El problema, o problemo
A veces, en los m¨ªtines, el orador comienza una frase que parece que va a llegar a buen puerto, pero luego la oraci¨®n va perdiendo sentido y concluye en un disparate. La necesidad de decirlo todo en masculino y femenino para no excluir a nadie es en parte la responsable de que muchos intervinientes pierdan el hilo. Ensayen ustedes mismos un comienzo como ¨¦ste: "Compa?eros y compa?eras, estamos aqu¨ª o ac¨¢ reunidos o reunidas nosotros y nosotras, hombres y mujeres del futuro, con candidatos o candidatas...." ?Qui¨¦n se acuerda ya de lo que hab¨ªa que decir a continuaci¨®n? Urge encontrar una respuesta gramatical a este problema, pues dado que la duraci¨®n de los m¨ªtines es ahora la misma que antes, el significado se ha acortado o ha desaparecido por completo. La obsesi¨®n dicot¨®mica se manifiesta de manera m¨¢s cruel en unos pol¨ªticos, o pol¨ªticas, que en otros, o en otras, pero personalmente estoy seguro de que ha arruinado la campa?a de Te¨®fila Mart¨ªnez, que no pronuncia una palabra en masculino sin asegurarse, antes de continuar, de que tiene su versi¨®n femenina, o viceversa. El resultado es agotador. A veces, la gente ya no escucha lo que dicen los oradores, en el caso de que dijeran algo, sino que juega a buscar g¨¦neros posibles a los t¨¦rminos lanzados desde la tarima, o el tarimo, pregunt¨¢ndose por qu¨¦ si las candidatas suben al estrado a trav¨¦s de las escaleras, los hombres no lo hacen por los escaleros, como Dios manda. Es evidente que el hecho de poner escaleros donde antes s¨®lo hab¨ªa escaleras multiplicar¨ªa los gastos, pero todos y todas nos quedar¨ªamos m¨¢s tranquilos o tranquilas.
As¨ª, pues, y ya que gracias a ¨¦ste y otros h¨¢bitos ret¨®ricos de nuevo cu?o resulta completamente imposible saber lo que nos dicen a trav¨¦s del lenguaje articulado, es preciso recurrir a los gestos, o sea, a la comunicaci¨®n no verbal, de la que yo no s¨¦ nada, aunque imagino que habr¨¢ expertos. Es sorprendente que ni un solo peri¨®dico haya contratado a especialistas en comunicaci¨®n no verbal, que nos traduzcan el significado de los ademanes, ya que el de las palabras empieza a ser indescifrable. ?Por qu¨¦, por ejemplo, ayer vimos en la tele a Piqu¨¦ peinado hacia atr¨¢s cuando normalmente va con raya a la izquierda? ?Por qu¨¦ Cascos lleva desde que comenz¨® la campa?a sin mover un m¨²sculo? Nos consta que est¨¢ vivo, que su garganta no ha perdido capacidad para lanzar alaridos y que contin¨²a siendo el vicepresidente primero. ?Quiere decirnos con esa actitud algo que es incapaz de expresar con la boca? ?Por qu¨¦ Aznar, sobre todo en los m¨ªtines, mueve las manos imitando descaradamente al Julio Iglesias de La vida sigue igual?
Pero, sobre todo: el hecho de que los viudos, o viudas, no pierdan la pensi¨®n del muerto, o la muerta, al casarse de nuevo o nueva, ?constituye un gesto o una gesta? Y una curiosidad ling¨¹¨ªstica: ?Es la carne el femenino del pescado?
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