Un esca?o vizca¨ªno muy disputado
La tranquilidad que siempre ha otorgado el territorio de Vizcaya a la fuerza hegem¨®nica, el PNV, no se ha tambaleado peligrosamente en las ¨²ltimas contiendas electorales, pero s¨ª ha quedado tocada. Mentir¨ªan los dirigentes peneuvistas, y no lo hacen, si negaran su cuota de preocupaci¨®n por el ascenso de los populares en una provincia en la que el electorado de centro derecha no nacionalista comenz¨® a despertar en las elecciones generales de 1993 -las ¨²ltimas que perdi¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar-, se afianz¨® en las auton¨®micas de 1994, con 86.398 papeletas, y acab¨® por explotar en las auton¨®micas pasadas, con 138.642 votos. El voto urbano crece casi exponencialmente en favor de los populares, mientras que los peneuvistas mantienen su granero intacto en las zonas rurales, mayoritariamente nacionalistas, pero mucho menos pobladas (venci¨® en 94 de los 111 municipios en las auton¨®micas de 1998). Sin embargo, el PNV se estanca en t¨¦rminos absolutos en las grandes ciudades y baja claramente si se observan los porcentajes. En las pasadas auton¨®micas, el PP se qued¨® a apenas 21.000 votos de la formaci¨®n nacionalista en el Gran Bilbao y desplaz¨® a los socialistas de la segunda posici¨®n. Ocho meses despu¨¦s, s¨®lo el pacto para las municipales entre PNV y EA evit¨® que los peneuvistas perdieran municipios tan significativos como Getxo.
Los socialistas, mientras, mantienen su apoyo en los municipios de la Margen Izquierda (donde suman el 30% de sus votos en toda la provincia) y su supremac¨ªa en localidades como Ermua. Y est¨¢ por plasmar en n¨²meros o incluso en esca?os de qu¨¦ manera el acuerdo federal alcanzado entre el PSOE e IU puede movilizar al electorado progresista para estos comicios.
El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, suele recordar que estas no son "nuestras elecciones", en alusi¨®n a la bipolarizaci¨®n que los dos grandes partidos estatales (PP y PSOE) intentan implantar en la campa?a y a la mayor movilizaci¨®n del electorado no nacionalista ante la posibilidad de un cambio de rostro en el Ejecutivo central.
Mayor participaci¨®n
De hecho, la participaci¨®n en las elecciones generales sube en Vizcaya (y en el resto de territorios) m¨¢s de 10 puntos en relaci¨®n a cualquier otro tipo de contienda en las urnas. Pero en esta ocasi¨®n, el llamamiento a la abstenci¨®n realizado por Euskal Herritarrok deja abierto el panorama, b¨¢sicamente ante el posible trasvase de sus apoyos hacia los partidos nacionalistas que s¨ª se presentan y, en mucha menor medida, a Izquierda Unida.
La desaparici¨®n de la marca electoral de Herri Batasuna de la pugna electoral pone en juego unos 100.000 votos, un esca?o en Vizcaya y refuerza una campa?a que b¨¢sicamente es a tres formaciones -entre peneuvistas, populares y socialistas-, pero con un evidente duelo entre el cabeza de lista del PNV y portavoz del Grupo Vasco en el Congreso, I?aki Anasagasti, y el n¨²mero uno de las listas populares y ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja. Ambos se est¨¢n empleando a fondo en sus m¨ªtines, aunque sin novedosos mensajes, m¨¢s all¨¢ de la broma recurrente de Anasagasti al decir: "El problema de Mayor Oreja es que cuando llega el domingo por la noche se alegra de que pierda el Athletic, mientras nosotros somos felices cuando vemos que ha ganado".
Todo hac¨ªa pensar que se iban a reproducir en campa?a los discursos del blanco y negro, del trazo grueso: la elecci¨®n entre Lizarra y Ermua, entre el discurso de las maletas y el de la maldad intr¨ªnseca de Madrid. Pero el doble asesinato del dirigente socialista Fernando Buesa y su escolta, Jorge D¨ªez Elorza, y el recrudecimiento de la kale borroka han trastocado las intervenciones preestablecidas e incluso los lemas de campa?a, como en el caso de los socialistas vascos. Txiki Benegas recorre el territorio clamando a la vida y la libertad. Y el propio Arzalluz ha ense?ado ya parte de sus cartas al anunciar su preferencia por que el socialista Joaqu¨ªn Almunia acceda a La Moncloa a cambio de una pol¨ªtica "m¨¢s adecuada a los tiempos" en pacificaci¨®n.
Dependiendo del n¨²mero de votantes de EH que en esta ocasi¨®n, y a diferencia de cualquier otra elecci¨®n anterior, muestre su alejamiento de los m¨¦todos terroristas de ETA no qued¨¢ndose en casa, sino yendo a votar, algunas formaciones menores se pueden beneficiar. Y, m¨¢s a¨²n que el n¨²mero de votantes de EH, lo interesante por la repercusi¨®n electoral ser¨¢ conocer a qu¨¦ sigla pueda beneficiar esa actitud.
La oportunidad de EA
En ese sentido, algunos candidatos pueden afianzar su esca?o, como el caso del cabeza de lista de IU-EB, Jos¨¦ Navas, tras los reveses electorales de las auton¨®micas y municipales, que ha llevado a la federaci¨®n a perder la mitad de su electorado hasta quedarse en 32.292 sufragios. Y, otros, como el cabeza de lista de Eusko Alkartasuna (EA), Sabin Arana, pueden so?ar con la posibilidad de que la formaci¨®n que ahora preside Bego?a Errazti vuelva a revivir los resultados de las elecciones generales de 1989. En esos comicios, EA logr¨® con 48.355 votos enviar a Madrid a un representante, en concreto el diputado Joseba Azkarraga.
Adem¨¢s de la campa?a en favor de la abstenci¨®n activa, hay otros 14.425 votos en juego, los que en los ¨²ltimos comicios celebrados logr¨® ICV el partido que dirige, encarna y representa el ex militante peneuvista y ex alcalde de Bilbao Jos¨¦ Mar¨ªa Gorordo. Dif¨ªcilmente, todas esas papeletas acabar¨¢n en la abstenci¨®n, al existir la campa?a de EH, con lo que presumiblemente ir¨¢n a parar a alguna formaci¨®n nacionalista. M¨¢s claro parece el resultado en el Senado, con un PNV obteniendo tres representantes mientras el otro se lo disputar¨¢n socialistas y populares.
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