Cipri¨¤ destapa intenciones
MIQUEL ALBEROLA
Lo mejor de las encuestas es que al d¨ªa siguiente de publicarse siempre surge como m¨ªnimo un intelectual que diagnostica que la verdadera encuesta es la que contestar¨¢n los ciudadanos el d¨ªa de las elecciones, que es tanto como decir que el f¨²tbol es as¨ª. Nadie conf¨ªa en ellas: sobre todo el que sale perjudicado. Aunque tambi¨¦n Eduardo Zaplana, quien viaja enganchado a la cola del cometa oliendo la mayor¨ªa absoluta, lo dijo ayer en Valladolid, mientras que Uni¨®n Valenciana estrenaba en un pase restringido para la prensa en Valencia el tan cacareado v¨ªdeo sobre el presidente de la Generalitat, cuyo principal argumento es Zaplana hurg¨¢ndose la nariz en el banco azul y poco m¨¢s que no se supiera sin que se pudiera demostrar.
M¨¢s contundente fue Cipri¨¤ Ciscar en Valencia, durante una comida con los miembros del Club Jaime I, que preside Vicente Lluch, donde vino a decir que los diversos institutos demosc¨®picos se ponen previamente de acuerdo para suministrar datos similares al mercado, m¨¢s o menos como hacen las gasolineras con el precio del carburante, creando un corporativismo protector muy perjudicial para el p¨²blico. Ciscar insisti¨® en la vigencia de los tres puntos de diferencia que separan a socialistas de populares, seg¨²n los datos de que dispone el PSOE. Aunque cuando se dispar¨® el morbo de los comensales fue en el momento en que el tambi¨¦n socialista Antonio Sotillo le pregunt¨® qu¨¦ quer¨ªa ser de mayor.
En ese momento Ciscar, que asisti¨® a la comida acompa?ado de un Joan Ignasi Pla que termin¨® sentado junto a Rafael Blasco, empez¨® la campa?a de las auton¨®micas de 2003. Reconoci¨® que ya era mayor y que quer¨ªa "venir aqu¨ª" y dedicarse "a esto". Cipri¨¤ fundament¨® su deseo en que tras varios a?os en Madrid hab¨ªa estado recorriendo el Pa¨ªs Valenciano y hab¨ªa descubierto que estaban ocurriendo demasiadas cosas que no le gustaban, por lo que hab¨ªa decidido emplearse a fondo en el asunto despu¨¦s del 12 de marzo.
Si bien tendr¨¢ que sortear los cepos, lazos y armadijos que le han puesto para ese mismo d¨ªa algunos de los suyos, quienes ni se recatan en hacer p¨²blicas sus intenciones en algunas cenas de homenaje a jubilados, para cumplir esta aspiraci¨®n que est¨¢ tan en funci¨®n de lo que haya en el interior de las tripas de las urnas. Para luego afrontar un trepidante periodo de recomposici¨®n en el que le est¨¢n apuntado dos centenares de cuchillos y cuatro de mand¨ªbulas. Pero esto ya ser¨¢ otro asunto. De momento, Ciscar ense?¨® ayer sus cartas ante mucha gente, dando muestra de una seguridad que quiz¨¢ tenga una ra¨ªz demosc¨®pica o simplemente se trate de un simple farol electoral sobre el fr¨ªo velador de m¨¢rmol del PSPV.
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