La esperanza que empuja a la ciencia
Recorri¨® Israel, Estados Unidos, Inglaterra y Francia en busca de una soluci¨®n para la lesi¨®n que sufr¨ªa su hijo, parapl¨¦jico despu¨¦s de un accidente. Su tes¨®n le llev¨® a visitar a los mejores especialistas antes de descartar una recuperaci¨®n para Eduardo, que con 26 a?os acab¨® postrado en una silla de ruedas, hace 18 meses. El d¨ªa que lleg¨® a sus o¨ªdos la noticia de que hab¨ªa una posibilidad de regenerar la m¨¦dula espinal seccionada, Alfonso Garc¨ªa Asencio, industrial del calzado asentado en Elche (Alicante), supo que le hab¨ªa llegado el momento de actuar y colaborar con la ciencia. Por su hijo "y por solidaridad con el resto de personas que sufren estos traumas". Gracias a este af¨¢n financi¨® la investigaci¨®n espa?ola, presentada el jueves pasado, que ha abierto un camino de esperanza al lograr mediante implantes que ratas parapl¨¦jicas anden de nuevo.Fue en el hospital de parapl¨¦jicos de Toledo donde Alfonso tom¨® contacto con una realidad sangrante. Su hijo, ingresado all¨ª, compart¨ªa un futuro desesperanzador con decenas de j¨®venes parapl¨¦jicos y tetrapl¨¦jicos. Hasta all¨ª se desplaz¨® la investigadora Almudena Ram¨®n Cueto para dictar una conferencia que les supo a gloria. Tras siete a?os siguiendo una l¨ªnea de investigaci¨®n, al parecer acertada, la doctora concluy¨® que era posible regenerar la m¨¦dula, mediante la implantaci¨®n de c¨¦lulas del bulbo olfatorio.
Exist¨ªa un problema: el estudio no pod¨ªa seguir adelante por falta de fondos. El empresario contact¨® con Almudena Ram¨®n y puso remedio a esa eventualidad. Firm¨® un convenio con el Instituto Severo Ochoa, que puso sus instalaciones y su animalario a disposici¨®n de la investigadora, mientras ¨¦l har¨ªa frente a todos los gastos.
?De cu¨¢nto dinero hablamos? Alfonso Garc¨ªa no lo hace p¨²blico, aunque se habla de nueve millones de pesetas anuales. Poca cosa si consigue el objetivo: que su hijo recupere la movilidad. "La investigaci¨®n", se?ala con esp¨ªritu cr¨ªtico, "no es algo a lo que en este pa¨ªs se dedique mucho esfuerzo".
"Eduardo hab¨ªa terminado la carrera de Arquitectura y ten¨ªa que reaccionar con rapidez", relata. "Siempre piensas que todo en la vida, por dif¨ªcil que sea, tiene soluci¨®n".
A?o y medio despu¨¦s de reanudar su trabajo, Almudena Ram¨®n present¨®, el jueves, los sorprendentes resultados de su experimento. La imagen de una rata parapl¨¦jica escalando un enrejado dio la vuelta a ese mismo mundo que Alfonso recorri¨® dos a?os antes. La investigadora y sus colaboradores hab¨ªan conseguido que animales con la columna seccionada regeneraran el tejido nervioso tras ser sometidos a un implante de c¨¦lulas del bulbo olfatorio.
El trabajo abre las puertas a la esperanza, y nuevas perspectivas m¨¦dicas para el tratamiento de lesiones medulares. La t¨¦cnica se ensayar¨¢ ahora en primates. M¨¢s adelante, en funci¨®n de los resultados que se obtengan, llegar¨¢n las pruebas con humanos. S¨®lo entonces se sabr¨¢ el alcance de la investigaci¨®n. "Es evidente que estamos ante el principio de un descubrimiento importante". Tambi¨¦n lo es que Alfonso, aparte de fabricar zapatos, ha empleado parte de su tiempo en repasar la historia de la medicina. "Tras Ram¨®n y Cajal", dice, "es lo m¨¢s destacado en la ciencia espa?ola".
Tras el impulso de este empresario, la investigadora ha sido contratada por el Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), y se desplazar¨¢ a un laboratorio especializado de Valencia para seguir con su trabajo, que ya ha sido reconocido por la comunidad m¨¦dica y por el Gobierno espa?ol, que asume los gastos. El ¨¦xito de las primeras pruebas y la cobertura de que ahora dispone Ram¨®n para sus experimentos, no han hecho modificar ni un ¨¢pice la postura de Alfonso Garc¨ªa. "Pretendo llegar hasta el final, aunque creo que la Administraci¨®n est¨¢ concienciada de cubrir las necesidades de una investigaci¨®n de este calado", explic¨® ayer en su despacho de la firma Levantina del Calzado, dedicada desde hace 37 a?os a la fabricaci¨®n de zapatos de caballero.
Mientras tanto, Eduardo Garc¨ªa avanza en su proyecto de fin de carrera desde su casa, y seg¨²n su padre est¨¢ "muy esperanzado" en recuperar alg¨²n d¨ªa la movilidad de sus piernas. "Le he infundido las ganas de luchar y vivir, despu¨¦s de atravesar una situaci¨®n muy dif¨ªcil".
Agobiado por la presi¨®n social despu¨¦s de conocerse las consecuencias cient¨ªficas de su caso, Eduardo ha preferido frenar su aparici¨®n en los medios de comunicaci¨®n. Antes de eso coment¨® que, en un principio, era esc¨¦ptico a una posible recuperaci¨®n. "Ya veremos cuando llegue el momento", respondi¨® al ser preguntado si estaba dispuesto a ser el primero en pasar por el quir¨®fano si alguna vez la doctora Ram¨®n est¨¢ en disposici¨®n de aplicar su t¨¦cnica en humanos. Su vida ha cambiado desde el accidente, pero su esperanza ha vuelto a enderezarse.
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