Mozambique
No me quiero poner pesimista; es m¨¢s, no necesito ponerme pesimista porque lo soy. De modo que, sin salirme de mi natural, les dir¨¦ que vaya pu?etera mierda de Gobiernos del mundo mundial que tenemos, si son incapaces de enviar ya mismo (hace d¨ªas que deber¨ªan haberlo hecho) docenas y docenas de helic¨®pteros con el combustible y el personal necesarios para arrancar de la muerte a la poblaci¨®n de Mozambique. Porque ya que no se condonan las deudas externas, ya que no se cumple ni por asomo la aproximaci¨®n al 0,7%, ya que los presupuestos siguen prefiriendo entregar su mejor bocado a los planes militares, ?ni siquiera los malditos helic¨®pteros est¨¢n disponibles para ayudar a nuestros semejantes? ?Qu¨¦ pasa? ?Es que nos detiene el hecho de que no nos encontramos ante una guerra por razones humanitarias? ?Y d¨®nde est¨¢n los aparatos que sin duda poseemos? ?De maniobras con otros juguetes del arsenal?Expertos que se encuentran a pie de cat¨¢strofe insisten en que es in¨²til mandar alimentos y medicinas si antes no sacamos a los supervivientes de la trampa mortal de agua y lodo. Y que yo sepa, esos medios s¨®lo est¨¢n al alcance de los Gobiernos, que son ese conjunto de personas a las que votamos para que se comporten como si fueran decentes. Un gesto de decencia elemental ser¨ªa, ahora mismo, atravesar el aire con la solidaridad concretada en aparatos de h¨¦lice y militares competentes.
Tampoco me quiero poner malpensada, que adem¨¢s lo soy, e imaginar que, en la parquedad con que se atiende oficialmente al desastre, puede subyacer, aunque sea de forma inconfesada, la idea de que cuantos menos africanos queden en ?frica, menores aglomeraciones de inmigrantes se producir¨¢n en el futuro ante las fronteras del hambre. La mente de los que mandan es capaz de muchas bajezas, y para camuflarla dispone de gran cantidad de excusas.
Entretanto, las televisiones muestran la aterradora imagen de c¨®mo se rescata a las v¨ªctimas de uno en uno, de c¨®mo cada uno espera ser el siguiente en colgar de una cuerda hacia la vida. Quien tiene poder para moverse y actuar, c¨®mo puede tener el est¨®mago de limitarse a cubrir el expediente. C¨®mo pueden mirarse al espejo, besar a sus mujeres, abrazar a sus hijos.
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