m¨¢s coherente, permit¨ªan, en principio, que hubiera competencia en el sector el¨¦ctrico. Pero, con ninguna de las dos leyes la ha habido. La raz¨®n es que, paralelamente a esos cambios legales, se ha aplicado una pol¨ªtica contraria a la competencia en lo que se refiere a la estructura del sector, concentrando en dos empresas el 80% de la distribuci¨®n y la generaci¨®n. Los precios han bajado, pero no por la competencia -que no existe- sino por decisi¨®n administrativa, con lo que han bajado mucho menos de lo que lo han hecho los costes financieros.
En lo que se refiere al gas, la Ley de Hidrocarburos ha consolidado el monopolio en torno a Gas Natural que controla tanto la infraestructura del transporte como el suministro. Finalmente, hay que mencionar el sector del carb¨®n, al que se dedican ingentes cantidades de subvenciones. Todos los gobiernos hacen planes para disminuir las ayudas del carb¨®n pero, en cuanto empiezan las protestas en las regiones productoras, los archivan.
La tarea para la pr¨®xima legislatura es la de completar la liberalizaci¨®n en gas y electricidad, y la de adoptar los cambios de estructura necesarios para que haya algo de competencia. Liberalizar es f¨¢cil, y seguramente se har¨¢, pero reestructurar requiere mucho coraje pol¨ªtico. En el caso del gas y de la electricidad, para que empiece a haber alguna competencia se requieren medidas estructurales similares a las que han adoptado los pa¨ªses que hoy disfrutan de la competencia: desconcentraci¨®n de la oferta, separaci¨®n de propiedad entre redes y suministro, etc¨¦tera. Y para aumentar la competencia -que existe pero es escasa- en el sector de carburantes, tambi¨¦n habr¨ªa que explorar las v¨ªas seguidas en otros pa¨ªses, revisando las tarifas de CLH y disminuyendo la concentraci¨®n de gasolineras en autov¨ªas y n¨²cleos urbanos. En cuanto a reformas en el carb¨®n, "abandonad toda esperanza".
Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez es economista, ex presidente de la Comisi¨®n El¨¦ctrica.
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