EL PERSONAJE El retorno del 'panzer'
El lituano Jankauskas devuelve a la Real a la tradici¨®n de delanteros
Lleg¨® Javier Clemente y mand¨® parar. Nada de delanteros pizpiretos y zascandiles (caso de Bonilla o Aldeondo), sino panzer aut¨¦nticos con presencia, remate y buena disposici¨®n para las adversidades. Clemente intent¨® el fichaje de Juan Antonio Pizzi, un treinta?ero acreditado en la pelea, pero ni su edad ni sus condiciones de contrato facilitaban el traspaso. Y entonces surgi¨® Edgaras Jankauskas (1975), un lituano desconocido, procedente del Brujas (antes jug¨® en el CSKA y el Torpedo de Mosc¨²), pero que reun¨ªa los requisitos te¨®ricos de la demarcaci¨®n.Clemente y la Real se la jugaron. Con el colombiano Bonilla hab¨ªan apostado por la diferencia respecto de Kovacevic (el ¨ªdolo sagrado que prefiri¨® ser suplente en el Juventus), otro panzer ilustrado en Inglaterra y en Espa?a. De Jankauskas no hab¨ªa noticias en Espa?a, salvo que respond¨ªa al retrato robot del olimpismo: altius (191 cm.), citius, fortius (87 kg.). Suficiente para agotar las expectativas. Un futbolista que se mueve entre las tres rayas del ¨¢rea grande, con presencia f¨ªsica y ganas de triunfar. Lo que buscaba Javier Clemente, que no se equivoc¨® en el empe?o.
Jankauskas nunca ser¨¢ un crack. Es un futbolista limitado a su tarea, pero un profesional impagable para la Real. Cada gol reporta un alivio a su equipo. Debut¨® contra el Atl¨¦tico en el Manzanares y consigui¨® el gol del empate en una acci¨®n del manual del delantero centro: desde el suelo y junto al poste. Sin dudas. A la semana siguiente, en su presentaci¨®n en Anoeta, abri¨® la cuenta ante el Rayo Vallecano utilizando la parte de atr¨¢s del manual: el semifallo, como argumento de la determinaci¨®n. El tercero coincidi¨® con otra final del apurado equipo donostiarra. Gol al Espanyol (a la antigua usanza, marcando los tiempos del remate de cabeza) y la Real que sale de los puestos de descenso. Jankauskas se convierte en el salvador de un equipo acuciado. Del jugador lituano se sabe a qu¨¦ juega: al ¨¢rea, al remate, al choque. Cuando se le busca por ah¨ª, se le encuentra con facilidad. Es el delantero que todo entrenador reclama como punto de referencia. Nunca ser¨¢ un fen¨®meno, pero la inversi¨®n (450 millones) est¨¢ asegurada. El sustituto de Kovacevic, al fin, se parece a su antecesor.
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