La diana fiscal Almunia-Blair y sus inc¨®gnitas
La cosa se pone al rojo vivo. Acababa Gracias a la vida, de Mercedes Sosa. Los teloneros renegaban de "la Espa?a de Falcon Crest". Gentes entregadas le vitoreaban. Hac¨ªa calor, mucho calor en C¨¢ceres. Una anciana lloraba, emocionada, en el nido del polideportivo.Ese momento caliente, con las encuestas adversas y a una semana del gran d¨ªa, fue el escogido por Joaqu¨ªn Almunia para concretar su gran apuesta econ¨®mica de la campa?a: establecer un canon de medio bill¨®n de pesetas por una sola vez sobre los superbeneficios de las empresas privatizadas por el PP. Lo recaudado se dedicar¨ªa a un fin social, engrosar la reserva de la Seguridad Social, para "consolidarla".
La propuesta encontr¨® la apoteosis del respetable -era campo propio-, porque adivinaba que concretaba en positivo la cr¨ªtica en negativo al "amiguismo" del Gobierno de Aznar.
"Qu¨¦ se puede hacer para que esto no se quede as¨ª?", se interrog¨®. Y explic¨® con modestia que aplicar¨ªa, adapt¨¢ndola, la medida de Tony Blair sobre las empresas que privatiz¨® Margaret Thatcher.
La windfall tax fue propuesta en 1992 por los laboristas, dise?ada por el canciller del Exchequer, Gordon Brown, y aplicada por Blair nada m¨¢s instalarse ¨¦ste en Downing Street, en 1997, sobre 32 empresas privatizadas entre 1989 -ocho a?os antes- y 1996.
"Windfall" significa "ca¨ªdo del viento", algo as¨ª como un "man¨¢" regalado por los dioses, y equivale en la jerga de la City londinense a pelotazo, aunque sea sin contornos de ilegalidad. El objetivo era "resarcir" parcialmente a los contribuyentes, porque un patrimonio acumulado mayormente por la sociedad hab¨ªa recalado en manos privadas.
La base argumental de este canon fue triple: las empresas se privatizaron a un precio que finalmente se revel¨® muy bajo; el r¨¦gimen regulador que se les aplic¨® despu¨¦s fue laxo y disfrutaron en muchos casos de posiciones de monopolio de hecho o de derecho en el mercado (Financial Times, 27 de junio de 1997).
?C¨®mo encaj¨® el prop¨®sito pol¨ªtico redistributivo en la teor¨ªa hacend¨ªstica? Se consider¨® que la tasa deb¨ªa ser eficiente y neutra, es decir, que no distorsionase las decisiones de inversi¨®n de las compa?¨ªas, para lo que se arbitr¨® un gravamen por una sola vez.
Deb¨ªa ser tambi¨¦n equitativa, no recaer sobre los consumidores, lo que ocurre cuando la competencia es a¨²n imperfecta, pues las empresas afectadas pueden repercutir sobre ¨¦stos la tasa que se les impone, y, sobre todo, reducir al m¨¢ximo las posibles discriminaciones entre empresas y accionistas, pues no siempre los ¨²ltimos titulares obtuvieron los beneficios de los primeros y alguna empresa se hab¨ªa fragmentado o fusionado.
Para lograr esto ¨²ltimo se discuti¨® sobre si la tasa deb¨ªa ser "a medida" de cada empresa o tipo "confecci¨®n", un traje hecho para todos con un mismo hilo, un mismo tipo. Y pues, sobre si lo adecuado era una f¨®rmula sencilla -quiz¨¢ discriminatoria para alguna empresa- o compleja, calcada para cada situaci¨®n espec¨ªfica.
Como esto ¨²ltimo pod¨ªa fragilizar la windfall tax frente a una eventual demanda judicial, se opt¨® por una f¨®rmula simple. A saber, un traje hecho de "confecci¨®n", de igual tela pero distintas tallas. O sea, un tipo impositivo com¨²n del 23% sobre la diferencia entre el valor de mercado de cada empresa (9 veces los beneficios promedio de los 4 ejercicios anteriores) y el valor al que se privatizaron.
La posible vulnerabilidad jur¨ªdica se soslay¨® tambi¨¦n gracias a su concepci¨®n finalista: la integridad de lo que se recaudar¨ªa financiar¨ªa un plan de empleo para los j¨®venes. Con ello se dilu¨ªan acusaciones de discriminaci¨®n. Lo recaudado ir¨ªa a los m¨¢s discriminados.
El Gobierno de Blair obtuvo as¨ª 5.200 millones de libras (1,5 billones de pesetas), dos veces y media el impuesto sobre beneficios pagados por las 32 empresas afectadas. La cantidad propuesta por Almunia es m¨¢s modesta en t¨¦rminos absolutos -un tercio- y relativos, pues el tipo ser¨ªa tambi¨¦n inferior, en unos tres puntos.
La inc¨®gnita econ¨®mica fue si la medida perjudicar¨ªa la inversi¨®n y la cotizaci¨®n de las empresas y si penalizaba a las m¨¢s eficientes; la opci¨®n por un tipo moderado entre otros barajados suaviz¨® el asunto, el "lobo" fue menos fiero de lo temido. Almunia prometi¨® ayer, templando: "No les dejaremos a dos velas, queremos que esas empresas sigan generando beneficios, creando riqueza y empleos". La inc¨®gnita jur¨ªdica: ?se plantear¨ªan pleitos? "No desafiaremos una tasa para la que el Gobierno tiene un mandato popular", zanj¨® British Gas (Financial Times, 19 de julio de 1997). Very british. Muy sensato.
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