Pastiche pol¨ªtico
ADELA GARZ?N
La campa?a electoral se debate entre el realismo y el pastiche. La falta de energ¨ªa de los principales candidatos se disimula con promesas y m¨¢s promesas. Aqu¨ª, en Valencia, es a¨²n m¨¢s palpable porque se alimenta de suspicacias bastante justificadas. Ni Ciscar ni Camps provocan confianza en el ciudadano, uno por su imagen manipuladora y maquiav¨¦lica, al estilo de Casio en Julio C¨¦sar, el otro por su imagen ab¨²lica y at¨®nica, mal disimulada por una risa forzada. Y adem¨¢s, existen grandes desconocidos para los ciudadanos, como Serna por la izquierda o Martorell por la derecha, nuevas en campa?a y gestoras de tradici¨®n.
Hay realismo en el pacto PSOE-IU. Desaparece el abismo entre estas dos izquierdas. Los nuevos socializquierdistas, que no socialcomunistas, vieron que unidos restar¨ªan fuerza al partido de la derecha. De un plumazo intentan acercarse al sentir del ciudadano, que ve al PSOE demasiado derech¨®n y a IU excesivamente radical, y lanzan la consigna de frenar a los nacionalismos. Su esperanza est¨¢ en la investidura.
Hay realismo en el PP, porque utiliza la amnesia pol¨ªtica. Se acab¨® la tercera v¨ªa, Blair y Giddens. Ya no habla de la democracia de calidad, basada en la responsabilidad y el protagonismo compartido entre ciudadano y Estado. Ni siquiera Zaplana, el de la "Espa?a de las oportunidades", nos dice aquello de "elevar el discurso". Realismo, mucho realismo.
Ahora hay que tocar tierra y convencer al ciudadano, y as¨ª nos enteramos que los pol¨ªticos tienen una imagen muy pobre de nosotros. Unos, como Almunia y Aznar, nos hacen gui?os econ¨®micos. Otros como Camps, un tanto despitado, arenga a los j¨®venes dici¨¦ndoles lo mucho que el partido popular ha hecho por ellos, y lo repite como un padre sacrificado mientras recrimina al inconsciente de su hijo.
Hay pastiche en el men¨² pol¨ªtico. Izquierda y derecha se mezclan en sus contenidos. Ahora se lleva hablar de pol¨ªtica social. No es ideolog¨ªa sino moda, imperativo social y, sobre todo, un gancho electoral. En un caso, la pol¨ªtica social se adereza con la liberalizaci¨®n de lo p¨²blico, y en otro se ali?a con el viejo ideal de la distribuci¨®n igualitaria. Pastiche porque izquierda y derecha se distingu¨ªan antes en el estilo y manera de defender sus ideas. Ya no. Hoy unos y otros utilizan las mismas artes: desacreditar y negar al contrario. Utilizan las formas maniqueas, donde s¨®lo existen buenos y malos. Y pastiche es para el ciudadano socialista votar para el Senado a dos del PSOE y a uno de IU. S¨ª se?or, como cualquier familia postmoderna que se precie.
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