Las obras del nuevo Sanchinarro cercan a las familias reacias a la expropiaci¨®n
Uno de los gigantescos nuevos barrios previstos al norte de la ciudad, el de Sanchinarro, de 12.000 viviendas, tan grande como Soria, se est¨¢ construyendo alrededor de las casas bajas de 31 familias que viv¨ªan ah¨ª desde hace decenas de a?os y que se niegan a abandonar el terreno porque consideran que las condiciones de la expropiaci¨®n no les convienen. Ocho de estas familias tienen su casa en un cerro situado en medio justo del terreno, cercado por completo de excavadoras, terraplenes, trabajadores y vigilantes. Las otras 23 respiran m¨¢s aliviadas porque sus casas, ubicadas en una esquina del nuevo barrio, todav¨ªa no han sido afectadas de lleno, pero miran de reojo c¨®mo las obras se acercan. En unos meses estar¨¢n a las puertas.Una de las residentes en el cerro, Rosa Santano, de 36 a?os, nacida en Sanchinarro, asegura que alguna vez han tenido que salir "con garrotes" para impedir que las m¨¢quinas derribasen sus casas. Residen dentro de una pesadilla: "No s¨®lo escuchamos el estruendo de las excavadoras d¨ªa y noche sino que cada vez se nos corta m¨¢s frecuentemente el agua, la luz, el tel¨¦fono....". Alrededor de la vivienda de Santano hay cables de alta tensi¨®n suspendidos a menos de un metro del suelo, ya que los antiguos postes est¨¢n inclinados. Algo que la aterra, ya que, adem¨¢s de sus dos hijos, en el cerro viven 10 peque?os m¨¢s.
El Ayuntamiento dej¨® en manos privadas la gesti¨®n de este barrio, enclavado al norte, en un tri¨¢ngulo de 380 hect¨¢reas delimitado por la v¨ªa Borde de Hortaleza, la M-40 y la carretera de Burgos. Santano explica que las 7.000 pesetas por metro cuadrado que les ofrece la junta de compensaci¨®n (organismo que agrupa a los gestores), no les conviene, ya que con el cambio pierden su modo de vida (pastoreo de cabras y ovejas) y la posibilidad de vivir "en el lugar en el que se ha nacido". La junta les da un piso en San Blas pero las familias piden una compensaci¨®n econ¨®mica.
"Si no se van, pondremos una valla y seguiremos la obra", dice la constructora
El presidente de la Junta de Compensaci¨®n, Alejandro Uriarte, asegura que a las familias que resisten en Sanchinarro les han ofrecido "un piso en San Blas o dinero para que paguen el alquiler hasta que se construyan pisos en Sanchinarro y puedan irse ah¨ª". "Esas familias ya han sido expropiadas por ley, y si se niegan a irse, pues vallaremos la zona y seguiremos construyendo hasta que se marchen", a?adi¨®.Las condiciones en las que viven las ocho familas que residen en el cerro se aproximan bastante a lo inhumano. Para llevar a los ni?os al colegio, los padres deben atravesar varios kil¨®metros de pistas de obras rodeados de excavadoras y obreros. Las farolas dejaron de existir hace mucho y los residentes se alumbran con linternas por la noche. Hay vecinos que se han marchado aceptando las condiciones de expropiaci¨®n. En cuanto esto pasa, las excavadoras acuden para echar abajo la casa, de modo que los que quedan tienen que convivir al lado de viviendas convertidas en escombros, en medio e un paisaje de ruina.
7.000 pesetas
El precio de la expropiaci¨®n es 7.000 pesetas por metro cuadrado, algo que parece insuficiente a los vecinos. "Si a m¨ª me dan 12 millones por mi terreno ?qu¨¦ hago con mis cinco hijos, que viven aqu¨ª desde siempre y que ya tienen su propia familia, su casa, y sus hijos?", replica Jos¨¦ Luis Castelo, de 70 a?os, que lleg¨® hace 50 a Sanchinarro. "Adem¨¢s, que si quieren este terreno, que antes nadie quer¨ªa, pues que paguen", a?adi¨®.
Los afectados est¨¢n unidos y les representa un abogado que, seg¨²n explica el director de la junta de compensaci¨®n "pide millonadas".
