Matr¨ªcula de Barcelona XAVIER MORET
El actor y escritor brit¨¢nico Alexei Sayle, conocido en nuestro pa¨ªs por sus apariciones como Balowski en la m¨ªtica serie televisiva Els joves, acaba de publicar en Inglaterra un libro que lleva por t¨ªtulo Barcelona plates (Matr¨ªcula de Barcelona) en el que re¨²ne 14 relatos de humor vitri¨®lico. En uno de ellos, el que da t¨ªtulo al libro, aparece un ingl¨¦s llamado Barnaby que, tras romper con su novia, decide irse de vacaciones a Espa?a, concretamente a una casita que localiza por Internet en el pueblecito granadino de Chite. Barnaby vuela en un charter hasta M¨¢laga y all¨ª alquila un Fiat Uno Turbo de color blanco, matr¨ªcula de Barcelona. "Barnaby's car started with a B for Barcelona", escribe Alexei Sayle, con lo que su personaje pasa a convertirse en un catal¨¢n m¨¢s, ya que, como es sabido, "es catal¨¢n todo aquel que vive y trabaja en Catalu?a o, en su defecto, viaja en un coche matriculado en una de sus cuatro provincias".En vista de que la casita de Chite no es lo que promet¨ªa, y dado que el personaje no se adapta a la realidad espa?ola, Barnaby se lanza a la carretera al volante del Fiat Uno. En su segundo d¨ªa de vacaciones viaja a Jerez y comprueba, por los gestos que le dirigen, que "a los espa?oles del sur no les gustan los catalanes de Barcelona". Y a?ade el astuto Sayle: "Tan pronto como Barnaby se dio cuenta de esta tensi¨®n tribal, se dio el gustazo de conducir tan mal como pod¨ªa, sabiendo que los conductores col¨¦ricos, los peatones aterrorizados y los ni?os asustados que pasaban creer¨ªan que era un gilipollas catal¨¢n".
De la lectura de Barcelona plates se deduce que la mala fama de los catalanes en Espa?a se debe en parte a personajes desaprensivos como el tal Barnaby... ?Y la Generalitat sin intervenir! Alexei Sayle, actor especializado en papeles de ruso en pel¨ªculas como Indiana Jones y la ¨²ltima cruzada y Gorky Park, adem¨¢s del ya citado Balowski de Els joves, es responsable de una campa?a anticatalana financiada muy probablemente por "el oro de Mosc¨²". ?A qu¨¦ espera Jordi Pujol para protestar ante la reina de Inglaterra? ?Para cu¨¢ndo una manifestaci¨®n de desagravio en la plaza de Sant Jaume?
El tercer d¨ªa de sus vacaciones espa?olas, Barnaby viaja hasta Valladolid. El cuarto pasa raudo por Madrid y, parando s¨®lo para echar gasolina y para comer, llega a Zaragoza y Tarragona. Cuando entra en Barcelona, el personaje comprueba alborozado que "por fin est¨¢ entre catalanes, ya que todos los coches llevan matr¨ªcula de Barcelona".
Para deleite de los que se dedican a rastrear cualquier m¨ªnima presencia de Barcelona en la literatura internacional, hay que decir que en Barcelona plates Barnaby no se contenta, como hizo en Madrid, con atravesar la ciudad casi sin ni mirar por la ventanilla. Al contrario, Barnaby, como "catal¨¢n de adopci¨®n", se dirige a un buen restaurante, el Via Veneto, para resarcirse de toda la bazofia de gasolinera que se ha zampado durante el viaje. All¨ª (?ojo al dato!) pide unos "peque?os calabacines en flor en salsa de h¨ªgado de oca" y, en palabras de Alexei Sayle, "se sent¨® sonriente y feliz entre sus compatriotas catalanes antes de volver a su Fiat".
El viaje del "piloto catal¨¢n" prosigue por carretera hacia el norte, con alto en La Jonquera para repostar, larga kilometrada en Francia, traves¨ªa del canal y llegada a Londres. Tras vivir unos d¨ªas en la capital brit¨¢nica como turista, el loco Barnaby se percata de que tiene que emprender cuanto antes viaje de regreso si quiere llegar a tiempo al aeropuerto de M¨¢laga para poder devolver el coche alquilado y regresar a Londres en charter. Con prisas, conduce de nuevo hacia Francia y, en su alocada carrera, entra en los Champs Elys¨¦es de Par¨ªs a 120 kil¨®metros por hora. All¨ª se cruza con un Mercedes 280, con cuatro personas a bordo, que va a 150 kil¨®metros por hora. Sin dejarse amedrantar, y "conduciendo como el despreocupado catal¨¢n que era", Barnaby acelera y acaba provocando que el Mercedes 280 se empotre contra una de las columnas del paso subterr¨¢neo del puente de Alma. Barnaby ve el accidente por el retrovisor, pero, sin que le importe nada, se pierde por la noche parisiense...
El relato de Alexei Sayle termina aqu¨ª, sin citar para nada el nombre de lady Diana, pero es obvio que la sombra de la princesa muerta planea sobre este accidente provocado por un, ?cielos!, "despreocupado conductor catal¨¢n". Si hasta aqu¨ª el "orgullo catal¨¢n" ya quedaba bastante tocado debido al comportamiento de Barnaby, su implicaci¨®n en la muerte de la "princesa triste" podr¨ªa desembocar en una crisis internacional de consecuencias inimaginables. ?A qu¨¦ espera la Generalitat para salvar el honor de los coches matriculados en Barcelona y, por consiguiente, el de todo el pueblo catal¨¢n? ?Cu¨¢ndo ser¨¢ declarado Alexei Sayle persona no grata? ?Por qu¨¦ TV-3 sigue reponiendo a?o tras a?o las serie Els joves, con Sayle como actor invitado? Si corre la voz de que, tal como insin¨²a Alexei Sayle, un coche matriculado en Barcelona fue el culpable de la muerte de lady Di, no s¨®lo peligra la integridad de nuestro pa¨ªs, sino, lo que es mucho peor, podr¨ªa darse una anulaci¨®n en masa de las reservas hoteleras brit¨¢nicas de Lloret. Y esto, por supuesto, es algo que no se puede tolerar.
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