Globalizaci¨®n y regionalizaci¨®n en ciencia
El progreso de la tecnolog¨ªa ha convertido en pr¨®ximos todos los pa¨ªses, convirtiendo el mundo en una aldea, la que se ha llamado aldea global. Por lo que se refiere a la ciencia, es evidente que la comunicaci¨®n entre cient¨ªficos est¨¢ experimentando un cambio cualitativo y ya se han creado y funcionan sistemas, tanto individuales como colectivos, de comunicaci¨®n de ideas que superan en rapidez y posibilidades cuantitativas el sistema de publicaciones en revistas, que, editadas en papel, nos llegan por medio del correo. ?stas sustituyeron la correspondencia personal de los primeros cient¨ªficos y ahora son, por lo menos parcialmente, sustitu¨ªbles por la comunicaci¨®n electr¨®nica.
No ha sido f¨¢cil llegar a esta globalizaci¨®n, aun s¨®lo incluyendo los pa¨ªses m¨¢s desarrollados, donde la ciencia goza de posibilidades notables de producirse y comunicarse. Aunque a¨²n queda mucho camino por recorrer, en este aspecto la direcci¨®n tomada y la conciencia creciente de la necesidad de globalizaci¨®n parecen ser correctas en l¨ªneas generales. En este sentido, no vale la pena hacer una propuesta. Ya est¨¢ hecha y asumida. Sin embargo, existe otra cara de la moneda no menos importante.
Muchos de nuestros cient¨ªficos conocen m¨¢s lo que se hace fuera de nuestro pa¨ªs que dentro. La aceptaci¨®n frecuente de la sinonimia pa¨ªs igual a Estado tiene consecuencias de incomunicaci¨®n importantes en Estados del tama?o de Espa?a, Francia, Reino Unido, Alemania o Italia. Quiz¨¢ no en los Estados m¨¢s peque?os, como Eslovaquia o la Rep¨²blica Checa, por ejemplo. Pero aun en estos pa¨ªses y, tambi¨¦n, por ejemplo en las comunidades aut¨®nomas espa?olas con m¨¢s de una universidad y con varios centros de investigaci¨®n, la separaci¨®n entre profesionales es igual o mayor que la que se da entre profesores alejados geogr¨¢ficamente en el interior de la Pen¨ªnsula y fuera de ella. Aun en el propio centro creador de ciencia, existen muchas culturas al estilo de las que discuti¨® Snow en su famoso libro de las dos culturas.
Es obvio, por tanto, que la ciencia es un producto cultural y tiene, por ello, ciertas caracter¨ªsticas y exigencias propias. Este producto, por el hecho de ser cultural, est¨¢ condicionado por las circunstancias de todo tipo que concurren en cada ¨¢mbito humano, definido por la proximidad humana y la historia y las tradiciones comunes.
En este sentido, la globalizaci¨®n no puede ser valorada como el ¨²nico par¨¢metro en el desarrollo de la ciencia. Es absolutamente necesario, a mi entender, que la ciencia se manifieste tambi¨¦n, en forma de publicaciones, dentro del ¨¢mbito restringido, donde se produce. Es decir, es necesario que tambi¨¦n se regionalice.
Esta regionalizaci¨®n no significa que deba establecerse ning¨²n tipo de competencia entre lo que podr¨ªamos llamar publicaciones regionales y publicaciones globales. Es obvio que las revistas con vocaci¨®n global se producir¨¢n siempre en un ¨¢mbito regional que, por su propia definici¨®n, estar¨¢ abierta a la publicaci¨®n de trabajos realizados en cualquier lugar del mundo. Tambi¨¦n hay que insistir en la necesidad que tienen todos los pa¨ªses de intentar ser capaces de crear revistas y libros de intencionalidad global y no dejarlo todo a dos o tres grandes pa¨ªses punteros en ciencia en el momento actual.
La revista, el libro, la publicaci¨®n con vocaci¨®n regional es aqu¨¦lla que recoge los resultados obtenidos por equipos cient¨ªficos de un determinado ¨¢mbito geogr¨¢fico y humano y que, en principio, ya han sido difundidos y discutidos en publicaciones de ¨¢mbito global, pero que, reasumidos y revisados, constituyen un acta notarial de lo que estos equipos han realizado. Es importante, por otra parte, que puedan ser ¨²tiles para toda la comunidad cient¨ªfica.
Desde esta perspectiva, hace muchos a?os propuse a las facultades de ciencias de la Universidad de Barcelona la realizaci¨®n de una revista regional que cumpliera los requisitos mencionados. Mi propuesta no tuvo ¨¦xito entonces, pero mi insistencia ha permitido que llegara a materializarse para todo el ¨¢mbito cient¨ªfico catal¨¢n, en la revista Contributions to Science, publicada por el Institut de Estudis Catalans, cuyo primer n¨²mero acaba de ser presentado hace pocos d¨ªas.
Entiendo que con ello se hace patente mi propuesta: unir la globalizaci¨®n y la regionalizaci¨®n en ciencia.
Salvador Reguant es catedr¨¢tico em¨¦rito de geolog¨ªa de la Universidad de Barcelona.
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