Las otras 22 familias, las que residen en la esquina del nuevo barrio temen que les pase lo mismo. "Ah¨ª las obra va a llegar dentro de unos cuantos meses", advierte Uriarte. Fernando del Pozo, uno de estos afectados, explica que vive en una vivienda de m¨¢s de 480 metros cuadrados, con piscina, por la que le quieren pagar 18 millones. "Luego, una vivienda aqu¨ª, de 480 metros cuadrados, no va a costar 18 millones. Eso lo tengo claro. Yo pido que me den lo que es justo, porque nosostros est¨¢bamos aqu¨ª tan a gusto, desde hac¨ªa muchos a?os; no hemos sido nosotros quienes les hemos llamado", se queja Del Pozo. "Si no nos dan lo que pedimos, que en mi caso puede llegar a m¨¢s 70 millones, nos van a tener que sacar a tiros", a?adi¨®.
El concejal de Urbanismo, Ignacio del R¨ªo (PP) explic¨® que el asunto no es competencia del Ayuntamiento. "Eso es asunto de la junta de compensaci¨®n, pero lo que est¨¢ claro es que las obras no pueden pararse. La ley decidir¨¢".
El presidente de la junta de compensaci¨®n asegur¨® que, si no hay acuerdo con los vecinos, al final ser¨¢ un juez el que decida. "?l dir¨¢ lo que hay que pagar a esta gente. Y a partir de entonces, ser¨¢ la polic¨ªa o la Guardia Civil la que se encargue de echar a esa gente", explic¨®.
Las obras no se van a detener: la pr¨®xima semana, seg¨²n explic¨® el martes el Ayuntamiento, se colocar¨¢n los ladrillos de los primeros pisos del nuevo barrio.
El cabrero que lleg¨® hace 50 a?os
En abril del a?o pasado, el alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, (PP) coloc¨® la primera piedra de lo que, en una decena de a?os, ser¨¢ un nuevo barrio de m¨¢s de 36.000 vecinos. 50 a?os antes hab¨ªa llegado a ese mismo lugar, procedente del barrio de Prosperidad, Jos¨¦ Luis Castello, de 70 a?os. "Por entonces esto era campo, puro campo, y yo me dediqu¨¦ a lo que sab¨ªa, a tener cabras, ovejas, vacas y cerdos", explicaba ayer este hombre encima del cerro donde vive ahora, completamente rodeado de obras y excavadoras. En ese mismo lugar nacieron sus cinco hijos, para los que, seg¨²n fueron creciendo y cas¨¢ndose, les construy¨® una casa baja al lado de la suya. Los hijos tuvieron a su vez hijos, nacidos all¨ª, y ahora son 10 los nietos de Castello que viven en Sanchinarro.Hace meses, uno de los hijos del pionero tuvo que alquilar una finca en Cienpozuelos para poder aparcar all¨ª el reba?o de cabras y el de ovejas. "Claro, a ver, con tanta obra se pel¨® todo el campo y las ovejas se mor¨ªan de hambre". Paga 130.000 pesetas al mes por el alquiler de la finca y del corral. Castello ha puesto en manos de un abogado las negociaciones con la constructora, aunque asegura que, o le dan dinero "m¨¢s de 30 millones", o ¨¦l no abandona los m¨¢s de 1.000 metros cuadrados que ¨¦l compr¨® hace cinco d¨¦cadas. La junta de compensaci¨®n, por medio de la expropiaci¨®n, le ofrece 7.000 pesetas por metro cuadrado, es decir, siete millones de pesetas. "O un piso, es verdad que dicen lo del piso, pero ?qu¨¦ hago yo con un piso?" Y ense?a un reba?o de vacas delgaduchas que mantiene encerradas tras una verja.
El presidente de la junta de compensaci¨®n , Alejandro Uriarte, asegur¨® ayer que cada hijo de la familia de Castell¨® tendr¨ªa derecho a un piso de realojo pero los mismos afectados desconoc¨ªan ayer en qu¨¦ condiciones.
"Aqu¨ª no nos explican nada. Una vez nos dijeron que para tener derecho a un piso, tendr¨ªamos que pagar una letra de unas 60.000 pesetas al mes. Y no tenemos dinero para eso, entre otras cosas, porque tenemos que pagar el alquiler de la finca de las cabras, que costa 130.000 al mes", explic¨® Rosa Santano, nuera de Castell¨®.
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