?Viva la subasta sin 'subasteros' y con debate!
Haber asistido al mitin de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar con "los mayores" en la Casa de Campo autoriza a certificar que fue un acto electoral con m¨²ltiples promesas gratificadoras, s¨ª, pero sobrio -casi met¨¢lico- y digno.Haber escuchado a Joaqu¨ªn Almunia prometer en Valencia una paga especial de 28.000 pesetas a los jubilados que perciben pensiones m¨ªnimas... y guardar memoria de que es eso exactamente lo que propugn¨® en la anterior legislatura mediante cuatro proposiciones no de ley que reclamaban extender a los mayores los beneficios de la bonanza econ¨®mica, autoriza a certificar que su propuesta no es un requiebro demag¨®gico.
?Compra de conciencias? Eso es lo que ocurr¨ªa en la Restauraci¨®n, cuando el cacique de turno tarifaba la adhesi¨®n: "Un voto, un duro y un puro".
Casi todos los observadores bienpensantes se escandalizan al ver a unos y otros planteando ofertas cuantificadas a los electores, sobre todo si son de la tercera edad.
Y, sin embargo, eso es lo que sucede en los pa¨ªses civilizados. Bill Clinton aclara qu¨¦ har¨ªa con el pr¨®ximo presupuesto: incrementar el gasto en educaci¨®n y sanidad. Los l¨ªderes belgas pelean siempre por una d¨¦cima de la Seguridad Social. En Francia, en Alemania, en el Reino Unido, son las propuestas cifradas y su contraste -tanto o m¨¢s que los incumplimientos program¨¢ticos, los casos de corrupci¨®n o el mal estilo- lo que llena las campa?as. Para eso sirven ¨¦stas.
La subasta -y las pujas que le son consustanciales- es, contra lo que muchos piensan, un excelente mecanismo de mercado. Acerca oferta y demanda a un milagroso punto de equilibrio, por el que el vendedor obtiene el m¨¢ximo precio posible y el comprador paga el m¨ªnimo indispensable. Viva la subasta. Atenci¨®n, siempre que el subastador sea honesto; el acceso, libre; se cumplan unas reglas del juego, y no merodeen los subasteros que distorsionan la igualdad de oportunidades copando el estrado, amenazando a los competidores y quebrando su libertad.
Ahora bien, una subasta puede ofertar mercanc¨ªa buena, avalada por una expertise t¨¦cnica de su autor¨ªa, ¨¦poca y calidad. O mercanc¨ªa averiada. En la subasta electoral, la expertise corresponde al final a los votantes.
Para situarlos en el asunto de las pensiones (que afectan directamente a 7,5 millones de ciudadanos) y cotejar la credibilidad de cada puja conviene refrescar la memoria con cuatro constataciones simplemente factuales:
1. El Estado de bienestar de la era democr¨¢tica, en cuanto beneficia a jubilados y otros pensionistas, fue activado por los Gobiernos del PSOE, que universalizaron el acceso a la sanidad p¨²blica y crearon las pensiones "no contributivas", para quienes no hab¨ªan cotizado o lo hab¨ªan hecho durante un periodo insuficiente. Es su m¨¦rito fundacional.
2. El Gobierno de Aznar ha mantenido el poder adquisitivo de las pensiones, y al calor de la bonanza econ¨®mica internacional -que no ha estropeado en casa- la ¨²ltima legislatura ha permitido alcanzar el super¨¢vit en la Seguridad Social, gracias al mayor n¨²mero de cotizantes. Es su carta de presentaci¨®n.
3. Durante la pasada legislatura, han sido el PSOE e IU quienes han empujado por la mejora de las pensiones, para que el lema "Espa?a va bien" lo notasen todos los espa?oles. No s¨®lo con propuestas parlamentarias. Tambi¨¦n con actos ejecutivos. Fue el presidente andaluz, Manuel Chaves, quien subi¨® las pensiones no contributivas en un porcentaje doble (3,6% en vez del 1,8%) al previsto por el Gobierno, quien primero le llev¨® por ello al Tribunal Constitucional y acab¨® de hecho -sin retirar el recurso- asumiendo una subida.
4. El programa electoral del PSOE concreta (p¨¢gina 24) aumentos de entre el 6% y el 15% para todos los tipos de pensiones: las famosas 28.000 pesetas, consolidables. El del PP establece (p¨¢gina 7 del cap¨ªtulo tercero)una lista de prioridades sin cifras, que ayer concret¨® su l¨ªder.
?stos son los hechos. Toca a los electores enjuiciar las intenciones ¨²ltimas de cada partido en el cap¨ªtulo de la redistribuci¨®n del bienestar, si es coherente u oportunista. Harina de otro costal, pero que pertenece a la misma cosecha, es la sostenibilidad de las promesas que unos y otros lanzan sobre la mesa, c¨®mo encajan con la pol¨ªtica presupuestaria, con los objetivos de reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico.
Viva la subasta, s¨ª, en pensiones, en IRPF, en el canon sobre las empresas privatizadas. Pero para que sea limpia, ¨²til, sin trampa ni cart¨®n, faltan m¨¢s datos. Y falta, sobre todo, el debate televisado en el que cotejar directamente todos los argumentos. ?Por qu¨¦ se les hurta a los espa?oles, como si estuvieran en una rep¨²blica bananera? ?Para cu¨¢ndo el cara a cara, se?or Aznar?
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